Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, entre pa?ales y decretos
Compagina el puesto del Gobierno con m¨¢s atribuciones de la democracia con un beb¨¦ El apoyo de su esposo, Iv¨¢n de la Rosa, y mucha organizaci¨®n son claves en su vida familiar
Cada tarde, al filo de las ocho, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa apaga el ordenador, aparta los ¨²ltimos papeles en los que ande inmersa y da por cerrada la jornada laboral en el Ministerio. Atraviesa en el coche oficial las puertas del complejo presidencial del palacio de la Moncloa y regresa junto a sus escoltas a casa, al otro lado de la ciudad, como muchas otras madres y padres en todo el pa¨ªs, justo a tiempo para el ba?o de su beb¨¦, Iv¨¢n, que acaba de cumplir cuatro meses.
Pero S¨¢enz de Santamar¨ªa no es cualquier madre. Ella es la mujer m¨¢s poderosa de Espa?a. La que m¨¢s mando acumula desde los tiempos de la reina Isabel: al frente de la ¨²nica vicepresidencia del Gobierno, que tiene asignada toda la capacidad de coordinaci¨®n de los Ministerios y tambi¨¦n, por primera vez, el Centro Nacional de Inteligencia, que hasta ahora depend¨ªa del Ministerio de Defensa. Y, sin embargo, es la primera mandataria que debe compaginar un cargo pol¨ªtico con tantas atribuciones con el cuidado de un cr¨ªo tan peque?o. Porque, aunque otros hombres han ocupado el puesto a la vez que eran padres recientes ¨Ccomo su excompa?ero de filas Francisco ?lvarez Cascos, que tuvo un hijo con Gema Ruiz en 1999, cuando todav¨ªa era vicepresidente del Gobierno de Aznar¨C, la realidad en Espa?a es que siguen siendo en mayor medida las mujeres las que se encargan del cuidado diario de sus hijos. Aunque, como demuestra la vicepresidenta S¨¢enz de Santamar¨ªa, puedan llegar profesionalmente a la c¨²spide.
?C¨®mo se hace? ¡°Con organizaci¨®n¡±, asegura tajante Mar¨ªa Pico, jefa de gabinete de la vicepresidenta; la ¨²nica explicaci¨®n que ha ofrecido sobre la manera en que Santamar¨ªa concilia su puesto con su beb¨¦.
El nacimiento del peque?o Iv¨¢n ha estado ligado estrechamente a la actualidad pol¨ªtica. Su madre, n¨²mero dos de la lista del PP por Madrid, cumpli¨® hasta el ¨²ltimo d¨ªa de su embarazo con su trabajo, primero en el Congreso, donde era la portavoz del Grupo Popular, y luego en la campa?a electoral, aunque se reserv¨® el trabajo de organizaci¨®n en la oficina de la sede del partido.
El beb¨¦ naci¨® la madrugada del pasado 11 de noviembre con 2,4 kilos de peso, en plena campa?a y tan solo nueve d¨ªas antes de las elecciones generales que dieron la victoria al PP y, por tanto, colocaron a su madre en lo m¨¢s alto de la pol¨ªtica. La primera aparici¨®n p¨²blica de Santamar¨ªa tras el parto fue la misma noche electoral, en el balc¨®n de la sede del PP en Madrid. All¨ª, en medio de la celebraci¨®n, mientras todos saltaban, se escuch¨® a Mariano Rajoy decirle a su mano derecha: ¡°T¨² no botes¡±. Ten¨ªa muy recientes los puntos del parto.
Se ha impuesto acudir todos los
Desde que su partido form¨® Gobierno, todo lo que rodea a la vicepresidenta es escrutado y masticado por la opini¨®n p¨²blica. Como sucedi¨® con la pol¨¦mica suscitada por la decisi¨®n de Santamar¨ªa de incorporarse al trabajo sin haber cumplido las primeras seis semanas tras el parto, la denominada cuarentena, y de no tomarse la baja de maternidad. Esta misma semana ha ocurrido lo mismo con la noticia de que su marido, Iv¨¢n Rosa Vallejo, abogado del Estado, ha fichado por Telef¨®nica tras pedir una excedencia en el Ministerio de Hacienda, donde trabajaba desde hac¨ªa ocho a?os.
