Morente, agon¨ªa y muerte de un cantaor
En 2010, el mito del flamenco ingresaba de urgencia en Madrid y 11 d¨ªas despu¨¦s fallec¨ªa La familia del artista est¨¢ envuelta en una guerra judicial para saber si hubo negligencia m¨¦dica El cirujano Enrique Moreno espera que se pronuncie la Justicia
Los protagonistas de este suceso pasar¨¢n a la historia por su valent¨ªa y su capacidad para innovar en terrenos tan opuestos como el del flamenco y la medicina. Enrique Morente ya ten¨ªa categor¨ªa de maestro antes de su multitudinario entierro, y su figura no ha parado de agrandarse desde entonces con sentidos homenajes, libros y discos en su honor. Tambi¨¦n Enrique Moreno, el cirujano que le oper¨® de c¨¢ncer de es¨®fago y al que se conoce en la profesi¨®n como ¡°la mano de Dios¡±, con m¨¢s de 1.600 trasplantes a sus espaldas, sigue sustituyendo h¨ªgados y p¨¢ncreas a pacientes de la Seguridad Social en el hospital 12 de Octubre, actividad que compagina con la atenci¨®n en su consulta privada a enfermos, que pagan cantidades que no bajan de las cinco cifras, por ponerse en sus manos. Fue precisamente en ese espacio, un piso de unos 300 metros cuadrados en la madrile?a calle de Vel¨¢zquez, decorado con ¨®leos antiguos y fotos de su nueva esposa y sus hijos, donde ambos Enriques se conocieron el 2 de diciembre de 2010.
No les dio tiempo ni a ir a casa para cambiarse de ropa y preparar un peque?o neceser. Enrique Morente (Granada, 1942-Madrid, 2010) y su esposa, Aurora Carbonell, ingresaron en la cl¨ªnica La Luz con lo puesto. Proced¨ªan de la consulta del doctor Moreno; el informe m¨¦dico apuntaba intervenci¨®n inmediata.
Y anunciaba un posible tratamiento posterior de quimioterapia. Acompa?aba a la familia otro doctor, Julio Garc¨ªa Paredes, amigo de toda la vida de los Morente, el facultativo, ahora jubilado, que hab¨ªa tratado al cantaor durante a?os de sus recurrentes dolencias de es¨®fago en otro hospital madrile?o, el Cl¨ªnico. Fue precisamente en este centro sanitario donde le practicaron el 18 de noviembre la endoscopia y la biopsia que confirm¨® el diagn¨®stico: c¨¢ncer de es¨®fago. Con el miedo en el cuerpo y la incredulidad que producen semejantes noticias, la familia pidi¨® asesoramiento a Garc¨ªa Paredes. Necesitaban una segunda opini¨®n y quer¨ªan al mejor m¨¦dico. La informaci¨®n recabada por Javier Conde, marido de la hija mayor del cantaor, Estrella Morente, coincid¨ªa con los datos aportados en ese momento por el m¨¦dico de la familia: el n¨²mero uno de esa especialidad era Enrique Moreno.
"No se nos dio la informaci¨®n adecuada sobre su gravedad", aduce su viuda
Pionero en el trasplante de h¨ªgado y Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Investigaci¨®n Cient¨ªfica en 1999, Moreno (Siruela, Badajoz, 1939) ech¨® un vistazo al resultado de las pruebas que portaban y, seg¨²n relata la viuda, sin apenas levantar la vista del informe, aconsej¨® operar cuanto antes. Un tratamiento previo no entraba en sus opciones. En los archivos de su consulta privada se almacenan historias de cerca de 14.000 pacientes. Tiene fama de realizar cirug¨ªas radicales y de operar lo que otros no se atreven. Acostumbrado a tratar los peores diagn¨®sticos, el m¨¦dico no suele andarse por las ramas. ¡°Tome una decisi¨®n ya y no me haga perder el tiempo¡±, recuerda Aurora que respondi¨®, m¨¢s o menos, el jefe de cirug¨ªa de trasplantes del hospital 12 de Octubre ante los argumentos del cantaor que, con l¨¢grimas en los ojos, explicaba que se encontraba en plena gira, acabando una pel¨ªcula y que se hab¨ªa comprometido con el embajador de Francia para recibir la insignia del t¨ªtulo de Caballero de la Legi¨®n de Honor. En ese momento pes¨® m¨¢s la salud y aplaz¨® todos sus planes.
