Los mejores sitios para ver animales en libertad
Un grupo de lobos marinos juega con una buceadora, en el islote Plaza, cercano a la isal de Santa Cruz, en las Gal¨¢pagos./Tui de Roy
Dos de las experiencias m¨¢s emocionantes que recuerdo haber tenido viajando fueron con animales. La primera, un encuentro con los gorilas de monta?a de los volcanes Virunga, en el Zaire (hoy Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo).
La segunda, en las islas Gal¨¢pagos (Ecuador), buceando con leones marinos, que se muestran curiosos y juguetones dentro del agua, como volv¨ª a comprobar hace unas semanas en los islotes del mar de Cort¨¦s, en Baja California Sur (M¨¦xico).
Islas Gal¨¢pagos (Ecuador)
Aislamiento, en biolog¨ªa, es casi siempre sin¨®nimo de especies ¨²nicas, extra?as y maravillosas. As¨ª ocurre con las Gal¨¢pagos, un archipi¨¦lago volc¨¢nico a unos 1.000 kil¨®metros de las costas de Ecuador donde unas pocas especies procedentes del continente se quedaron aisladas del resto y evolucionaron de forma independiente, adapt¨¢ndose a las condiciones especiales de cada isla.
Turistas en la isla de Isabela, Gal¨¢pagos (Ecuador)./ Juan Carlos Mu?oz
Herman Melville, el autor de Moby Dick, se refiri¨® a ellas como 'las est¨¦riles encantadas', pero hay pocos lugares en el planeta donde la vida palpite como en este archipi¨¦lago de 13 islas volc¨¢nicas y m¨¢s de 110 islotes y rocas pobladas por ping¨¹inos, iguanas terrestres y marinas, leones de mar,ballenas y miles de p¨¢jaros.
Una turista fotograf¨ªa a unos lobos marinos en Punta Espinosa, en la Isla volc¨¢nica Fernandina, en las gal¨¢pagos ( Ecuador). /Gonzalo Azumendi
Sin olvidar las tortugas gigantes ¨Cgal¨¢pagos¨C que dan nombre al archipi¨¦lago y son los seres m¨¢s longevos que existen (su edad sobrepasa los 150 a?os), si exceptuamos los ¨¢rboles y algunas bacterias. Charles Darwin lo visit¨® en 1831, durante su c¨¦lebre viaje a bordo del Beagle, y all¨ª encontr¨® las bases de su teor¨ªa de la evoluci¨®n. La ausencia de depredadores en las Gal¨¢pagos hace que la fauna del archipi¨¦lago se muestre sumamente confiada con los visitantes, que pueden acercarse a un palmo de los animales, aunque sin salirse de los senderos marcados.
Komodo (Indonesia)
Isla Nublar, el hogar imaginario de los dinosaurios de Parque Jur¨¢sico, existe. Pero no est¨¢ en Costa Rica, sino en Indonesia, y se llama Komodo.
Las leyendas sobre feroces dragones que circulaban sobre esta peque?a isla al este de Bali se hicieron realidad en 1911, cuando la Administraci¨®n colonial holandesa envi¨® una expedici¨®n para comprobar la veracidad de tales rumores y descubri¨® unos monstruosos lagartos carn¨ªvoros que tienen una antig¨¹edad de 200 millones de a?os y pueden alcanzar los seis metros de longitud: los dragones de Komodo.
Montes Virunga (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Uganda y Ruanda).
Al escritor brit¨¢nico Edgar Wallace se debe la paternidad de uno de los monstruos m¨¢s entra?ables del cine fant¨¢stico: el gigantesco, melanc¨®lico gorila King-Kong.
Aunque la maravillosa pel¨ªcula que Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper realizaron en 1933 sit¨²a su hogar en la remota e imaginaria Skull Island (la isla de la Calavera), el h¨¢bitat de los aut¨¦nticos gorilas de monta?a --m¨¢s peque?os que Kong, pero no menos impresionantes-- son los montes Virunga, en ?frica Central, una cadena de volcanes que se extiende entre la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Ruanda y Uganda. Debajo se puede ver un trailer de Gorilas en la Niebla (1988), basada en la vida de Diane Fossey, asesinada en 1985 en Ruanda por cazadores furtivos.