Pese a ello, la pol¨ªtica vallisoletana trata de guardar con celo su faceta personal. Procedente de una familia de clase media, la vicepresidenta no responde al patr¨®n de las mujeres de derechas vinculadas a los Gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en los a?os noventa: muy conservadoras, fervientemente cat¨®licas y de elevada renta. Ni le gusta la exhibici¨®n familiar que caracteriz¨® a la familia Aznar-Botella, que no ten¨ªan reparos en llevar a sus hijos de corta edad a los actos p¨²blicos e hicieron de la boda de su hija Ana en El Escorial una cuesti¨®n p¨²blica que compiti¨® con los enlaces reales; ni tampoco procede de una familia adinerada de rancio abolengo como Esperanza Aguirre. Y muchas de las posiciones pol¨ªticas que defienden desde las filas de su propio partido est¨¢n a muchas millas de distancia de sus propias ideas. No en vano, ha sido la ¨²nica ministra cuestionada por un obispo como id¨®nea para hacer un preg¨®n por haberse casado por lo civil.
La incorporaci¨®n de su marido, Iv¨¢n Rosa, a Telef¨®nica complicar¨¢ la situaci¨®n familiar
Santamar¨ªa ha llegado a su puesto por su propio esfuerzo personal. En ocho a?os, ha pasado de ser una diputada desconocida, que ni siquiera ten¨ªa un puesto de salida ¨Centr¨® por primera vez al Congreso en abril de 2004, en el puesto 19 por Madrid, despu¨¦s de que Ana Mato dejara el esca?o para concurrir a las elecciones europeas¨C, a ser la n¨²mero dos de la misma lista, justo despu¨¦s de Mariano Rajoy, y tras despuntar durante la legislatura pasada como portavoz parlamentaria. Y quiz¨¢ por eso ha optado por mantener muy distantes su esfera profesional de la personal, para que solo se la juzgue por su perfil pol¨ªtico.
Celebr¨® en Brasil su boda civil con su marido ¨Ccon el que comparte haber aprobado las duras oposiciones de abogado del Estado y a quien conoci¨® en un viaje de trabajo a Bruselas cuando ella estaba en el Ministerio de Interior y ¨¦l formaba parte de la representaci¨®n espa?ola ante la Comisi¨®n Europea¨C, con apenas 32 invitados del c¨ªrculo pr¨®ximo, en un intento de mantener al m¨¢ximo su privacidad. Tambi¨¦n para evitar que los compromisos pol¨ªticos alargaran su lista de asistentes. ¡°Me hubiera dado mucho apuro una boda multitudinaria. Yo para esas cosas soy muy t¨ªmida¡±, explicar¨ªa despu¨¦s en una entrevista.
El Palacio de la Moncloa no tiene cuna
Ning¨²n beb¨¦ ha vivido hasta ahora en el palacio de la Moncloa, la residencia oficial de los presidentes del Gobierno. La ni?a m¨¢s peque?a que ha jugado en las dependencias del palacio ya no necesitaba cuna. Fue Mar¨ªa, la hija menor de Felipe Gonz¨¢lez, que ya hab¨ªa cumplido los tres a?os cuando su padre gan¨® las elecciones generales en 1982. Apenas se difundieron im¨¢genes de los hijos del expresidente en su ¨¦poca en La Moncloa, pero s¨ª posaron para la prensa tras la mudanza.
El siguiente es uno de los actuales inquilinos del palacio. Juan, el hijo peque?o de Mariano Rajoy y Elvira Rodr¨ªguez, conocida como ¡®Viri¡¯, tiene cinco a?os y lleva apenas unos meses en su nueva vivienda.