Si fuera una sole¨¢, se llamar¨ªa la m¨¢s triste: el 13 de diciembre, 11 d¨ªas despu¨¦s, estaba muerto. ¡°Creo que no se nos dio la informaci¨®n adecuada sobre la gravedad de la dolencia. De haber sobrevivido, seguramente, mi marido no hubiera vuelto a cantar¡±, a?ade la viuda. Sin embargo, esa tarde ella y su marido decidieron ponerse en manos de Moreno y partir apresuradamente para la cl¨ªnica La Luz. Un d¨ªa para la exploraci¨®n anal¨ªtica, rayos y estudio cardiol¨®gico.
El s¨¢bado 4 de diciembre de 2010, por la ma?ana, Morente entraba en el quir¨®fano para ser operado de una esofagectom¨ªa subtotal con sustituci¨®n por est¨®mago tubolizado. Tras siete horas de intervenci¨®n (de 11.20 a 18.30), el enfermo fue trasladado a la UCI y extubado a las pocas horas. A las once de la ma?ana del domingo, Moreno explor¨® al paciente, que se encontraba despierto y consciente. La operaci¨®n hab¨ªa sido un ¨¦xito y el posoperatorio no presentaba complicaciones. Por la tarde, la situaci¨®n se manten¨ªa igual. La esposa del cantaor, que no se hab¨ªa apartado de su lado, se mov¨ªa por la cl¨ªnica con las deportivas de su marido. ¡°Todo sucedi¨® de manera tan precipitada que tuve que recurrir a las zapatillas de Enrique, solo llevaba los tacones con los que sal¨ª de casa el jueves para ir a la consulta. Por eso, cuando la doctora Gud¨ªn, intensivista de guardia, me dijo que me fuera a descansar, que lo dejaba en buenas manos, abandon¨¦ el hospital. En maldita hora me fui¡±, recuerda ahora, en el despacho de Enrique Gordillo, exfiscal de la Audiencia Nacional y nuevo abogado de la familia.
La familia unida
El pasado 13 de abril, la viuda de Enrique Morente, Aurora Carbonell, se person¨® en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 52 de Madrid, presidido por Ferm¨ªn Javier Echarri, para declarar junto a su yerno, el diestro Javier Conde (ambos en el centro de la foto). Les acompa?aban Ignacio Gordillo, abogado de la familia Morente (a la izquierda), y el hermano del torero (a la derecha, con unos folios bajo el brazo).
Sobre lo que sucedi¨® en las horas que siguieron a la partida de la antigua bailaora, entre las doce de la noche y las cinco de la madrugada, en la UCI y en el quir¨®fano de la cl¨ªnica La Luz, tendr¨¢ que pronunciarse el juzgado. Lo cierto es que la evoluci¨®n del enfermo cambi¨® radicalmente en ese tiempo y tuvo que ser intervenido por segunda vez. Es en este punto donde la versi¨®n de la familia y la de los m¨¦dicos chocan estrepitosamente. Para el torero Javier Conde, yerno del cantaor, se trata de un caso claro de ¡°abandono¡±. En pleno puente de la Inmaculada, con miles de madrile?os buscando unos d¨ªas de asueto, la actividad de la cl¨ªnica ¡°no deb¨ªa ser la mejor para atender una emergencia. Sospecho que tardaron demasiado en operarle. Sabemos que llamaba a gritos desesperado a su esposa y que ingres¨® en el quir¨®fano con el abdomen hinchado por la hemorragia interna¡±, argumenta el diestro. Yerno y suegra se quitan la palabra en el relato y de sus gestos se desprende desesperaci¨®n y agotamiento. ¡°Cuando llam¨¦ desde el sof¨¢ de casa a la una de la madrugada para ver c¨®mo se encontraba, dijeron que todo iba bien¡±. La siguiente llamada en su m¨®vil proced¨ªa de la cl¨ªnica: ¡°?Cu¨¢nto tard¨¢is, cu¨¢nto tard¨¢is?¡±, crey¨® escuchar la viuda que le dec¨ªa la doctora Gud¨ªn, antes de salir inmediatamente para el hospital. Ser¨ªan poco m¨¢s de las cinco de la madrugada del 6 de diciembre. La viuda de Morente, muy p¨¢lida y de luto riguroso, recuerda que, cuando regres¨® de madrugada a la cl¨ªnica, el doctor Moreno, ¡°con las piernas cruzadas, bata blanca y muy tranquilo¡±, le inform¨® de que lo hab¨ªan intervenido por segunda vez y que se encontraba en coma. ¡°Para estimularlo nos aconsej¨® que le cant¨¢ramos y le habl¨¢ramos al o¨ªdo¡±.
