Hijo ¨²nico: ley o necesidad

Pol¨ªticos y dem¨®grafos est¨¢n de acuerdo: la estrategia china del hijo ¨²nico ha sido todo un ¨¦xito. De no ser por ella, China acoger¨ªa ahora a 400 millones m¨¢s de seres humanos; es decir, estar¨ªa rozando los 1.800 millones de habitantes. Se ha evitado una explosi¨®n demogr¨¢fica que habr¨ªa tra¨ªdo muchos quebraderos de cabeza a un pa¨ªs que se enriquece por d¨ªas y, segunda potencia econ¨®mica, suma ya millones de millonarios y es la f¨¢brica y el financiador del mundo. Sin embargo, como siempre han alertado las organizaciones de Derechos Humanos, tras las grandes estad¨ªsticas se esconden dramas cada vez m¨¢s dif¨ªciles de ocultar. Por eso, la poblaci¨®n parece decidida a plantarle cara a una pol¨ªtica que tambi¨¦n ha generado mucho sufrimiento.

El aborto forzoso de una embarazada de siete meses ha sido la gota que ha colmado el vaso. Los m¨¦dicos alertan de que estas interrupciones forzadas no son extraordinarias, pero ahora los chinos son m¨¢s exigentes y presionan por todos los medios, incluidas las redes sociales, para que los dirigentes revisen sus estrategias.

La pol¨ªtica del hijo ¨²nico, establecida en 1978, produce claras injusticias. La primera, que los ricos puedan saltarse la norma a la torera pagando la multa correspondiente. La segunda, que siga tan extendido el aborto selectivo hasta el punto de que hoy, en contra de las leyes naturales, haya 50 millones m¨¢s de chinos que de chinas. La tercera y m¨¢s importante de todas es la imposibilidad de la mayor¨ªa de las parejas de elegir libremente la dimensi¨®n de las familias que fundan. En el caso chino, solo est¨¢n exentos de la prohibici¨®n de tener un segundo hijo las mujeres que son hijas ¨²nicas, las campesinas y las divorciadas.

Se da la paradoja de que a pesar de una norma tan estricta que las autoridades chinas establecieron con car¨¢cter temporal, la tasa de fertilidad china no es la m¨¢s baja del mundo. De hecho, su ratio est¨¢ en 1,54 hijos por mujer en edad f¨¦rtil; por encima, por ejemplo, de la espa?ola (1,47), lo que conduce a una curiosa situaci¨®n: aunque por razones completamente diferentes, las mujer china y la espa?ola coinciden en que no tienen mucho margen para crear familias numerosas.