Regreso del futuro
La fractura generacional y la crisis institucional amenazan el futuro de la democracia
Domingo, 21 de junio de 2016. No hace ni una hora del anuncio por parte del portavoz del Gobierno de los resultados de las elecciones. Los pron¨®sticos de los ¨²ltimos meses se confirman: nos convertimos en el quinto pa¨ªs europeo que pone fin a su tradicional sistema de partidos. El propio ministro portavoz as¨ª lo ha expresado: ¡°Hoy, tras la legislatura m¨¢s turbulenta de la historia de nuestra democracia, el bipartidismo, tal y como lo hemos conocido en las ¨²ltimas d¨¦cadas, toca a su fin¡±.
En las filas de los dos principales partidos, el Partido Conservador y la Alianza Social Dem¨®crata, se han producido ya varias dimisiones en cadena. En sus sedes, un pu?ado de militantes y simpatizantes viven con desesperaci¨®n estos momentos. Los conservadores han resistido algo mejor que los socialdem¨®cratas. Juntos, en todo caso, no suman m¨¢s que el 38% del voto.
A medio camino entre las dos sedes, en una conocida plaza de la capital, el Partido Radical (PR) celebra lo que hasta hace unas horas era una incierta victoria. La nueva fuerza pol¨ªtica se define a s¨ª misma como una ¡°plataforma¡±: rechaza expl¨ªcitamente el uso de la palabra ¡°partido¡±. Se trata de una agrupaci¨®n variopinta de ciudadanos, asociaciones y movimientos sociales, unida bajo un programa pol¨ªtico com¨²n, inusualmente breve (no llega a las 40 p¨¢ginas), pero dotado de contenido, y enormemente ambicioso. Su l¨ªder es una mujer de 37 a?os, capaz, preparada, y sin experiencia pol¨ªtica previa. Detr¨¢s de ella, en las lista al congreso de los diputados, se alternan sin criterio aparente los nombres de unas pocas personas conocidas, los de algunos pol¨ªticos provenientes de los partidos tradicionales y los de individuos an¨®nimos, que han dejado temporalmente sus trabajos, muchos de ellos de alta cualificaci¨®n, para defender un proyecto de ¡°rescate ciudadano¡±, el lema del PR en estos comicios.
A¨²n estamos en 2012. Hay tiempo para reaccionar. Es urgente hacerlo
Que algo as¨ª era posible, se ve¨ªa venir desde hace tiempo. EL PR nace de dos fracturas. La primera, la que se produjo entre quienes gozan de una vivienda en propiedad y un trabajo estable, y quienes, por haber nacido a?os m¨¢s tarde, han visto usurpados una parte de los derechos sociales que s¨ª ten¨ªan sus padres. La fractura, por tanto, es aparentemente generacional. En la pr¨¢ctica, sin embargo, la fuente del conflicto no es la edad sino los derechos asociados a la misma. Resulta llamativo que ninguno de los partidos tradicionales haya entendido a tiempo la magnitud de esta nueva fractura social. No es casualidad que los radicales, por lo que indican las encuestas preelectorales, se hayan situado a distancias de alrededor de los 20 puntos porcentuales respecto a esos partidos entre los j¨®venes.
La segunda fractura tiene, en gran medida, su origen en la crisis institucional que ha convivido con la recesi¨®n econ¨®mica en estos ¨²ltimos a?os. Una larga lista de esc¨¢ndalos y errores ha ido salpicando a casi todas las instituciones de la democracia, forjando en la ciudadan¨ªa la imagen de una sociedad dividida entre un grup¨²sculo de privilegiados y una masa de personas que se han ido despertando cada d¨ªa con nuevas y mayores dificultades.
En estos a?os ha habido abuso de poder en puestos destacados del sistema judicial; tramas de corrupci¨®n mal resueltas en algunos partidos; operaciones financieras que han arruinado a miles de familias; o affaires cuanto menos turbios en la Jefatura del Estado. Y la lista no es exhaustiva.
La crisis de confianza en las instituciones tambi¨¦n ha afectado a la Uni¨®n Europea, que no ha ca¨ªdo en pr¨¢cticas corruptas pero s¨ª en pol¨ªticas equivocadas. En estos a?os, se ha reducido dr¨¢sticamente el europe¨ªsmo de los ciudadanos, que creen que la UE ha abdicado del proyecto solidario con el que naci¨®. La imposici¨®n por parte de los pa¨ªses acreedores de un programa de medidas que ha hundido en poco tiempo a muchos hogares de los pa¨ªses deudores, est¨¢ en el origen del antieurope¨ªsmo que, como una plaga, se ha extendido dentro de nuestras fronteras. No es esta la Europa que los ciudadanos quieren.
Son las dos fracturas, la generacional y la de origen institucional (ya sea por malas pr¨¢cticas de las instituciones o por pol¨ªticas err¨®neas), las que explican lo sucedido el 21 de junio. Al PR se han sumado muchas de las personas nacidas despu¨¦s de 1970, que piensan que nadie les ha ayudado a superar los obst¨¢culos que les impiden elegir su propia vida. Y al PR se han unido tambi¨¦n todos aquellos que creen que, con urgencia, se debe hacer frente a la enorme desigualdad de hoy en d¨ªa. Es el inmovilismo o los titubeos a la hora de afrontar estas dos fracturas sociales los que han terminado por engullir a los partidos tradicionales.
Pero a¨²n es 2012. Y esto es Espa?a. El Partido Radical no ha nacido. De haberlo hecho, podr¨ªa haber adoptado una identidad mucho menos atractiva y bastante m¨¢s peligrosa. El nombre podr¨ªa haber sido Uni¨®n Nacional. A¨²n es 2012. Hay tiempo para reaccionar. Es urgente, creo yo, hacerlo.
Bel¨¦n Barreiro es directora del Laboratorio de la Fundaci¨®n Alternativas y ex presidenta del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas.
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