Romanticismo o tecnolog¨ªa
Aplicar el Ojo de Halc¨®n en el f¨²tbol para evitar los goles fantasma parece acertado, pero el debate es d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites
El debate sobre la utilizaci¨®n de las ayudas tecnol¨®gicas en el deporte no es nuevo, ni mucho menos patrimonio del f¨²tbol. En una era en la que los avances t¨¦cnicos han impregnado cada aspecto de la vida, el deporte ha mirado al gran hermano tecnol¨®gico con una mezcla de miedo y suspicacia. Como si aferrarse a esas ayudas comportara una renuncia a la esencia del juego, al romanticismo que acompa?a su existencia desde su nacimiento.
En el f¨²tbol, un deporte de masas, la pol¨¦mica es todav¨ªa m¨¢s extrema. Mientras que disciplinas como el tenis han recurrido a herramientas como el Ojo de Halc¨®n ¡ªy los deportistas lo ven como algo bueno, natural, no como un enemigo¡ª, los diferentes ¨®rganos que componen el f¨²tbol no han llegado a ponerse de acuerdo. Unos dicen que s¨ª, que claro, que c¨®mo es posible que a estas alturas de la vida un ¨¢rbitro no pueda servirse de un chip para saber si el bal¨®n ha traspasado por completo la l¨ªnea de gol. Y otros, que eso ser¨ªa la muerte del deporte, que puestos a ello habr¨ªa que robotizar cualquier aspecto de un partido, que si la tecnolog¨ªa se usa para detectar o no un gol fantasma, por qu¨¦ no para decidir sobre un agarr¨®n, sobre un fuera de juego o sobre un penalti.
Ante un asunto de semejante calibre, ni siquiera los representantes de los m¨¢ximos organismos del f¨²tbol, la FIFA (Joseph Blatter) y la UEFA (Michel Platini), se ponen de acuerdo. El primero que s¨ª, el segundo que no (y recuerda que habr¨ªa que rebobinar hasta el famoso gol con la mano de Maradona en el Mundial de 1986 para volver a arbitrar ese partido).
?Debe el f¨²tbol avanzar hacia la tecnolog¨ªa o permanecer inmovilista en su burbuja rom¨¢ntica?
Parece claro que es inadmisible permitir goles fantasma como los del ¨²ltimo Mundial y la ¨²ltima Eurocopa cuando es posible subsanar esos fallos con ayuda tecnol¨®gica ¡ªsi es dif¨ªcil a veces decidir con la imagen de la televisi¨®n congelada, imag¨ªnense para un ¨¢rbitro en directo en menos de un segundo¡ª. Pero entonces, ?d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite? Quiz¨¢s sea ah¨ª donde conduce este debate: no ya si la tecnolog¨ªa debe usarse o no, sino d¨®nde pone el f¨²tbol el coto: si siguen pitando ¨¢rbitros... o robots.
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