Pecios. ?Pero ha habido alguna vez "tiempos felices"?
El adanismo pol¨ªtico, el envilecimiento de la justicia que favorece el triunfante ¡®victimato¡¯ y los oportunos saberes hist¨®ricos de Aznar y la preocupaci¨®n por la guerra tejen algunas de las reflexiones breves del autor
(Hoy s¨ª que) La pol¨ªtica es una actividad cuyo ejercicio consiste en volver a empezar de nuevo cada d¨ªa.
(Glosa al anterior) Lo encuentro mucho mejor dicho ¡ªreferido al PP¡ª en una columna de M. A. Aguilar: ¡°La inauguraci¨®n permanente de la historia¡±.
(Pensar en positivo) Han conseguido que no haya cosa de m¨¢s mala fe que la esperanza.
(Adivinanza) Tiene una voz tan ¨¢spera que las palabras que salen de su boca zumban como mosquitos.
(Victimato) La justicia moderna reverbera la antigua venganza, porque la culpa ya no parece ser el da?o, sino la impunidad.
(Right or wrong) Naturalmente, que el enemigo tenga que ser malo es una consecuencia de la pueril e intransitable l¨®gica de la moral.
Pensar en positivo. Han conseguido que no haya cosa de m¨¢s mala f¨¦ que la esperanza
(Espa?a) Aqu¨ª es que casi no hay cosas ni acciones de tanto como abultan las personas. Y con dos apellidos.
(Aviso para el p¨²blico) En el gui?ol no hay Dios, pero s¨ª que est¨¢n la muerte y el diablo. As¨ª es tambi¨¦n en aquellas antiguas aleluyas ilustradas de El mundo al rev¨¦s: la pen¨²ltima es la de la muerte: el hombre tiene la guada?a y la esgrime contra un esqueleto, que dice ¡°Lleg¨® mi hora¡±; y la ¨²ltima del diablo: el hombre se lo echa al hombro y sale corriendo, y el diablo dice: ¡°?Ad¨®nde me llevas, p¨ªcaro?¡±.
(El progreso) Los adelantos pueden conseguir tristezas nunca antes conocidas; ya alg¨²n pintor franc¨¦s del siglo XIX nos mostr¨® c¨®mo la luz de una bombilla puede llegar a ser infinitamente m¨¢s triste que la de un candil.
(Contra los nominalistas) ¡°La palabra perro no ladra¡± se atreven a decir. En la f¨¦tida y repelente infinitud de perros que los hombres alimentan no ha de faltar alguno que no ladre, pero si hay uno que no puede absolutamente dejar de ladrar es el de la palabra que nombra la especie.
(El glorioso antecedente) Aznar historia de Espa?a s¨ª debe de saber y, si no, su se?ora, que era entonces concejal del Ayuntamiento de Madrid, pod¨ªa leerlo a diario en los versos de la plaza de la Villa: ¡°... y en la Tercera el Franc¨¦s...¡±. En efecto, fue en aguas de la isla Terceira, la mayor de las Azores, que Felipe II hab¨ªa anexionado por las armas, con todo Portugal, a su corona, donde ?lvaro de Baz¨¢n, que hab¨ªa mandado la escuadra espa?ola en Lepanto, derrot¨® a los franceses en el terrible combate naval del 26 de julio de 1582, hist¨®ricamente famoso no solo por el estrago sino tambi¨¦n por ser el primero en que pelearon galeones armados. Ya se comprender¨¢ el entusiasmo del presidente Bush cuando Aznar le fue con esta historia y le recomend¨® la isla Terceira para la triple reuni¨®n sobre la guerra de Irak, sobre todo porque los derrotados hab¨ªan sido los franceses, los antecesores de Dominique de Villepin, que hab¨ªa sido hasta aplaudido ¡ªcosa inusitada¡ª en la ONU, por su vibrante discurso contra esa guerra. El curioso movimiento de Bush por detr¨¢s de Barroso y del ingl¨¦s para ponerse al lado de Aznar debi¨® de responder a un s¨²bitamente renovado esp¨ªritu de gratitud.
(Libertad de movimientos) Suelo decir que no s¨¦ lo que es la libertad, pero como en muchas otras cosas el argumento m¨¢s s¨®lido que tengo no es m¨¢s que una alegor¨ªa: la de las cuerdas de la marioneta: cuantas m¨¢s, m¨¢s libertad.
