Detr¨¢s de las l¨ªneas rojas: asalto al Sistema Nacional de Salud
Las medidas aprobadas por el Gobierno del PP suponen un cambio de modelo del sistema sanitario, que deja de ser universal y permitir¨¢ que las capas medias sean arrojadas a los brazos de las aseguradoras privadas.
Nuestro sistema sanitario p¨²blico es reconocido por los profesionales y los ciudadanos como un sistema universal de calidad y de bajo coste.
Sin embargo, el Gobierno sacrifica la sanidad y la educaci¨®n en aras de los mercados. El gobierno ha anunciado un recorte brutal en educaci¨®n y sanidad de 10.000 millones de euros para aplacar la desconfianza de los mercados ante el proyecto de Presupuestos para 2012. Hemos pasado del recorte al hachazo y de ¨¦ste a la tala.
Esta tala afectar¨ªa a m¨¢s del 10% del presupuesto sanitario que est¨¢ en su mayor¨ªa en manos de las Comunidades Aut¨®nomas, mediante medidas dr¨¢sticas de recorte de prestaciones, repagos de f¨¢rmacos (a ricos), privatizaciones y desgravaciones fiscales que cambiar¨ªan de hecho el modelo universal financiado por impuestos de nuestro estado de bienestar o medioestar. Se tratar¨ªa pues de aprovechar la crisis para demoler el modelo universal, con un nuevo hachazo que se suma al ya sufrido en el a?o 2011.
Es necesario destacar que nuestro d¨¦bil estado social, que es perfectamente sostenible para nuestro nivel de renta, es fruto de un escaso compromiso financiero del Estado con las pol¨ªticas sociales, derivado, entre otras razones, de un sistema fiscal escasamente progresivo y lleno de agujeros que facilita el fraude y la evasi¨®n generalizados de las rentas altas y una escasa contribuci¨®n impositiva de las plusval¨ªas, sociedades y patrimonio, en contraposici¨®n al IRPF o al IVA que pagan los asalariados.
Este bajo nivel de inversi¨®n social explica que, a pesar de la sanidad universal, la educaci¨®n, las pensiones y la atenci¨®n a la dependencia, estemos muy lejos de la Uni¨®n Europea. Sin embargo, todo ello se corresponde con una derecha que no hizo su transici¨®n por el Estado de bienestar y una izquierda gobernante que ha mantenido el Estado social en una situaci¨®n de debilidad limit¨¢ndolo a un mediocre Estado del medioestar. A ello han contribuido los que calificaron las rebajas fiscales como medidas de izquierdas y aceptaron propuestas como los modelos privados de gesti¨®n o la colaboraci¨®n p¨²blico-privada en la gesti¨®n sanitaria y los que han mirador para otro lado en tiempos de bonanza ante el reto de la direcci¨®n y coordinaci¨®n del Sistema Nacional de Salud.
El cambio de sistema no s¨®lo no supondr¨¢ ahorro alguno sino que aumentar¨¢ el gasto sanitario
Hasta hoy, los buenos resultados del sistema sanitario, la opini¨®n favorable de los ciudadanos (en la derecha y en la izquierda), la satisfacci¨®n de los lobbys presentes en el sector (farmac¨¦uticos, de tecnolog¨ªas sanitarias y de la industria sanitaria privada) han mantenido una situaci¨®n de calma chicha fruto de un equilibrio de fuerzas e intereses econ¨®micos, sociales y pol¨ªticos. Hemos vivido de la inercia, los beneficios excesivos para la industria farmac¨¦utica y una gesti¨®n pol¨ªtica entre el populismo y los ¡°experimentos¡± con cava.
Sin embargo, a lo largo de los a?os de gesti¨®n auton¨®mica y pasividad de la Administraci¨®n Central en materia sanitaria, se ha ido modificando el Sistema Nacional de Salud en aspectos esenciales que hoy parecen ser las l¨ªneas de fuerza de la ofensiva del PP y los mercados en contra del mismo.