"Me pregunto qu¨¦ hubiera hecho Mara?¨®n ante tal campa?a de derribo", dice Moreno
Los fr¨ªos partes m¨¦dicos se?alan que, sobre la una de la madrugada, el paciente sufri¨® un cambio brusco con hipotensi¨®n y dolor agudo de abdomen, provocado por una hemorragia, una de las secuelas previsibles tras una intervenci¨®n de esas caracter¨ªsticas. El doctor Alonso, de guardia en la UCI, inform¨® telef¨®nicamente de la situaci¨®n cl¨ªnica al cirujano responsable del paciente, el doctor Moreno, que sali¨® ¡°disparado para la cl¨ªnica¡±. A las 3.30 se traslad¨® al cantaor al quir¨®fano. Nada m¨¢s comenzar la operaci¨®n, sufri¨® una parada cardiaca y fue sometido a reanimaci¨®n cardiopulmonar. La familia sostiene que pudieron pasar casi diez minutos en esa situaci¨®n, y los m¨¦dicos, que recuper¨® el ritmo con una sola desfibrilaci¨®n. Al concluir la intervenci¨®n se detect¨® un deterioro neurol¨®gico. Un TAC craneal posterior informa de probable encefalopat¨ªa isqu¨¦mica con infartos extensos.
No debi¨® de ser una madrugada sencilla para el cirujano. Seg¨²n datos del hospital 12 de Octubre requeridos por el juzgado, el doctor Moreno y un equipo de tres m¨¦dicos y tres anestesistas practicaron, esa misma jornada, una intervenci¨®n quir¨²rgica de trasplante hep¨¢tico que se inici¨® a las cero horas y concluy¨® a las 20.10 del mismo d¨ªa 6 de diciembre, y en la que, seg¨²n se especifica, a las 5.20 se llev¨® a cabo la incisi¨®n al paciente con n¨²mero de historia cl¨ªnica 4695143. En operaciones de este tipo est¨¢n pautados los descansos y los relevos. ¡°Moreno es un esclavo de su profesi¨®n y jam¨¢s abandonar¨ªa a un paciente, pero una vez operado es pedirle demasiado que permanezca a su lado las 24 horas del d¨ªa. Un m¨¦dico no interrumpe su vida profesional por un paciente. Lo habitual en estos casos es que el facultativo se rodee de un equipo, casi tan competente como ¨¦l mismo, capaz de suplantarle en una intervenci¨®n, tanto si hace falta porque necesita descansar o porque se encuentre fuera de Espa?a participando en alg¨²n congreso¡±, aporta un m¨¦dico que conoce bien a Moreno. ¡°Nadie puede estar en dos sitios a la vez. Tanto si particip¨® ¨¦l en la intervenci¨®n como si envi¨® a alguien de su equipo, no creo que se pueda acusar de falta de ¨¦tica¡±.