(Nuevas tecnolog¨ªas) Los mayores cambios que ha habido en el mundo y en los hombres en los ¨²ltimos 100 a?os son los que ha producido la invenci¨®n de la fotograf¨ªa quieta y m¨®vil (motion pictures).
Milagros. Las garant¨ªas, como los puntales, desautorizan la verdad o la suplantan
(Pos¨®n / pel¨ªkon) El cierzo sopla m¨¢s fr¨ªo que mantas tiene toda la familia. Se queja de m¨¢s fiebre que term¨®metros hay en la botica. Entra m¨¢s mar que marineros hay para achicar la barca.
(Sajones y latinos) El marcado sentimentalismo anglosaj¨®n surge de la necesidad de una esperanza concebida como fidelidad y se esfuerza constantemente por guardarla; la desaz¨®n espa?ola no ha conocido nunca la esperanza, en su lugar pone una aceptaci¨®n eternamente rencorosa.
(Milagros) Es m¨¢s que peligroso buscar garant¨ªas para una verdad o para cosa que por tal se tenga. La garant¨ªa consiste siempre en un refuerzo exterior. O sea que no os fiais de que una pared se tenga en pie por s¨ª sola, y no se os ocurre cosa mejor que apuntalarla. Las garant¨ªas, como los puntales, desautorizan la verdad o la suplantan.
(Sixtina) La mano abierta como un espejo c¨®ncavo de este Cristo nuevo, rasurado como un romano, proyecta su haz no de luz sino de tiniebla hacia el oscurecido rinc¨®n inferior izquierdo, donde est¨¢n los r¨¦probos: la mano del Salvador no est¨¢ salvando, est¨¢ condenando.
(La Era industrial) Ning¨²n dicho expresa mejor la homogeneizaci¨®n del tiempo en la Era industrial que aquel refr¨¢n moral, no por casualidad precisamente ingl¨¦s: ¡°Play while you play, work while you work¡±. Fue Cervantes tal vez el ¨²ltimo que tuvo la gracia de anunciar la condici¨®n del tiempo antiguo: ¡°Mas no son todos los tiempos uno¡±. La sirena impuso la puntualidad en la entrada de la f¨¢brica y el ocio se oblig¨® a las agujas del mismo reloj; no pod¨ªa haber adelantos ni retrasos ni alcances ni superposiciones, porque el tiempo era el mismo, y no pod¨ªa haber un ¡°mientras¡± ¡ªun while¡ª simult¨¢neo de trabajo y ocio; todo tuvo que ser enrasado en ocho horas, con el mismo principio y el mismo fin.
(Lo detestable) Hay cosas que se hacen odiar ya desde el ep¨ªteto con que nos las encarecen: las de ¡°honda raigambre¡±, las de ¡°genuino sabor local¡±.
(Palabra por palabra) Roturaci¨®n y deforestaci¨®n corroen y esterilizan el delgado suelo de la tierra tropical. A toda construcci¨®n precede cada vez m¨¢s profunda destrucci¨®n del suelo del solar. Los hombres de Gran Metr¨®polis se mueven por corredores sombreados por competici¨®n de altura entre encumbradas torres. El auge de transportes y comunicaciones descualifica cercan¨ªas y lejan¨ªas. Las distancias se homologan como duraciones: el espacio se desdimensiona y se temporaliza. En esa tierra descortezada y desespacializada, los hombres van dejando de llamar ¡°mundo¡± al lugar en el que habitan y al contexto y contenido de sus vidas y cambi¨¢ndole el nombre de ¡°mundo¡± por el del desnudo soporte astron¨®mico en que se sustentaba dicen cada vez m¨¢s ¡°el planeta¡±.
(Glosa del anterior) Una vez m¨¢s la guerra demuestra ser lo que va por delante y lo que manda en la civilizaci¨®n y en la palabra, pues ella es lo primero que se ha vuelto realmente astron¨®mico, dado que se combate y se gana fuera de la atm¨®sfera y aun de la gravedad.
(Panem et circenses) Llenando el lugar vac¨ªo de la impotencia, el hast¨ªo y el nihilismo, el deporte es desde siempre lo que m¨¢s cabalmente cumple la funci¨®n primaria de toda cultura como instrumento de control social.
(Tiempos) ?Pero ha habido alguna vez ¡°tiempos felices¡±?
*
(D¨ªas) Los d¨ªas felices los pone all¨ª el recuerdo. Por eso son tan tristes.
Rafael S¨¢nchez Ferlosio es escritor.
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