¡®Niente cultura, niente sviluppo¡¯
Crecimiento sin cultura ni investigaci¨®n equivale a ofrecer a nuestros j¨®venes un futuro de consumidores sin horizontes
?Estar¨ªa el lector de acuerdo en que la cultura (en sentido amplio: educaci¨®n, instrucci¨®n, conocimiento, fomento de la creatividad¡) y la investigaci¨®n son los verdaderos motores de la innovaci¨®n? Si as¨ª fuera, probablemente aceptar¨¢ sin dificultades que ambos son motores de generaci¨®n de empleo, progreso y desarrollo.
El nuevo documento de la UE Europa creativa 2014-2020 (que comportar¨¢ inversiones por valor de 1.700 millones de euros durante ese periodo) parte de la convicci¨®n de que el sector cultural representa un formidable dep¨®sito de esperanzas, ideas y nuevas perspectivas de crecimiento econ¨®mico. En una reciente carta conjunta, la Comisaria europea para la Instrucci¨®n, la Cultura, el Multiling¨¹ismo y la Juventud y el ministro dan¨¦s de Cultura afirmaron que el sector cultural representa un dep¨®sito formidable de esperanzas, ideas y nuevas perspectivas de crecimiento econ¨®mico y que es necesario ¡°construir puentes s¨®lidos y estables entre la comunidad art¨ªstica, las industrias creativas y otros sectores como la educaci¨®n, el mundo de los negocios, la producci¨®n y la investigaci¨®n, pero tambi¨¦n la pol¨ªtica exterior y el desarrollo¡±
?Podr¨ªa el lector aceptar que crecimiento sin cultura, investigaci¨®n, innovaci¨®n¡ equivale a ofrecer a nuestros j¨®venes un futuro de consumidores sin horizontes? No solo eso, probablemente podr¨¢ tambi¨¦n aceptar que todo paso atr¨¢s en la difusi¨®n de la cultura, la calidad de la educaci¨®n, el est¨ªmulo a la innovaci¨®n es un paso atr¨¢s en la capacidad de la sociedad de competir en una econom¨ªa global en la que cada vez m¨¢s tales componentes son la l¨ªnea divisoria entre pujanza y dinamismo y estancamiento y subordinaci¨®n.
El sector p¨²blico quiere abandonar gradualmente el papel de motor de la cultura
Los industriales italianos han querido hacer sonar la alarma, preocupados ante lo que vislumbran como proceso de r¨¢pida p¨¦rdida de capacidades de adaptaci¨®n a los nuevos desaf¨ªos y a la innovaci¨®n de los j¨®venes (consecuencia de su gradual empobrecimiento cultural) y han hecho p¨²blico un manifiesto titulado Niente cultura, niente sviluppo. Las tesis de partida son que sin cultura y sin investigaci¨®n no puede haber desarrollo y ambas deben ser salvaguardadas con una estrategia a largo plazo, que est¨¦ en el centro de la acci¨®n del gobierno. De cualquier gobierno capaz de entender que las perspectivas de recuperaci¨®n y salida de una crisis y de sostenibilidad de la cohesi¨®n social se vinculan a procesos virtuosos de cambio que surgen y son guiados por ante todo por un est¨ªmulo de naturaleza cultural. Tres ministros del Gobierno Monti (entre ellos el de Desarrollo Econ¨®mico) han querido reaccionar ante el manifiesto de los industriales, afirmando que cortar recursos destinados a estimular el conocimiento es la peor de todas las opciones posibles cuando hay que revisar la distribuci¨®n del gasto: el que se destina al conocimiento es el que abre mejores perspectivas de rentabilidad para el conjunto de la naci¨®n.