La lista la completan ni?os mayores, que sumaban ocho a?os cuando sus familias se trasladaron a las dependencias oficiales. Se trata de Javier, el menor de los cinco hijos de Adolfo Su¨¢rez y Amparo Illana, que lleg¨® a La Moncloa en 1976, y de Alba, la hija m¨¢s peque?a del expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que lo hizo en 2004. Un a?o m¨¢s, nueve, ten¨ªan David Gonz¨¢lez, segundo hijo del primer expresidente socialista, y Sonsoles Su¨¢rez, hija del primer jefe del Gobierno de la democracia. Tambi¨¦n el que probablemente sea el peque?o m¨¢s conocido de todos los ni?os que han vivido en el palacio: el benjam¨ªn de la familia de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Ana Botella, Alonso, que se mud¨® con sus padres y hermanos a la residencia oficial, en junio de 1996, tras unos meses en los que el reci¨¦n nombrado presidente del Gobierno se resisti¨® al traslado desde su vivienda en Majadahonda, a las afueras de la capital. Salvo Juan Rajoy, hoy d¨ªa ninguno de estos antiguos inquilinos son ya ni?os.
¡°Es una m¨¢quina de trabajar¡±. As¨ª la definen fuentes de su entorno. Una mujer que lleva a?os poniendo los cimientos para alcanzar el puesto que ocupa, gracias a una capacidad de trabajo brutal. Se ha convertido en mucho m¨¢s que la mano derecha del presidente Mariano Rajoy. Es su pilar: la persona a quien consulta todo, pero tambi¨¦n la que le resuelve los asuntos legales, la que se ha puesto al frente del Gobierno y ordena el tr¨¢fico de la gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa. Siempre ha estado para ¨¦l. En permanente contacto, aunque las llamadas fueran de madrugada. Y lleva el d¨ªa a d¨ªa con mano firme, con orden y estudi¨¢ndose hasta dominar los asuntos en profundidad.
Por ese motivo, la jornada laboral de S¨¢enz de Santamar¨ªa comienza bien temprano. Colaboradores de la vicepresidenta han confirmado que ella se ha impuesto como norma acudir todos los d¨ªas al ba?o de su hijo. Aunque los actos y las recepciones oficiales o las reuniones de trabajo a los que debe asistir por raz¨®n de su cargo hagan imposible cumplir este prop¨®sito la mayor parte de los d¨ªas. Y aunque se lleve el trabajo a casa y permanezca siempre localizada a trav¨¦s del m¨®vil o el port¨¢til.
En eso la vida de Santamar¨ªa apenas ha cambiado. Era as¨ª mientras fue la portavoz del grupo parlamentario del PP en la oposici¨®n y sigue siendo igual. Aunque la gran diferencia es que, ahora, en las puertas de su casa, en el mismo barrio de Madrid donde ha vivido en los ¨²ltimos a?os, haya cuatro escoltas apostados desde primera hora de la ma?ana.
Y que ya no pueda hacer tranquilamente la compra, como hac¨ªa hasta las elecciones del pasado 20 de noviembre, en el mismo supermercado del barrio al que ha acudido siempre, saludando con amabilidad a los vecinos que se le acercaban. Pero s¨ª es posible verla ahora, como atestigua la imagen que encabeza este reportaje, por las calles de su barrio o en el cercano parque, junto a su marido, en un tranquilo paseo de fin de semana empujando el carrito de su beb¨¦. Como hacen miles de familias en todo el pa¨ªs.
Quienes conocen a la vicepresidenta la definen como una mujer sencilla. Y precisamente por esa austeridad que le caracteriza, en los primeros meses ha rehusado tener personal de servicio para el cuidado directo del beb¨¦. No contrat¨® una salus como se lleg¨® a publicar en los primeros d¨ªas de vida de su cr¨ªo, pero s¨ª recurri¨® entonces a su madre, a la que se trajo de Valladolid para ocuparse del peque?o. Como la mayor¨ªa de las espa?olas, confi¨® en la abuela como la mejor opci¨®n para cuidar de su hijo, mientras ella dirig¨ªa el traspaso de poderes y, luego, encabezaba la organizaci¨®n de los primeros d¨ªas de Gobierno, en diciembre y a principios de enero.