Las debilidades de nuestro Sistema Nacional de Salud han estado en los modelos de repago y privatizaci¨®n indirectos, de una parte, y de otra en una creciente medicalizaci¨®n y medicamentalizaci¨®n de la sanidad. Esta ¨²ltima directamente financiada y dirigida cada vez en mayor grado por las compa?¨ªas multinacionales de la farmacia y la tecnolog¨ªa, cuyo control f¨¦rreo impone unos modelos de negocio y trabajo negativos para el sistema. As¨ª cualquier novedad medicamentosa o tecnol¨®gica se incorpora, a unos precios elevados, sin m¨¢s, a las prestaciones p¨²blicas, aunque no haya la m¨¢s m¨ªnima evidencia de las ventajas que aporta sobre lo existente, obviamente mucho m¨¢s barato.
La ausencia de un modelo de gesti¨®n ha provocado debilidades que ahora se esgrimen para justificar la contrarreforma
Son precisamente estas debilidades las que hoy se utilizan como palanca para demostrar una supuesta inviabilidad del Sistema Nacional de Salud: una deuda farmac¨¦utica a proveedores que, sin ser excesiva, ha sido provocada por los mismos que se han beneficiado del sistema y hoy reclaman su reforma.
Otras debilidades han sido la ausencia de un verdadero modelo de gesti¨®n, la renuncia a la direcci¨®n pol¨ªtica en materia sanitaria y la inexistencia de proyecto pol¨ªtico, todo ello por parte de los sucesivos gobiernos, que se han escudado en que la ¡°sanidad¡± era una competencia de las Comunidades Aut¨®nomas.
Ahora la fruta parece madura. Ha llegado el momento de pasar factura al Estado del medioestar y en particular a un modelo sanitario apetitoso para los mercados, con la ayuda de un gobierno nacional reducido a un comisariado de los mercados y la Uni¨®n Europea
El PP, bajo la bandera de la igualdad de prestaciones y acceso, entendida esta como uniformidad, cumplir¨¢ con el doble objetivo de recortar prestaciones, imponer o coordinar repagos y colaboraciones con el sector privado, debilitar¨¢ el modelo de gesti¨®n auton¨®mica al tiempo que lo responsabilizar¨¢ de las inequidades e ineficiencia, cuando, en realidad, estas son y siguen siendo sociales unas y condicionadas por los lobbys las otras.
El PP tiene como principal objetivo romper la universalizaci¨®n, es decir sacar a las clases medias del Sistema Nacional de Salud, en tres frentes: reduciendo salarios de personal y prestaciones consider¨¢ndolas lujosas y ¡°pecaminosas¡± a veces para que se compren en el mercado (fertilizaci¨®n, aborto,¡), con el objetivo de establecer unas prestaciones b¨¢sicas y otras de pago. Introduciendo repagos o tasas para favorecer la ¡°competencia¡± y la ¡°mercantilizaci¨®n¡± y por tanto el flujo hacia el sector privado de aquellos que sufrir¨ªan doble imposici¨®n. Caminando todo ello, con desgravaciones fiscales y la generalizaci¨®n de mercados internos para el sector privado, hacia la precariedad y dualizaci¨®n del Sistema Nacional de Salud.
Todo ello, con la paradoja de que no s¨®lo no supondr¨¢n ahorro alguno sino que aumentar¨¢ el gasto sanitario como ocurre en los EEUU, que triplica el espa?ol.
La expulsi¨®n de las clases medias es el primer paso para transformar un sistema universal en otro meramente asistencial.
Por eso, hoy m¨¢s que ayer, es necesario defender el modelo de Sistema Nacional de Salud p¨²blico y universal, porque responde a necesidades y derechos ciudadanos a la salud y porque es el m¨¢s eficiente, reforzando su coordinaci¨®n, direcci¨®n participativa y descentralizaci¨®n frente a la imposici¨®n de los lobbys empresariales disfrazados de nostalgia centralizadora y eficiencia privatizadora. Para ma?ana y pasado ma?ana se trata de reorientar y reforzar el Sistema Nacional de Salud con la prioridad de los enfermos cr¨®nicos, la atenci¨®n primaria de salud y la salud p¨²blica. Pero para todo esto tiene que seguir existiendo el Sistema Nacional de Salud que hoy pone en peligro la tala del Gobierno y los mercados.
Gaspar Llamazares Trigo es diputado de IU por Asturias.
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