Historia de dos hermanas
"Mata no juega en ninguno de nuestros equipos, sino que es el verdugo de ellos. Es un ejemplo de la crisis: talento nacional que trabaja en el extranjero"
Hablamos estos d¨ªas de dos hermanas, Mar¨ªa Austeridad y Mar¨ªa Austeridad con Crecimiento. Nacieron con a?os de diferencia. Una es rubia, la otra a¨²n no, porque, como su nombre indica, est¨¢ en fase de crecimiento, justo lo contrario que Mar¨ªa Austeridad, la mayor, que no quiere ni ganar peso ni crecer. Mar¨ªa Austeridad dirige el colegio privado ¨Cmuy mono , por cierto¨C al que va la ni?a de Rajoy. Mientras, Mar¨ªa Austeridad con Crecimiento comparte universidad con las hijas de Zapatero, y su mayor deseo es crecer.
El encierro de los rectores las halla en las llamadas terrazas de Madrid. ¡°No consigo entender la fascinaci¨®n por comer en la calle¡±, expone Mar¨ªa Austeridad, a lo que Mar¨ªa Crecimiento, Creci, responde: ¡°Lo que no se entiende es que se le llame terraza a una acera. Es como tratar de confundir reforma con recorte. Te veo como molesta por el smog o la primavera porque tienes mala cara, Mar¨ªa Austeridad¡±. La mayor se defiende: ¡°?A m¨ª me preocupa Espa?a, Creci! La reuni¨®n de Hollande, Rajoy y Merkel no ha ido bien porque la alemana no se baja de la burra¡±. Creci intenta calmarla, pero Mar¨ªa Austeridad estalla. ¡°Estoy empezando a arrepentirme de mi voto. No avanzamos. No sabemos ad¨®nde nos dirigimos. ?Encuentras normal que todos los l¨ªderes se entrevisten en despachos protegidos por moqueta y madera y Mariano se re¨²ne con Merkel en un barco tur¨ªstico cruzando el r¨ªo de Chicago?¡±. ¡°Mar¨ªa Austeridad, no te pongas as¨ª, es un paseo muy lindo que hemos hecho, recuerda. Cuando te ense?an el rascacielos de Calatrava sientes ese orgullo espa?ol y valenciano creci¨¦ndote casi tan alto como el edificiote¡±. ¡°Est¨¢s tonta, Creci¡±, lanza Mar¨ªa Austeridad. ¡°?No te das cuenta de que a Mariano no necesitan protegerlo los del FBI ni nada, porque nadie da un c¨¦ntimo de credibilidad por nosotros? Todos vimos que con el balanceo Angela iba de lo m¨¢s relajada, maravillada por saber mantenerse a flote. Y feliz de saber que quienes pagaban el coste del barco ser¨ªan los mismos que pagaban los escoltas de D¨ªvar. Lo que le dijeran Mariano y sus chicos se mezclaba con el runr¨²n del motor y la suave brisa, haci¨¦ndola sonre¨ªr embobada al sol de Am¨¦rica, al sol que m¨¢s calienta¡±. ¡°Ay, Mar¨ªa Austeridad, tienes que cambiar de chip. Angela se ve¨ªa estupenda vestida de rosa con el r¨ªo verde, simp¨¢tica, siempre con esperanza¡±.
Mar¨ªa Austeridad se levant¨® dejando plantada a su hermana. A media tarde ya estaban reconciliadas para ver un episodio de Mad men. ¡°Aunque me gustar¨ªa, Mar¨ªa Austeridad, revisar aquel Bar?a-Chelsea, porque me encanta Mata¡±. ¡°?Jaume Matas?¡±, increp¨® Mar¨ªa Austeridad. ¡°No, qu¨¦ anticuada, de verdad. Mata, el futbolista que no juega en ninguno de nuestros equipos, sino que es el verdugo de ellos en el Chelsea¡±. Mar¨ªa Austeridad accedi¨® a pulsar el play en su DVD de finales de los noventa, cuando los regalaban en las cajas de ahorros. Fue d¨¢ndose cuenta de que el juego de piernas de este caballero Mata es algo digno de comentar.
Es pelirrojo y tambi¨¦n peligroso. ¡°En Inglaterra es todo un tema ser ginger, como califican a los pelirrojos. Mi teor¨ªa es que Mata lo exagera para gustar m¨¢s a los ingleses¡±, dijo Creci. ¡°?Qu¨¦ chorrada!¡±, espet¨® Mar¨ªa Austeridad, ¡°qu¨¦ l¨¢stima que un talento as¨ª tenga que jugar en un equipo extranjero. ??C¨®mo es que no estaba en nuestra selecci¨®n, Creci!?¡±. ¡°Mi amor, el f¨²tbol es una cosa complicad¨ªsima. Qui¨¦n te dice que este chico no toc¨® puertas, no hizo pruebas con Guardiola ni con su t¨¦cnico, al que desde que Mourinho le metiera un dedo en el ojo es como si le hubiera puesto un maleficio. ?Mata es un ejemplo de la crisis: talento nacional que trabaja para empresas extranjeras¡±, expuso Creci, refrescando la garganta con un poquito de agua con gas.
Mar¨ªa Austeridad pregunt¨®: ¡°Creci, ?el f¨²tbol es una nueva burbuja?¡±. Mar¨ªa Crecimiento no evit¨® un gesto de hinchaz¨®n. ¡°Llegas tarde a todo, hermana, ahora la burbuja que importa es la de Facebook. Los nuevos millonarios de la red social ser¨¢n casi igual de pobres que los de la primera burbuja punto.com¡±. Austeridad sinti¨® un escalofr¨ªo recorrer su espalda. En la pantalla, Mata meti¨® ese gol tremendo que desbanc¨® al Bar?a de la Champions. Mar¨ªa Austeridad pregunt¨® si ese gol doli¨® m¨¢s que el de Torres. ¡°Por supuesto, all¨ª comenz¨® Guardiola a pensar en retirarse y Mourinho a gestionar dos a?os m¨¢s de permanencia¡±. Entonces Mar¨ªa Austeridad entendi¨® el porqu¨¦ de su escalofr¨ªo.Fue mucho rato sentada al fresco entre corrientes en las terrazas y con la fiebre vio como si una luz radiante, muy p¨¢lida, abarcara toda la habitaci¨®n.
¡°?Est¨¢s viendo una aparici¨®n?¡±, grit¨® Mar¨ªa Crecimiento. ¡°No, Crecimiento, estoy sufriendo una realizaci¨®n, que es algo as¨ª como un repunte de conciencia. Y es que en Espa?a todo se mide por la vara del f¨²tbol¡±. ¡°?Y necesitas tanta luz y fiebre para tener esa realizaci¨®n?¡±. ¡°S¨ª, porque lo mismo pasar¨¢ con Rajoy. Ahora estamos negros con ¨¦l, pero apenas cambien las cosas, por el milagro que sea, ll¨¢mese Hollande, Merkel o r¨ªo verde de Chicago, volveremos a vender pisos y a llenarlos de ni?os deseosos de jugar al f¨²tbol¡±. Mar¨ªa Crecimiento, absorbiendo m¨¢s burbujas, sentenci¨®: ¡°Tanta austeridad no te quita las ganas de seguir creyendo en milagros¡±.
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