Pero, seg¨²n explican fuentes del entorno de Santamar¨ªa, esta ayuda se vio truncada porque la madre de la vicepresidenta sufri¨® una dolencia que le dificultaba subir escaleras. Y el piso en el que vive la vicepresidenta, en Madrid, tiene dos plantas.
As¨ª que ha sido principalmente su esposo quien durante estos meses se ha hecho cargo del ni?o al volver de su trabajo y mientras ella estaba ausente en largas jornadas en La Moncloa. Es decir, el responsable de llevarlo a las revisiones m¨¦dicas, a los paseos por el parque para que le diera la luz, de comprar toneladas de pa?ales y, tambi¨¦n, del ba?o cuando Santamar¨ªa no pod¨ªa acudir. La vicepresidenta ha explicado con anterioridad que su esposo siempre se ha responsabilizado de la intendencia, mientras ella se dedicaba en cuerpo y alma a la pol¨ªtica.
Iv¨¢n Rosa ha trabajado en los ¨²ltimos ocho a?os en la Secretar¨ªa de Estado de Hacienda, donde hab¨ªa renunciado a hacer carrera, seg¨²n confirman varias fuentes del partido, lo que le permit¨ªa una jornada m¨¢s flexible. Marginado por su v¨ªnculo personal con el PP en la etapa socialista, la llegada de los populares no le reservaba mejor panorama de futuro. Por eso enfoc¨® su crecimiento profesional hacia la empresa privada.
No solo porque Santamar¨ªa es muy escrupulosa con su responsabilidad p¨²blica, sino porque cualquier mejora en su puesto de trabajo anterior hubiera desatado las cr¨ªticas incluso dentro del partido. Sobre todo, despu¨¦s de que fueran precisamente presiones de La Moncloa las que truncaron el fichaje de Ignacio L¨®pez del Hierro, el marido de Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, como consejero de Red El¨¦ctrica Espa?ola, empresa controlada mayoritariamente por el Estado a trav¨¦s de la SEPI.
De ah¨ª que Iv¨¢n Rosa haya preferido abandonar su puesto en la Administraci¨®n p¨²blica por una empresa privada. Para evitar los conflictos de intereses, la vicepresidenta anunci¨® ayer, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que se abstendr¨¢ en todas las decisiones que tengan que ver con Telef¨®nica.
En su nueva compa?¨ªa, Iv¨¢n Rosa se incorpora a un departamento de reciente creaci¨®n que asesorar¨¢ desde el punto de vista jur¨ªdico de las iniciativas de Telef¨®nica en el mercado internacional, especialmente en Brasil, seg¨²n ha explicado la empresa. Es bastante probable que se vea obligado a viajar. Una situaci¨®n laboral que complicar¨¢ a¨²n m¨¢s la familiar, ahora que tienen un beb¨¦ que todav¨ªa hace tomas nocturnas.
Pero es la vicepresidenta la que se encarga de su cuidado por las noches, seg¨²n explican fuentes de su entorno. Santamar¨ªa ha comentado en varias ocasiones que tiene la suerte de que su hijo Iv¨¢n es muy bueno. Y que hasta ahora no han surgido las dos principales dificultades que con frecuencia afrontan unos padres primerizos en los primeros meses de vida de un beb¨¦: falta de sue?o o problemas de alimentaci¨®n.
El peque?o come bien, por lo que tiene un buen peso y crece con normalidad, y tambi¨¦n duerme bien, explican las mismas fuentes. Hace poco m¨¢s de un mes, tras el Consejo de Ministros, S¨¢enz de Santamar¨ªa confes¨® a los periodistas que asist¨ªan a la rueda de prensa semanal que si ese d¨ªa ten¨ªa mala cara era porque, por primera vez desde que naci¨® el ni?o hace cuatro meses, hab¨ªan pasado una mala noche y hab¨ªa dormido poco. Todo un premio de loter¨ªa.