Tambi¨¦n en Italia, la federaci¨®n nacional de entes p¨²blicos y privados que gestionan actividades vinculadas a la cultura y al tiempo libre (Federculture) acaba de hacer p¨²blico su infome anual (2012), en el que se dice que no es posible prescindir de la cultura, incluso frente a situaciones de ¡°depresi¨®n y de derrota, porque los ¨²nicos ant¨ªdotos para hacerles frente son el arte, la fantas¨ªa y la inventiva: la cultura no pierde nunca valor y la instrucci¨®n es una de las claves del desarrollo, incluido el econ¨®mico¡±, identificando un nuevo desaf¨ªo: ¡°individualizar los factores que permitan a la creatividad llegar a ser un componente estructural que genere nuevas econom¨ªas y que no se limite a atraer recursos intelectuales¡±.
En este contexto se observa, tambi¨¦n en Espa?a, muy en especial en nuestro pa¨ªs, que el sector p¨²blico parece decidido a ir gradualmente abandonando su papel tradicional de motor de las pol¨ªticas y las actividades culturales, dando a entender que el sector privado debe gradualmente ser su sustituto. ?Es realista pensar que aceptar¨¢ asumir esa mayor responsabilidad que se le reclama? Los expertos opinan que ¡±la intervenci¨®n privada (en la financiaci¨®n de actividades culturales) no puede de ninguna manera ser considerada sustitutiva del gasto p¨²blico; ocurre m¨¢s bien lo contrario, las empresas se muestran interesadas en invertir cuando el sector p¨²blico asume su propio papel y da pruebas de no querer retirarse¡±.
En muchos casos la inversi¨®n cultural de muchas empresas no tiene continuidad por falta de sinton¨ªa en la definici¨®n y la gesti¨®n del proyecto
Es evidente que la producci¨®n cultural no se compone ¨²nicamente de valor monetario (o monetizable) Si as¨ª fuese, las empresas tendr¨ªan muy escaso inter¨¦s en participar en ese sector. Es igualmente cierto que en muchos casos la inversi¨®n cultural de muchas empresas no tiene continuidad por falta de sinton¨ªa en la definici¨®n y la gesti¨®n del proyecto. Aunque subsiste una f¨®rmula tradicional de mecenazgo (generalmente por parte de las grandes empresas) que permite adquirir un prestigio social aunque se trate de actividades ajenas al propio ¨¢mbito, el viejo concepto de ¡°patrocinio cultural¡± (dinero a cambio de visibilidad de la marca) no tiene futuro: se va claramente hacia planteamientos de partenariado que llevan a definir proyectos que encajen con las estrategias globales de las empresas, respetando el papel y la misi¨®n de los operadores culturales; un buen ejemplo es el programa ¡°ENEL Contemporanea¡± (que su filial espa?ola ENDESA, por cierto, podr¨ªa duplicar en nuestro pa¨ªs¡).
Las empresas con frecuencia se retraen ante la falta de sinton¨ªa con los m¨¦todos de gesti¨®n del sector cultural; persiste una diversidad de mentalidades que puede llegar a anular los incentivos que lleguen por la v¨ªa legislativa. Incluso hay quien cree que ¡°hay que abandonar los conceptos de patrocinio y de mecenazgo, para llegar a formas responsables y maduras de gesti¨®n empresarial de la cultura¡±. Es decir: sin f¨®rmulas de definici¨®n y de cogesti¨®n de los proyectos coherentes con la ¡°misi¨®n central¡± (la llamada core mission) de las empresas, ning¨²n beneficio fiscal ni ley de mecenazgo lograr¨¢ generar una tendencia estable a una implicaci¨®n cada vez mayor del capital privado en la generaci¨®n y la difusi¨®n de ese vast¨ªsimo ¨¢mbito de actividades que englobamos bajo la etiqueta de ¡°cultura y creatividad¡± y que cada d¨ªa adquiere mayor importancia en el conjunto de nuestras econom¨ªas. Adem¨¢s de ser elemento fundamental para el bienestar, la cohesi¨®n y la armon¨ªa de nuestras sociedades.
Enric Pan¨¦s ha sido director de la Real Academia de Espa?a en Roma, 2009-2012.
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