Entre tanto, en la cl¨ªnica La Luz, y siguiendo las instrucciones m¨¦dicas de reanimaci¨®n, Estrella Morente, con los ojos vendados por su esposo, que no quer¨ªa que viera a su padre entubado y en ese estado, le cantaba cada d¨ªa al o¨ªdo sin observar mejor¨ªa. Le pusieron incluso a sus nietos al tel¨¦fono para que lo animasen a ver si despertaba. ¡°Hasta en eso nos tomaron el pelo. Hubo un momento en que nos ofrecieron trasladarlo a la Seguridad Social, pero nos negamos¡±, recuerda el torero, que, ¡°harto¡± de escuchar ¡°buenas palabras¡±, decidi¨® acudir a un abogado. Desconfiado, Conde ya hab¨ªa empezado a grabar con el m¨®vil algunas conversaciones con los m¨¦dicos y responsables de la cl¨ªnica (las grabaciones no han sido puestas en manos del juzgado).
En manos de Dios
Enrique Moreno es uno de los pioneros en trasplante hep¨¢tico y precursor de operaciones de trasplante multiorg¨¢nico. Sus compa?eros de profesi¨®n le apodan ¡®Dios¡¯. Entre sus m¨¢s de 1.600 intervenciones se cuentan la que salv¨® la vida a Juan Pablo II tras ser tiroteado por Al¨ª Agca en la plaza de San Pedro del Vaticano en mayo de 1981 y el trasplante de h¨ªgado del cantante Raphael. Cuentan quienes le conocen que tiene una energ¨ªa sobrehumana que vuelca en su trabajo. Su ¨²nico ¡®hobby¡¯ conocido es el esqu¨ª. / Alberto Morante (EFE)
A trav¨¦s de Estrella Morente pidieron ayuda a Caco Senante, entonces miembro de la junta directiva de la SGAE, quien les puso en contacto con Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa-Garc¨ªa, aficionado a los toros y abogado de Teddy Bautista, a¨²n presidente de la sociedad de autores. En poco m¨¢s de un folio, redactado de pu?o y letra del abogado, se puso en conocimiento del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 18, de guardia la noche del 11 de diciembre, la sospecha de una posible negligencia m¨¦dica y, con el cantaor agonizando en la cl¨ªnica, la polic¨ªa intervino la historia cl¨ªnica.
M¨¢s tarde solicitaron una comparecencia para que no se desconectara al paciente y un d¨ªa despu¨¦s falleci¨®. Posteriormente, la familia contrat¨® a Gonzalo Mart¨ªnez-Fresneda, abogado recomendado a la familia por el juez Garz¨®n, muy amigo tambi¨¦n del cantaor, quien con el procedimiento judicial en marcha dej¨® el proceso en manos de otro letrado. El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 52, que preside Ferm¨ªn Javier Echarri, decidir¨¢ si se archiva la causa o se realiza un juicio que determine si hubo responsabilidad m¨¦dica.
Transcurrido casi a?o y medio del fallecimiento del cantaor, la pol¨¦mica que origin¨® su muerte no cesa. Se han escrito incontables p¨¢ginas, cargadas de acusaciones y lamentos; cuatro abogados han intervenido en el proceso por parte de la familia, el caso ha pasado por varios juzgados y siete m¨¦dicos, integrantes del equipo de Enrique Moreno, la estrella en cirug¨ªa de aparato digestivo, han declarado como imputados en una supuesta negligencia m¨¦dica. Hasta ahora, el ¨²ltimo acto de un proceso judicial que todav¨ªa se encuentra en fase de instrucci¨®n ha sido la declaraci¨®n en el juzgado de la viuda y el yerno del cantaor la pasada semana. Como muchos otros asuntos en este pa¨ªs, las posturas son radicalmente opuestas. ?Negligencia o ¡°linchamiento¡± m¨¦dico? Mientras la familia habla con todo el que quiera escucharla, el cirujano acusado espera pacientemente a que se pronuncie la justicia para dar su versi¨®n sobre los hechos: ¡°A veces me pregunto qu¨¦ hubiera hecho Gregorio Mara?¨®n ante semejante campa?a de derribo¡±, concluye Moreno, antes de reiterar su fe en el proceso judicial y su respeto a la instrucci¨®n que se lleva a cabo.
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