Fuera de esta an¨¦cdota, la vicepresidenta no habla de su beb¨¦ si no se le pregunta. Pero se comporta como casi todas las madres: lleva sus fotograf¨ªas en el m¨®vil, sonr¨ªe al hablar de ¨¦l y no es dif¨ªcil verla ense?ando el avance de su peque?o a otros diputados en el Congreso. Porque, pese a todo, es dif¨ªcil para una madre primeriza aparcar los pa?ales por los decretos.
LUC?A FIGAR. Dos consejer¨ªas, tres hijas
Luc¨ªa Figar, consejera de Educaci¨®n de Madrid, no conoce c¨®mo es ser madre fuera de la pol¨ªtica. Sus tres hijas, de cinco y cuatro a?os y de dos meses, han nacido mientras ella ha estado al frente de la educaci¨®n madrile?a y, antes, de Inmigraci¨®n. ¡°Mis bajas de maternidad han durado poco, dos o tres semanas¡±, explica. ¡°De haber estado en otro trabajo, me hubiera cogido los cuatro meses completos, sin perdonar ni un d¨ªa; pero cuando tienes responsabilidades de Gobierno, o est¨¢s o no est¨¢s¡±. La consejera explica que, para dedicar tiempo a sus hijas, duerme poco y no acude a actos o viajes que le obliguen a estar fuera de casa a ¨²ltima hora de la tarde o en festivos. Aunque, admite, la representaci¨®n institucional forma parte del trabajo de un pol¨ªtico y le resulta complicado, a veces, decir que no. No pierde un d¨ªa sin desayunar con sus hijas y es ella la que las lleva a la guarder¨ªa o al colegio. ¡°Trato de pasar por casa a la hora de comer para estar con el beb¨¦¡±, explica. ¡°Por la tarde, estoy de vuelta justo para contarles un cuento y acostarlas¡±. Pero, agrega, es rara la noche que duerme del tir¨®n. ¡°Con tres ni?as tan peque?as, siempre pasa algo¡±.
JUAN JOS? G?EMES. Dos permisos de paternidad
Fue un hito cuando, en junio de 2004, el entonces consejero de Empleo y Mujer de Madrid, Juan Jos¨¦ G¨¹emes, se tom¨® dos semanas de permiso de paternidad, el primero de un cargo p¨²blico, con la llegada de su primog¨¦nita, Mariola. Tuvo que compartir los d¨ªas con su esposa porque a¨²n no exist¨ªa el permiso espec¨ªfico para los padres. ¡°Tenemos diferente recuerdo¡±, explica con guasa el exconsejero, que hace un par de a?os dej¨® la vida p¨²blica por la empresa. ¡°Ella dice que me tom¨¦ el permiso a medias y que hac¨ªa muy poco, mientras ven¨ªan todos los d¨ªas mis directores generales. Pero yo tengo la sensaci¨®n de que cumpl¨ª¡±. G¨¹emes asegura que por eso al nacer su hija Gabriela, un a?o despu¨¦s, su esposa le sugiri¨® que se marcharan a casa de sus padres, en Castell¨®n. Entonces tambi¨¦n se tom¨® otras dos semanas compartidas con su mujer. Cuando lleg¨® Alfonso, su tercer hijo, en 2010, G¨¹emes ya estaba al frente de la Consejer¨ªa de Sanidad. Pero entonces, rememora, ni siquiera contempl¨® la posibilidad de tomarse d¨ªas. Y eso que ya no ten¨ªa que compartirlos. ¡°No puedo decir que haya sido ejemplar [por tomarse las bajas], a mi pesar¡±.
