La dificultad de sobrevivir a Gianni Versace
Quince a?os despu¨¦s del asesinato del dise?ador, su imperio a¨²n afronta un futuro incierto Se jactaba de no creer en el buen gusto, crear una raza de supermodelos y aliarse con la fama
Hay efem¨¦rides que invitan a gestos rimbombantes. En el d¨¦cimo aniversario del asesinato de Gianni Versace, su hermana, Donatella, congreg¨® a la plana mayor de celebridades y amigos (es lo mismo una cosa que la otra) a un ballet de Maurice B¨¦jart, el core¨®grafo con quien colaborara estrechamente el dise?ador, en la Scala de Mil¨¢n. Esta vez, por el 15? aniversario, que se cumple ma?ana, la marca no ha anunciado nada. Pero el cariz emotivo podr¨ªa rastrearse en su vuelta al Ritz de Par¨ªs. Ah¨ª present¨® por vez primera y ¨²ltima el modisto calabr¨¦s su colecci¨®n de alta costura, y ah¨ª se celebr¨® el 1 de julio el desfile de la renacida Atelier Versace. M¨¢s all¨¢ de su memoria, s¨ª que hay algo que celebrar. Que la cuenta de resultados de Versace, tras a?os en n¨²meros rojos, recuper¨® el balance positivo en 2011 ingresando 8,5 millones de euros.
Esta inestabilidad constante tiene una explicaci¨®n: frente a los grandes conglomerados (Gucci o LVMH), Versace contin¨²a siendo independiente. La propia Donatella confirmaba hace un par de semanas a Women¡¯s Wear Daily (WWD): ¡°No quiero vender, pienso aferrarme a esta empresa con u?as y dientes¡±. Lleva haci¨¦ndolo desde que Gianni la puso al frente de los accesorios y de la l¨ªnea joven, Versus, en 1989. Junto a ¨¦l vivi¨® la gestaci¨®n del fen¨®meno de las supermodelos encabezado por Claudia, Linda y Naomi. Y descubri¨® la importancia de un vestido en la alfombra roja. Y lo mucho que la moda necesitaba a las superestrellas. Y, con ella, el resto de la industria.
Gianni Versace siempre atribuy¨® el ¡°gusto por lo vulgar¡± a su educaci¨®n en el barrio rojo de Calabria, al sur de Italia, donde convirti¨® el taller de costura de su madre en su patio de juegos, y el aspecto de las prostitutas que se vend¨ªan calle abajo, en un c¨®digo est¨¦tico para nuevas ricas. Junto a su hermano mayor, Santo, fund¨® en Mil¨¢n la marca bajo su apellido en 1978. Pero no fue hasta los noventa cuando puso el mundo patas arriba, en concreto, llevando a Nueva York una colecci¨®n sadomasoquista que sedujo y escandaliz¨® por igual. Quiz¨¢ parte del ¨¦xito del rejuvenecer de la marca se deba a que Lady Gaga la haya reivindicado en su ¨²ltima gira y sus videoclips. O a que el logo de la medusa y las grecas refulgentes convocaran colas y colas de chavales a las puertas de H&M en su reciente colaboraci¨®n low-cost.
Pero Gianni entonces no so?aba con eso. Las celebridades com¨ªan de su mano. Prestaba su palazzo del lago Como a Madonna o invitaba a Lady Di a pasar all¨ª las vacaciones. Michael Jackson paseaba sus creaciones por el mundo. Se iba de juerga con Elton John. Viv¨ªa obsesionado con el lujo. Y con batir a Giorgio Armani, su ¨²nico rival posible, el n¨²mero uno en ventas en Italia. Tras el asesinato a tiros de Gianni, a manos del chapero Andrew Cunanan, en la escalinata de su mansi¨®n de Miami, a Armani le gustaba quitar hierro a este enfrentamiento evocando un encuentro casual de ambos, una tarde de calor, en otras escaleras, las de la plaza de Espa?a, en Roma. ¡°?Sabes, Giorgio?¡±, le dijo. ¡°T¨² vistes a mujeres elegantes. Yo visto a furcias¡±.