Esteros del Iber¨¢ (Argentina)
Yacar¨¦s de mirada furtiva y circunspectos carpinchos (o capibaras, roedores del tama?o de un cerdo) son los animales m¨¢s f¨¢ciles de ver y fotografiar en las excursiones por las lagunas que forman los esteros del Iber¨¢ (agua brillante en guaran¨ª), una reserva natural de 1,3 millones de hect¨¢reas en la provincia de Corrientes, al norte de Argentina, que forma el segundo mayor humedal de Am¨¦rica del Sur, tras el Pantanal brasile?o.
Un Yacar¨¦ en los esteros del Iber¨¢, Corrientes (Argentina). / Isidoro Merino
Los yacar¨¦s comparten cartel con 368 tipos de aves, 40 clases de anfibios, 125 de peces (entre ellos, las temibles pira?as) y 60 especies de reptiles, entre los que destacan la boa curiy¨², la multicolor y venenosa serpiente coral y la yarar¨¢ o v¨ªbora de cruz. M¨¢s dif¨ªciles de vislumbrar son el escurridizo lobito de r¨ªo (una nutria), el aguar¨¢ guaz¨² o lobo de crin, el venado de las pampas y el ciervo de los pantanos. Los esteros son tambi¨¦n un para¨ªso para los amantes de la pesca, que aguardan expectantes la floraci¨®n del ¨¢rbol lapacho, que suele marcar, en agosto, el comienzo de la temporada de pesca del codiciado tigre: el pez dorado o pir¨¢-yu.
Serengueti y Masai Mara (Kenia y Tanzania)
Los cocodrilos de Kirawira -conocidos por su enorme tama?o, m¨¢s de siete metros- llevan un a?o esperando. Y los del r¨ªo Mara tambi¨¦n. Pero merec¨ªa la pena. La gran manada ya se ha puesto en marcha (en mayo), y es el momento de la grande bouffe:
hasta finales de octubre, durante la estaci¨®n seca, m¨¢s de un mill¨®n de ?¨²es y cerca de 800.000 cebras y gacelas se pondr¨¢n al alcance de sus fauces cuando intenten vadear el Mara y sus afluentes en busca de los pastos frescos de Kenia. En el fest¨ªn, donde cada a?o son devorados unos 100.000 animales, tambi¨¦n participan hordas de leones y hienas que acechan a los reba?os de herb¨ªvoros durante su dram¨¢tico viaje, de casi 2.000 kil¨®metros, desde las llanuras del Serengueti (Tanzania). Los supervivientes emprender¨¢n el regreso en noviembre, al comienzo de la estaci¨®n de las lluvias, para aparearse. Y vuelta a empezar.
El Arca de Noe (Kenia y Tanzania)
En Amboseli (Kenia), se dejan ver b¨²falos e hipop¨®tamos, cebras, guepardos, ?¨²es, jirafas, oryx, impalas, leones y elefantes que ser recortan contra la cumbre nevada del Kilimanjaro, que Hemingway describi¨® "tan ancha como el mundo entero, grande, alta e incre¨ªblemente blanca bajo el sol".
El monte Kilimanjaro (Tanzania) visto al amanecer desde el P.N. Amboseli, en Kenia. / Wikimedia
En la vecina Tanzania, el cr¨¢ter del volc¨¢n Ngorongoro, de 20 kil¨®metros de di¨¢metro, es una suerte de Arca de No¨¦ que acoge a la mayor¨ªa de los grandes mam¨ªferos africanos (excepto las jirafas), y en el lago Natr¨®n, al norte de Tanzania.vive la mayor colonia de flamencos ennos (Phoenicopterus minor) del mundo.
Vista a¨¦rea de una bandada de flamencos enanos en el lago Natr¨®n (Tanzania)./ Juan Carlos Mu?oz
En sus aguas, muy alcalinas, se reproduce a sus anchas la espirulina, una cianobacteria que ti?e de fucsia el agua, sirve de alimento a las aves y les dota de su caracter¨ªstico plumaje rosa.
Los siete magn¨ªficos de Addo (Sud¨¢frica)
Los Big Five, los cinco grandes (b¨²falo, rinoceronte, elefante, le¨®n y leopardo), est¨¢n presentes en el parque de Addo, en Sud¨¢frica, donde tambi¨¦n se descubren otros dos gigantes marinos: la ballena franca y el gran tibur¨®n blanco.
Rinocerontes pastando en la reserva de Waterberg, en Sud¨¢frica./ Getty
Su extensi¨®n es menor que la del sudafricano parque Kruger (de dos millones de hect¨¢reas, frente a las 164.000 de Addo), lo permite ver a la mayor¨ªa de los animales un espacio de tiempo m¨¢s reducido.
