El ni?o bonito de Internet ya vale 150 millones de euros

Este escoc¨¦s de 26 a?os, de ojos verdes y barba de pocos d¨ªas, bien uniformado con traje y chaleco, es uno de tantos blogueros que, desde el rinc¨®n de una habitaci¨®n, fantasearon con vivir alg¨²n d¨ªa de su propio invento. La diferencia es que este ¡°Brad Pitt de Internet¡± ¡ªas¨ª lo ha bautizado desde su portada el diario brit¨¢nico The Times esta misma semana¡ª realmente podr¨ªa cumplir su sue?o.

Con un apellido, Cashmore, que m¨¢s que un juego de palabras parece un juego del destino ¡ªcash significa efectivo en ingl¨¦s, y more, m¨¢s¡ª, podr¨ªa ingresar cerca de 200 millones de d¨®lares (unos 150 millones de euros) si se decide a vender Mashable, su portal dedicado a la tecnolog¨ªa, Internet y las redes sociales, a la poderosa cadena de noticias CNN.

Pocas publicaciones han desa?provechado la ocasi¨®n para se?alar que este ¡°playboy de Internet¡± ya tiene novia, Lisa Bettany, una fot¨®grafa y creadora de aplicaciones para iPhone. Porque Cashmore ¡°no es una herramienta de Internet cualquiera¡±, subraya la revista Details; ¡°¨¦l est¨¢ aqu¨ª para romper corazones¡±. Alguien ¡°injustamente atractivo¡±, ironiza el portal de cotilleos Gawker. Una estrella en ciernes a quien Forbes se jacta de haber puesto el foco cuando, en 2009, lo seleccion¨® como uno de los 25 talentos m¨¢s prometedores dela Red.

?Y qu¨¦ dice Cashmore de todo esto? Bien poco. En contraste con f¨¢bricas de titulares como Face?book o Twitter, el escoc¨¦s ha mantenido un perfil bajo que le ha permitido construir sigilosamente una referencia imprescindible para los amantes de la tecnolog¨ªa.

Los rumores de la inminente operaci¨®n coincidieron con la presencia esta semana del escoc¨¦s y varios ejecutivos de CNN en el festival South By South West (SXSW) en Austin, Texas. El fundador de Mashable se apresur¨® a desmentirlos, para descubrir inmediatamente que la curiosidad global hacia su figura no hab¨ªa hecho m¨¢s que multiplicarse.

Este ¡®geek¡¯ at¨ªpico se ha apresurado a desmentir la posible venta de su popular blog

Cashmore lanz¨® su blog con 19 a?os desde Banchory, una poblaci¨®n rural cercana a Aberdeen (Escocia), mientras convalec¨ªa de una operaci¨®n de apendicitis. Tard¨® meses en contratar a un segundo empleado, y casi dos a?os en atraer anunciantes. Con apenas 40 personas en n¨®mina, seduce ahora a 12 millones de usuarios ¨²nicos al mes. Am¨¦n de los casi cuatro millones de seguidores en diferentes redes sociales que, adem¨¢s, recomiendan sus noticias decenas de miles de veces a la semana. Y convierten las opiniones que bloguea en noticia.

Con todo, Cashmore es un geek at¨ªpico. Reh¨²ye, por ejemplo, los vaqueros y las zapatillas que habitualmente uniforman a los geniecillos de Silicon Valley. Y tiene una presencia que cotiza en fiestas de San Francisco a Nueva York, al estilo de las estrellas de Hollywood.

Details consigui¨® entrar en una de esas fiestas, donde el bloguero, ¡°violentamente atractivo¡± y con una mand¨ªbula ¡°de superh¨¦roe¡±, cortej¨® la sala repartiendo abrazos, posando para fotos que en pocos minutos circulaban por las redes sociales como un trofeo, y dando lecciones de lo que es una ¡°gira mundial de Mashable¡±. Una fama que cultiva en beneficio de su producto, dice, pero que tambi¨¦n le distrae. Por ello prefiere mantener la oficina en su casa de la medi¨¢ticamente remota Escocia.

Su ¨¦xito es inseparable de la revoluci¨®n 2.0. La ola alimentada por Facebook, Twitter, Tumblr o YouTube se ha tragado a muchos, expertos e inexpertos. Cashmore decidi¨® domarla. La velocidad de crecimiento de Mashable fue paralela a la voracidad con que los usuarios de las redes sociales reclamaban informaci¨®n para desenmara?ar la selva tecnolog¨ªa. En 2005, Cashmore llegaba justo a tiempo para llenar parte del hueco. Un don para la oportunidad que ser¨¢ clave en la venta a CNN (en cuya web, por cierto, publica una columna semanal), si es que finalmente accede.

Ya rechaz¨® una oferta similar por parte de AOL en 2009, y parece haber mantenido la cabeza fr¨ªa desde entonces. TechCrunch, el blog especializado con el que compiti¨® desde sus comienzos, sucumbi¨® a una oferta de AOL, vio marchar a su creador, Michael Arrington, y desde hace m¨¢s de dos a?os no consigue superar a Mashable. A otra publicaci¨®n similar, Gizmodo, no le bast¨® el hecho de operar bajo el garante paraguas de Gawker y de su visionario fundador, Nick Denton, y pec¨® de atrevimiento al robar un prototipo de iPhone 4 y publicar las im¨¢genes. El bloguero se gan¨® dos llamadas personales ¡ªque no amables¡ª de Steve Jobs y acab¨® pidi¨¦ndole disculpas.

Pete Cashmore decidi¨® que Mashable cubrir¨ªa todos los aspectos del mundo de la tecnolog¨ªa, desde medios de comunicaci¨®n hasta redes sociales y aplicaciones. Publica la cotizaci¨®n en Bolsa de las compa?¨ªas m¨¢s importantes y se mantiene alejado del pago por art¨ªculo ¡ªo por visitas a una p¨¢gina¡ª con el que experimentan otras publicaciones similares. Si el Congreso de Estados Unidos quiere ponerle muros a Internet, ah¨ª est¨¢ Mashable para declarar su rechazo. Sin ruido, sin esc¨¢ndalos. Y representado por el elegante rostro de Cashmore.

Tras siete a?os al frente de su p¨¢gina, quiz¨¢ ahora le descubran en su Escocia natal, donde apenas se han enterado de que existe.