El nepotismo no es rentable
Bankia constituye un buen ejemplo de malas pr¨¢cticas directivas y pol¨ªticas que al final se pagan
De acuerdo con el Premio Nobel de Econom¨ªa Gary Becker, la discriminaci¨®n por preferencias generalmente deja de ser rentable cuando aparece la competencia. Si yo fuera el presidente de un club de f¨²tbol que se niega a fichar a Leo Messi o a Cristiano Ronaldo porque aborrezco a los argentinos o a los portugueses, los dos se hubieran quedado muertos de asco en Santa Fe o en Madeira siempre que no hubiera competidores. En otras palabras, si existe una liga espa?ola o europea altamente competitiva, otros clubs que sepan de la val¨ªa de estos jugadores los fichar¨ªan, eliminar¨ªan a mi equipo en primera ronda, se llevar¨ªan los ping¨¹es beneficios de ganar los grandes torneos y mi equipo descender¨ªa o entrar¨ªa en un concurso de acreedores. Lo mismo podr¨ªa decirse si un director mis¨®gino del ballet nacional o el responsable de pol¨ªtica cient¨ªfica no ficharan a Tamara Rojo o a Mar¨ªa Blasco por ser mujeres. La evidencia emp¨ªrica disponible nos muestra que, ceteris paribus, los grupos ¨¦tnicos o de g¨¦nero desfavorecidos por estas pr¨¢cticas discriminatorias han mejorado sustancialmente su situaci¨®n profesional en aquellos sectores donde m¨¢s ha crecido la competencia.
En este art¨ªculo, el tipo de discriminaci¨®n al que me voy a referir est¨¢ relacionado con el nepotismo. Por ejemplo, lo ocurrido con Bankia constituye un buen ejemplo de malas pr¨¢cticas directivas y pol¨ªticas que al final se pagan. La forma en que se realiz¨® el SIP ¡ªfusi¨®n fr¨ªa¡ª de esta instituci¨®n estaba condenada al fracaso en un contexto de alta competencia bancaria. La fusi¨®n de Caja Madrid y Bancaja, junto con otras cinco cajas peque?as, estuvo determinada desde su inicio por la ambici¨®n de dos presidencias regionales afines pol¨ªticamente por tener un banco grande ¡°amigo¡± en un contexto donde el creciente avance de la Caixa en el sector de cajas de ahorro despertaba recelos auton¨®micos. La fusi¨®n para crecer en un sector no rentable, como es el de banca minorista (con un exceso de capacidad del 35%), concentrado primordialmente en un mercado de bajo crecimiento como es el dom¨¦stico, acaba pag¨¢ndose. En el caso de Caja Madrid, hacerlo junto a entidades con m¨¢s activos t¨®xicos y todav¨ªa m¨¢s politizadas, se paga. Formar consejos de administraci¨®n constituidos en buena parte por personas con afinidades pol¨ªticas, e incluso familiares, con los dirigentes regionales, pero carentes de experiencia bancaria, se paga. Fomentar una salida a bolsa forzando, por motivos patri¨®ticos, a varias grandes empresas nacionales a comprar paquetes de 25 millones de euros en la OPV ¡ªoferta p¨²blica de venta¡ª, sin ser capaces de hacer un equity story ¡ªla historia del ¨¦xito, el potencial y el futuro de una empresa¡ª en el que creyeran los inversores institucionales, se paga. La compra masiva de autocartera para sostener artificialmente el valor de la acci¨®n, provocando grandes p¨¦rdidas al derrumbarse ¨¦sta, se paga. Seleccionar nuevos equipos de profesionales de fuera sin experiencia en el funcionamiento de la instituci¨®n e ignorar o prescindir de los de dentro, no sale gratis.
Formar consejos de administraci¨®n constituidos en buena parte por personas con afinidades pol¨ªticas, se paga
Nada de ello exime de responsabilidad a los anteriores gestores de Caja Madrid, donde la presidencia, como la de otras grandes empresas privatizadas en 1996-2000, fue a parar a compa?eros de pupitre o de preparaci¨®n de oposiciones del entonces presidente del Gobierno. ?Qu¨¦ mayor confianza que aquella emanada de los amigos de la ni?ez o de la juventud!
Sin embargo, los lodos de estos nombramientos no parecen haber hecho mella posteriormente. Hay m¨²ltiples ejemplos de afinidades similares en el anterior gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero (por ejemplo, en la presidencia de Caja CLM). Ejemplos recientes los tenemos en la propuesta de un candidato no suficientemente experto para el Consejo Ejecutivo de BCE, que no va a salir elegido pues hay otros m¨¢s cualificados en esta materia de otros pa¨ªses. Tambi¨¦n en los recientes nombramientos para la c¨²pula del Banco de Espa?a de hace unos d¨ªas. Por un mero prurito de independencia del Gobierno, ?tiene sentido, nombrar a un candidato de 67 a?os con la expectativa de que dentro de tres a?os, cuando se jubile, pueda nombrarse a otro candidato af¨ªn, esta vez por un mandato de 6 a?os, en presencia de otros candidatos altamente cualificados pero pol¨ªticamente m¨¢s independientes?, o ?cabe entender el veto como subgobernadora, tras haber salido su nombre en todos los medios (lo que hubiera supuesto un hito al ser la primera mujer en dicho puesto) a la anterior directora general de Tesoro precisamente por haberlo sido en un gobierno de otro color, ignorando que el pen¨²ltimo gobernador, nombrado por el PP, proven¨ªa precisamente de dicha direcci¨®n?
Es cierto que el gobierno actual tiene un amplio respaldo en las urnas pero ello no debe ser ¨®bice para exigir un plus de profesionalidad en unas circunstancias tan complicadas como las que vive la sociedad espa?ola. Puede que estas acciones dif¨ªcilmente comprensibles conlleven alg¨²n beneficio a corto plazo. Sin embargo, la competencia, esta vez a trav¨¦s de los medios globales y, sobre todo, por la presi¨®n de nuestros acreedores internacionales, ser¨¢n en ¨²ltima instancia los que les (nos) hagan pagar por este tipo de desmanes que, si no son nepotistas (ojal¨¢ me equivoque), mucho se le parecen.
Juan Jos¨¦ Dolado es catedr¨¢tico de Econom¨ªa, Universidad Carlos III.
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