Ceviche con mango
"En los programas, el coraz¨®n ha dejado de ser el principal reclamo de audiencia y s¨ª lo es en cambio la tertulia econ¨®mica. 'Las primas de riesgo son las nuevas Roci¨ªtos', se oy¨® en los pasillos de Telecinco"
Cuando era ni?o en Caracas, mis padres empleaban una frase hecha para explicar aquello que ten¨ªa poca explicaci¨®n. ¡°Es un arroz con mango¡±, dec¨ªan, y mis hermanos y yo pon¨ªamos esa cara de asco propia de los ni?os ante un plato imposible. Una mezcla t¨®xica. El arroz acompa?a mucho, pero el mango tiene un resto astringente que puede fastidiar, convirti¨¦ndolo en algo dif¨ªcil de asimilar. Las madres venezolanas alertaban de que el fruto tropical posee eso, jam¨¢s desvelado, que puede volverse venenoso al contacto con otros alimentos, como el almid¨®n. Ese es el caso del arroz con mango, porque comerlo pod¨ªa estar lleno de peligros que se descubren a media luz. O en plena digesti¨®n.
Sin embargo, en la cumbre del G-20 celebrada esta semana en el para¨ªso natural de Los Cabos, en Baja California (M¨¦xico), el plato estrella fue el ceviche con mango. ?Ay, el ceviche, todo el mundo le quiere hincar el diente a su autor¨ªa, como antes lo quer¨ªamos hincar al d¨®lar o al euro! El ceviche es una manera de macerar pescados blancos en lim¨®n o lima, cebolla, aj¨ªes y cilantro que, al parecer, desarrollaron los incas, pero que los mexicanos, que tienen su punto imperialista, han hecho casi suyo. Es un sabor fuerte el del ceviche, pero que cada vez gana m¨¢s adeptos, incluso se le reconoce como el nuevo sushi. Agregarle las rodajitas de mango lo convierte en una exquisitez muy propia de estos tiempos revueltos, donde los pa¨ªses emergentes ayudan a los tradicionales y Rajoy ya no se sabe si se come un rescate con sabor a bacalao con strudel y queso feta. Al mismo tiempo, lejos de all¨ª, en otro bell¨ªsimo enclave natural, otra reserva de la biosfera rica en flora y fauna, la urbanizaci¨®n de La Moraleja, se reuni¨® el clan de las Tablada, muy pendientes de la econom¨ªas emergentes y de comunicar bien, como deber¨ªa hacer Mariano si se dejara aconsejar. Se comi¨® ceviche acompa?ado de fideu¨¢ y mojitos, y se mentaron las madres tanto del IVA como del FMI, pero qued¨® claro, otro de los cambios de hoy, que las mujeres est¨¢n unidas en primera l¨ªnea de la pol¨ªtica dom¨¦stica e internacional. Basta con ver la complicidad entre Marina Danko y Elena Tablada o entre Merkel y Dilma, que se miran y hablan sabiendo que de la uni¨®n de ambas podr¨ªa nacer una nueva Gisele B¨¹ndchen, pero gigante.
En efecto, todo sabe un poco a ceviche con mango con las recetas de los pa¨ªses emergentes. La extenuante actualidad econ¨®mica de esta semana ha llevado casi a una indigesti¨®n. Tanto es as¨ª que en muchos programas de televisi¨®n el coraz¨®n ha dejado de ser el principal reclamo de audiencia y s¨ª lo es en cambio la tertulia econ¨®mica. Es un hecho curioso, pero puede generar nuevos parados y tambi¨¦n nuevos empleos. Las tertulias televisivas ahora requieren la ayuda de Guindos cat¨®dicos, un poquito m¨¢s simp¨¢ticos que el se?or ministro, que puedan ayudar a digerir las amargas noticias y combinar la acidez del lim¨®n de ese ceviche con un pel¨ªn de mango dulce. ¡°Las primas de riesgo son las nuevas Roci¨ªtos¡±, se escuch¨® decir en un pasillo de Telecinco. Tiembla el chiringuito de la prensa rosa, se?alada como una cosa de cuando ¨¦ramos ricos. ¡°El cotilleo no tiene tanto sentido en un momento en el que todo el mundo sabe decir 100.000 millones de euros sin equivocarse¡±, asegur¨® la misma persona en el mismo pasillo. Y, la verdad, no parece un reciclaje tan complicado. Ser¨ªa tan sencillo como pasar de preocuparnos por Bel¨¦n, en qu¨¦ colegio se matricular¨¢ la sobrina de Letizia o con qui¨¦n sale Marina Danko (que acudi¨® invitada a la cumbre Tablada en calidad de amiga emergente) a salpicar nuestras conversaciones con esas siglas tan de moda: ¡°Aplicaremos un EFSF, y todo ser¨¢ a trav¨¦s del FROB, y te denuncio al FMI como no me presentes una rebaja fiscal¡±. En alg¨²n plat¨® ya redise?an el logo de S¨¢lvame con un $ al principio y un € al final.
Es incre¨ªble c¨®mo se cocina todo y c¨®mo se sirve. Cre¨ªamos que nuestro presidente hab¨ªa salvado al pa¨ªs in extremis y en Los Cabos nos enteramos de que Merkel y ¨¦l est¨¢n atrapados en un salpic¨®n de desmentidos. Que esperan este fin de semana negociar condiciones que consigan hacer m¨¢s digerible el chucrut del rescate. Que todos le recriminan la petulancia y el empe?o en cambiar rescate por aquella receta de l¨ªnea abierta de cr¨¦dito que ya nadie recuerda. ?Pero d¨®nde est¨¢ ahora la l¨ªnea de cr¨¦dito abierta? Ha corrido la misma suerte que aquella ni?a de Rajoy que nunca creci¨®. O los hilillos de crudo en expansi¨®n vertical que desprend¨ªa el Prestige.
Otra cumbre pasa y la revista ilustrada ?Hola! consigue poqu¨ªsimas noticias alegres de nuestra familia real que llevarnos a la boca, teniendo que recurrir, una vez m¨¢s, a la familia real brit¨¢nica para saciar nuestro apetito aristocr¨¢tico, a pesar del contencioso territorial que los dos reinos mantienen como un plato caliente.
Y del ceviche con mango que son las econom¨ªas emergentes confirmamos que son un poquito pichirres, un poco taca?as. Por prestar, lo hacen siempre cerrando el pu?ito. As¨ª no llegamos ni al aperitivo. Siempre nos quedar¨¢ el axioma de Madonna, que cuando sus hijos van unos d¨ªas con sus padres instruye: ¡°Manzana, s¨ª. Pl¨¢tano, no¡±.
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