El que no salta es un espa?ol

El Gobierno ha logrado instalar la idea de que el que no vota a favor de la expropiaci¨®n de YPF es un vendepatrias. Y consigui¨® entrampar a buena parte de la oposici¨®n, que apoya el proyecto aunque sabe que la gesta del kirchnerismo consiste en hacerse de una nueva caja, cuando las que ha usado hasta ahora empezaron a agotarse.

Quiz¨¢ el ejemplo m¨¢s claro sea el de la UCR. Tiene algunos de los mayores especialistas en el tema, que fueron a exponer al Congreso y dijeron que, si por ellos fuera, votar¨ªan en contra. Pero otra vez el recurso del nacionalismo opera como una mordaza. Y los radicales, bajo el temor de ser acusados de cipayos o traidores, levantar¨¢n la mano con el oficialismo. (¡­)

Ellos y otros van a votar sin conocer cu¨¢l es el plan estrat¨¦gico del kirchnerismo para YPF. (¡­) Con la soberbia de un dirigente universitario, Kicillof denunci¨® a Repsol por vaciamiento. Pero la m¨ªstica termin¨® ah¨ª: no dijo una palabra sobre el arreglo de los Eskenazi con Kirchner, que les permiti¨® en 2008 comprar una parte de YPF sin plata y pagar la deuda con las utilidades de la misma empresa. Y adem¨¢s, quedarse con su manejo.

Bajo la p¨¢tina del inter¨¦s nacional se esconde otro inter¨¦s, inmediato: hacerse de los d¨®lares de las ganancias de YPF para bancar parte de las importaciones de gas y combustibles. (...) Dicen que ¡°el que no apoya es un liberal de los 90¡±. Otra iron¨ªa. En los 90, los Kirchner aplaudieron todo lo contrario: la entrega de la petrolera nacional.

Ricardo Roa

Buenos Aires, 20 de abril