Delta del Okavango (Botsuana)
Las arenas blancas del Kalahari ocupan la mayor parte de Botsuana, un pa¨ªs rodeado por Sud¨¢frica, Namibia, Zambia y Zimbabue. En Botsuana se encuentra el delta del Okavango, la mayor desembocadura interior de un r¨ªo, un abanico aluvial que desaparece bajo el desierto del Kalahari. En Kasane se encuentran la reserva de Savuti y el parque nacional de Chobe, donde al atardecer se puede ver a cientos de elefantes bajar a beber al r¨ªo junto con hipop¨®tamos, b¨²falo y ant¨ªlopes.
Mariposas, tiburones y ballenas (M¨¦xico)
La gran migraci¨®n de las llanuras africanas es uno de los desfiles m¨¢s bellos y salvajes del reino animal, pero no el ¨²nico: todos los a?os, a comienzos de oto?o, millones de mariposas Monarca (Danaus plexippsus), de vistosas alas color naranja y negro, llegan a las monta?as del Estado mexicano de Michoac¨¢n despu¨¦s de atravesar 5.000 kil¨®metros desde Canad¨¢.
Un ejemplar de mariposa monarca (Danaus plexippsus). / Wikimedia
En enero, las ballenas grises se desplazan desde Alaska hasta las lagunas someras de Baja California (Ojo de Liebre, San Ignacio, el estero de la Soledad y bah¨ªa Magadalena), en M¨¦xico, para alumbrar a sus cr¨ªas tras recorrer m¨¢s de 20.000 kil¨®metros.
Un buceador nada junto a un tibur¨®n ballena. / Louie Psihoyos
Los islotes costeros del Mar de Cort¨¦s, al sur de Baja California, acogen tambi¨¦n en los primeros meses del a?o, cuando sus aguas son m¨¢s ricas en zooplancton, una poblaci¨®n estable de tiburones ballena (Rhincodon typus): el mayor pez que existe (12 metros).
Al igual que el pez luna (Mola mola), otro gigante del mar de hasta m¨¢s de cuatro metros y 2.300 kilos, vive en todos los mares templados y c¨¢lidos del planeta. A a pesar de su imponente aspecto ambos son inofensivos.
Los tigres de Kumaon (India)
La India cuenta con varias reservas dedicadas a los tigres de Bengala.Una de las m¨¢s conocidas es el parque nacional Jim Corbet, en el Estado de Utar Pradesh, que lleva el nombre de un famoso cazador de felinos comedores de hombres.
Turistas a lomos de un elefante asi¨¢tico en el P.N. Jim Corbet (India). / Isidoro Merino
La mitad de la poblaci¨®n mundial de rinocerontes indios habita en el parque nacional de Chitwan, en Nepal, donde con suerte tambi¨¦n se pueden ver, a lomos de elefante, tigres de Bengala, leopardos, osos, ciervos y cocodrilos. Sin salir de Asia, se puede admirar una de las mejores reservas de orangutanes en Gunung Palung, en el ¨¢rea indonesia de Borneo.
La isla de los osos, Kodiak (Alaska, EE UU)
?Qu¨¦ es la vida? Al final de la suya (abril de 1890), el jefe indio Crowfoot (Pie de Cuervo), portavoz de los pies negros la defini¨® as¨ª: "Es el destello de una luci¨¦rnaga en la noche. Es el aliento de un b¨²falo en invierno. Es la sombra que corre sobre la hierba y se pierde al final del d¨ªa".
Crowfoot es tambi¨¦n el nombre de una monta?a que se alza, enmarcada por oscuros bosques de abetos de Douglas, en el parque nacional de Banff, en las monta?as Rocosas canadienses, un paraje recorrido anta?o por los indios pies negros donde todav¨ªa es posible descubrir osos grizzlys y lobos.
Un oso pardo pescando salm¨®n en la isla de Kodiak, en Alaska. / Turismo de Kodiak
Tambi¨¦n hay grandesosos pardos en el parque nacional de Yellowstone, en EE UU, aunque es es en la isla de Kodiak, en Alaska (EE UU), donde existen m¨¢s posibilidades de encontrarse con uno de estos simp¨¢ticos, aunque peligrosos, plant¨ªgrados.
Un oso pardo en la isla de Kodiak, en Alaska. / Turismo de Kodiak
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