A su muerte, a los 49 a?os, dejaba un imperio de 807 millones de d¨®lares. Gianni pose¨ªa el 50% de la compa?¨ªa; Santo, la cabeza comercial, el 30%; y Donatella, la musa, el 20%. Cu¨¢l fue su sorpresa al leer el testamento sellado el 16 de septiembre de 1996 en una notar¨ªa milanesa. Versace legaba su parte a su sobrina Allegra, fruto del matrimonio de Donatella con el exmodelo Paul Beck, de tan solo 11 a?os, que no podr¨ªa acceder a esta fortuna hasta los 18. A su sobrino Daniel, hijo peque?o de Donatella, que contaba 6 a?os (ahora tiene 20 y es m¨²sico de rock en Londres), le ced¨ªa su colecci¨®n de arte, cuajada de warhols y lichtensteins, inspiradores y amigos personales del dise?ador.Y al exmodelo Antonio D¡¯Amico, su novio de tres lustros, un sueldo vitalicio y el derecho a utilizar sus casas en Mil¨¢n, Miami, Nueva York y lago Como. Pero Donatella, que nunca hab¨ªa ocultado la poca simpat¨ªa que profesaba por D¡¯Amico, se las arregl¨® para recortarle legalmente el salario y las estancias.
Tras su muerte, Armani restaba rivalidad entre ambos evocando un encuentro casual en Roma: ¡°?Sabes, Giorgio?¡±, le dijo Versace. ¡°T¨² vistes a mujeres elegantes. Yo, a furcias¡±.
Pronto afloraron las luchas intestinas en Versace. En las pasarelas del cambio de siglo, la exuberancia y el poder sexual hab¨ªan dejado paso a una moda m¨¢s rom¨¢ntica y enso?adora, liderada por Marc Jacobs o Miuccia Prada. La medusa languidec¨ªa. Vendieron sus mansiones. Casa Casuarina, el escenario de la tragedia, que ha terminado siendo un hotel de lujo, a la baja, por 17 millones de d¨®lares (ahora est¨¢ de nuevo en venta y es la casa m¨¢s cara de Estados Unidos: 125 millones de d¨®lares). Subastaron 25 picassos. Cerraron tiendas (como las de Madrid y Barcelona). En 2004, la propia Donatella toc¨® fondo e ingres¨® en una cl¨ªnica para rehabilitarse de su adicci¨®n a la coca¨ªna. Ese a?o, las p¨¦rdidas de la empresa ascend¨ªan a 120 millones de euros. Encargaron a Giancarlo di Risio, gestor proveniente de Fendi (parte de LVMH), su reflote. Se carg¨® las fastuosas presentaciones de alta costura y centr¨® esfuerzos en vender complementos.
Fue entonces tambi¨¦n cuando Allegra cumpli¨® la mayor¨ªa de edad. Pero ella quer¨ªa ser actriz. Le rog¨® a su madre que le dejara probar suerte y esta le dio un plazo de cinco a?os. Transcurrido este tiempo, en 2011, Allegra entr¨® en el consejo de administraci¨®n del grupo. ¡°Al principio no quer¨ªa, pero me lo ha pedido mi madre¡±, confes¨® entonces a La Repubblica, en una de sus escas¨ªsimas entrevistas.
Cuando contaba 20 a?os, sus padres afrontaron los rumores sobre su fr¨¢gil estado de salud con un comunicado: ¡°Allegra ha estado combatiendo la anorexia¡±, y se extend¨ªan en su voluntad de ayudarla a afrontar la enfermedad y, sobre todo, protegerla del embiste medi¨¢tico. A¨²n hoy, con 26 a?os, le persigue ese titular. Sin embargo, su madre insiste en suavizar su imagen blindada. Acudieron juntas a la alta costura de Par¨ªs y presum¨ªa de las virtudes de la sucesora en WWD: ¡°Trabaja en el equipo de dise?o. Es inteligente y est¨¢ preparada, pero se lo toma con humildad, y en ning¨²n caso tiene trato de privilegio¡±. Quiz¨¢, despu¨¦s de todo, el imperio Versace contin¨²e siendo un asunto de familia.
El Museo del Traje de Madrid rinde homenaje a Versace con la exposici¨®n '15 a?os sin Gianni', que puede visitarse hasta el 14 de octubre.
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