Blabl¨¢, blabl¨¢...
Los efectos que el hombre produce en el cambio del clima se relegan a la lucha contra la crisis
Vencidas las dos cumbres globales que se han celebrado la pasada semana, el balance de las mismas es diferente. Suspendamos una valoraci¨®n rotunda del G-20 de M¨¦xico hasta que veamos si sus llamadas a una estrategia de crecimiento tienen efecto, sobre todo en la zona m¨¢s retrasada de la recuperaci¨®n econ¨®mica: Europa. En cuanto a la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (R¨ªo+20), el resumen no puede ser m¨¢s decepcionante: inacci¨®n pol¨ªtica, ausencia de un salto adelante, conflicto de intereses cuyo vector dominante ha sido la pasividad. Blabl¨¢, blabl¨¢...
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de la Cumbre de la Tierra, celebrada en 1992 tambi¨¦n en Brasil, es dif¨ªcil encontrar algo concreto en la declaraci¨®n de R¨ªo+20, m¨¢s all¨¢ de los pronunciamientos propagand¨ªsticos de algunos de las decenas de jefes de Estado y de Gobierno presentes (entre los cuales, por ejemplo, no se encontraba Obama, lo que es muy representativo del momento que vive el desarrollo sostenible). Quiz¨¢ una de sus principales caracter¨ªsticas sea el desplazamiento de la atenci¨®n de las convenciones firmadas en 1992 sobre biodiversidad y cambio clim¨¢tico (CC) hacia la pobreza, como si no hubiera una interdependencia directa entre lo econ¨®mico, lo social y lo ambiental.
Coincidiendo con R¨ªo+20, la ONU ha iniciado una campa?a, titulada ¡°Y t¨² sin enterarte¡±, que ocupa vallas publicitarias de muchas ciudades, en la que pretende poner al d¨ªa los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que han de cumplirse, seg¨²n lo comprometido, para el a?o 2015. En ellos se pretend¨ªa reducir a la mitad las personas que viven con menos de un d¨®lar al d¨ªa, garantizar un empleo decente y reducir a la mitad las personas que pasan hambre. Cuando faltan tres a?os para ese horizonte se han reducido (seg¨²n el propio balance de la ONU) en 400 millones las personas que viven con menos de 1,25 d¨®lares diarios, pero 1.000 millones siguen pasando hambre en el mundo.
?Y el CC? Las dudas, contradicciones y pasos atr¨¢s conducen a situaciones m¨¢s graves, en algunos casos, que las de hace dos d¨¦cadas. Prosiguen los aumentos de temperatura, del nivel del mar, hay fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos m¨¢s frecuentes, reducci¨®n de la superficie de los glaciares, p¨¦rdida de biodiversidad, aumento de la probabilidad de enfermedades infecciosas y de las migraciones.
Pero del mismo modo que en el seno de la econom¨ªa se distingue entre lo urgente y lo importante, tambi¨¦n se hace entre la econom¨ªa y el resto: la naturaleza del CC, que parece tener efectos solo a medio y largo plazo, hace que en situaciones de coyuntura adversa, el gasto tienda hacia la cobertura de las necesidades m¨¢s inmediatas. Se da as¨ª una asignaci¨®n de recursos muy dif¨ªcil de combatir por quienes llaman la atenci¨®n sobre los riesgos causados por la acci¨®n del hombre en los sistemas naturales y en las costumbres y comportamientos sociales.
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