?Era necesaria una huelga general?
A los trabajadores nos toca la moral que Gobierno y empresarios nos pregunten si con esta crisis es necesaria una huelga general. Es de un cinismo que sobrepasa todos los l¨ªmites.
Nos imponen recortes sociales arbitrarios, reformas que nos esclavizan y desregulan convenios laborales y los derechos m¨¢s elementales de los trabajadores. Facilitan el despido para beneficiar la tranquilidad de estos empresarios a la hora de contratar y as¨ª dinamizar el mercado laboral, con lo que, seg¨²n ellos, se acelerar¨ªa el crecimiento econ¨®mico. Es posible que estas reformas y recortes en las prestaciones y beneficios sociales traigan una disminuci¨®n del gasto, y como consecuencia el ahorro, pero ?qui¨¦n nos devolver¨¢ todos los derechos laborales que tantos a?os nos ha costado conquistar? ?C¨®mo se nos puede pedir ahorrar a los que menos tenemos? ?C¨®mo se va a crear empleo si no gastamos? Porque no olvidemos que esta rueda capitalista funciona con el consumo. ?No se est¨¢ resintiendo lo bastante nuestro bienestar? ?Hace falta m¨¢s mezquindad?
Modestamente, creo que habr¨ªa que apostar por una pol¨ªtica que dinamice ordenadamente el gasto p¨²blico y que vuelva a estimular el crecimiento econ¨®mico. Como popularmente se dice la pobreza no nos traer¨¢ m¨¢s que pobreza. Si encima de que estamos pagando las consecuencias de la mala gesti¨®n no tenemos derecho al pataleo, ¡°apaga y v¨¢monos¡±.¡ª Gin¨¦s Rodr¨ªguez Gurces. Almer¨ªa.
Ayer no hice huelga. El despertador son¨® a las cinco y media de la ma?ana y me cost¨® mucho levantarme, no por el sue?o que ten¨ªa, sino por el hecho de tener que ir a trabajar. Porque yo apoyo esta huelga en contra de una ley que da poder casi absoluto a los empresarios y deja desprotegidos a los trabajadores. Pero mi empresa, como tantas otras, pende de un hilo y no puede permitirse un d¨ªa perdido. Mi amiga tampoco hizo huelga, muy dolida me cont¨® que deseaba apoyarla, pero en su familia andan con el agua al cuello y no puede jugarse su puesto de trabajo, consciente de por d¨®nde empezar¨ªan los recortes si tienen que echar a alguien. Mi pareja tambi¨¦n deseaba secundar los paros, pero entre todos decidieron cerrar un trabajo que han de entregar al cliente.
Otros tres amigos tampoco pudieron hacer huelga ayer. El lunes les despidieron, as¨ª de sopet¨®n, despu¨¦s de 15 a?os de magn¨ªfico trabajo. As¨ª que dan igual los datos de participaci¨®n que den sindicatos y Gobierno, porque en ellos van a faltar quienes no pudieron hacer huelga por miedo, responsabilidad empresarial o por estar en paro.¡ª Alejandra Mateos. Madrid.
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