CARME CHAC?N. Embarazada y al frente de las tropas
La imagen de Carme Chac¨®n de siete meses pasando revista a las tropas espa?olas es probablemente la fotograf¨ªa que m¨¢s se ha difundido en el mundo de una mujer embarazada desde que Demi Moore pos¨® desnuda para la revista ¡®Vanity Fair¡¯. La ya exministra de Defensa, que antes tuvo que superar una campa?a electoral en plena gestaci¨®n, aun¨® ser la primera mujer al frente de los ej¨¦rcitos con ser la primera ministra embarazada de la historia de Espa?a. Pero convertirse en una pionera no le libr¨® de las cr¨ªticas, que llegaron cuando se incorpor¨® al trabajo cumplidas las seis semanas justas de la cuarentena para explicar su proyecto de gobierno en el Congreso. Su esposo, el exsecretario de Estado de Comunicaci¨®n Miguel Barroso, se tom¨® otras dos semanas. Ella, al menos, dispuso de una vivienda en las mismas dependencias del Ministerio, como todos los ministros, por razones de seguridad, lo que le permiti¨® mantener m¨¢s tiempo la lactancia materna. Este diario pudo fotografiarla entonces paseando con el carro de su peque?o por la azotea del Ministerio.
DOLORES DE COSPEDAL. Con el cuco en el coche oficial
A Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, su hijo Ricardo le lleg¨® hace seis a?os con una campa?a electoral bajo el brazo. La entonces consejera de Transportes de Madrid hab¨ªa decidido, ya cumplidos los 40, convertirse en madre a trav¨¦s de un proceso artificial con un donante. El beb¨¦ no hab¨ªa cumplido su primer mes cuando Mariano Rajoy la embarc¨® en unas elecciones auton¨®micas como cabeza de lista. As¨ª que Cospedal, que ya ten¨ªa previsto tomarse una baja de maternidad m¨¢s corta de lo normal por su responsabilidad en el Gobierno de Esperanza Aguirre, ni siquiera volvi¨® a la consejer¨ªa, ni pudo cumplir la cuarentena, para dedicarse a viajar por toda la comunidad y darse a conocer. El principal problema que tuvo que asumir la candidata con un beb¨¦ tan peque?o fue que la mayor parte de su actividad pol¨ªtica se produc¨ªa en Toledo, la capital castellano-manchega, mientras que la ¨²nica ayuda con la que pod¨ªa contar, sus padres, residen en Albacete, a 240 kil¨®metros de distancia. Por eso, lleg¨® a viajar muchas veces con el cuco en el coche oficial.
JORDI SEVILLA. El pionero que fue padre antes que pol¨ªtico
El exministro de Administraciones P¨²blicas Jordi Sevilla ha sido de los pocos pol¨ªticos que ha antepuesto siempre su condici¨®n de padre, experiencia que le llev¨® a poner en marcha pol¨ªticas de conciliaci¨®n para los funcionarios cuando estuvo en el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. ¡°Me siento orgulloso de haber sido pionero en la introducci¨®n del permiso de paternidad¡±, escribi¨® hace tiempo en su blog. En 1995, cuando Sevilla era el jefe de gabinete del entonces ministro de Econom¨ªa Pedro Solbes, adopt¨® a su primer hijo y, entonces, renunci¨® al puesto para poder ocuparse del beb¨¦. ¡°Yo era un padre viejo y no estaba dispuesto a perderme el crecimiento de mi hijo¡±, explicar¨ªa despu¨¦s, en una entrevista en este diario. Pero su jefe no acept¨® la dimisi¨®n, aunque le permiti¨® acortar su jornada para ba?ar al peque?o. Cinco a?os m¨¢s tarde, Sevilla y su pareja adoptaron otros dos ni?os. En esa ocasi¨®n ¨Cera diputado en la oposici¨®n¨C se tom¨® una baja de 10 d¨ªas, aunque no era lo corriente. Por eso, cuando se convirti¨® en ministro, extendi¨® el permiso que ¨¦l hab¨ªa disfrutado a todos los funcionarios.
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