El rumor enmascarado
A veces, los periodistas usan el condicional para dar informaciones no confirmadas
Dos usos tiene "habr¨ªa" que deterioran la convivencia.
El primero de ellos se oye a menudo en el hogar, con frases como ¡°habr¨ªa que bajar la basura...¡±, ¡°habr¨ªa que pintar la puerta...¡±, ¡°habr¨ªa que decirles a los ni?os que dejasen de tirar sand¨ªas desde el balc¨®n...¡±.
No siempre se acude a la forma potencial. A veces conjugamos la orden en presente: ¡°Hay que fregar los platos", ¡°hay que ir a pagar la tasa de la basura¡±...
?Qui¨¦n hay? Ah, se da por supuesto que ese qui¨¦n es el otro; pero no lo decimos con claridad para que no se note que enunciamos las necesidades comunes como si fueran ajenas. Habr¨ªa que cambiar eso.
El segundo uso enga?oso de esta f¨®rmula verbal se desliza a menudo por los medios informativos. Se trata del ¡°condicional del rumor¡± que censur¨® Fernando L¨¢zaro Carreter (El dardo en la palabra, 1997, p¨¢ginas 95 y 96).
Si ley¨¦semos, por ejemplo, ¡°Iniesta habr¨ªa donado a los damnificados por los incendios de Valencia los 300.000 euros de la prima por la Eurocopa¡±, podr¨ªa pensarse que Espa?a no gan¨® el campeonato. Es decir, que Iniesta habr¨ªa donado la prima si la hubiera conseguido.
La ¡®Gram¨¢tica¡¯ precisa que los libros de estilo de algunos diarios proh¨ªben este condicional
Sin embargo, algunos periodistas que acuden a ese recurso verbal intentan expresar con ¨¦l otra idea: que se trata de una informaci¨®n no confirmada.
(Y tan no confirmada estaba la noticia en el caso de Iniesta, en efecto, que se demostr¨® falsa).
El condicional tiene diversos usos en espa?ol como verbo principal, entre ellos los de las propias oraciones condicionales y los de aquellas que refieren una duda (a menudo mediante un c¨¢lculo aproximado): ¡°En la manifestaci¨®n habr¨ªa unas 200 personas¡±, ¡°ser¨ªan las ocho de la ma?ana cuando avisaron a Secundina¡±, ¡°para entonces ya habr¨ªa dimitido Anastasio¡±. Sin embargo, con frecuencia no estamos en puridad ante un hecho dudoso, sino ante un sucedido que se tiene por cierto aunque se le a?adan algunas dudas: la manifestaci¨®n existi¨®, a Secundina la avisaron temprano y Anastasio se fue en alg¨²n momento. Lo que no nos atrevemos a asegurar con esas oraciones es ni cu¨¢ntos manifestantes asistieron, ni cu¨¢ndo se avis¨® a Secundina ni en qu¨¦ instante dimiti¨® Anastasio.
As¨ª pues, ese uso concreto del condicional no cuenta tanto un hecho dudoso como lo dudoso que hay en un hecho.
Pero a partir de ah¨ª, algunos periodistas han estirado la licencia, y arrojan la duda sobre la acci¨®n sustancial que se cuenta, no sobre las accesorios. Y leemos informaciones como ¨¦stas:
¡°Habr¨ªa sido el propio Leopoldo Gonz¨¢lez-Echenique el que ha decidido cambiar las voces de algunos de los espacios m¨¢s emblem¨¢ticos de la radio p¨²blica¡±. ¡°Marcelo Bielsa habr¨ªa renunciado a su cargo en el Athletic¡±. ¡°Aus¨¤s habr¨ªa dejado algunos locales para que se guardase el tabaco¡±.
En algunas de esas frases, uno puede deducir, respetando la gram¨¢tica, que el hecho principal no sucedi¨®. As¨ª como decimos ¡°a Pantale¨®n le habr¨ªa gustado ir a tu boda¡± y eso significa que Pantale¨®n no fue a tu boda, podemos leer en el peri¨®dico ¡°el entrenador habr¨ªa dimitido¡±, y eso significar¨ªa que no dimiti¨®. Es decir, que habr¨ªa dimitido si hubiera podido, o si hubiera tenido motivos; igual que Pantale¨®n habr¨ªa asistido a tu boda si le hubieras invitado.
Y peor a¨²n resulta que encontremos un titular as¨ª: ¡°El ladr¨®n [DEL C?DICE]habr¨ªa podido blanquear el robo¡±, porque en ese caso ya no sabemos si se trata de una duda o de una posibilidad que no se realiz¨® (como lo de Pantale¨®n y la boda).
Tal vez la calidad de la vida p¨²blica se pueda medir contabilizando el l¨¦xico circulante
No obstante, la nueva Gram¨¢tica (p¨¢ginas 1.794 y 1.795) echa una mano a los periodistas y parece tolerar ya el uso que L¨¢zaro Carreter censuraba. La Academia, en la que se integran fil¨®logos muy competentes, merece nuestro respeto (perdona, Se?or, los pecados de juventud). As¨ª que ya podemos dar por bueno ese recurso period¨ªstico. Pero s¨®lo desde el punto de vista gramatical.
La propia Gram¨¢tica precisa que los libros de estilo de algunos diarios proh¨ªben este condicional. Y en efecto. ¡°Los rumores no son noticia¡±, escribi¨® Julio Alonso en la edici¨®n primigenia del Libro de estilo de EL PA?S. Y esos ¡°habr¨ªa¡± ¡°estar¨ªa¡± o ¡°ser¨ªa¡± no hacen sino narrar algo que el periodista no puede dar por seguro. Es decir, algo que no se ha comprobado o que no se puede atribuir a una fuente que lo asuma como cierto. Un rumor.
Muchos redactores y editores han venido desechando en las noticias distintas f¨®rmulas admitidas por la gram¨¢tica pero rechazadas por el rigor: ¡°al parecer¡±, ¡°tal vez¡±, ¡°quiz¨¢s¡±, ¡°probablemente¡±, ¡°todo apunta que¡±, ¡°puede que¡±, ¡°podr¨ªa¡±, ¡°se conoce que¡±, ¡°se supone que¡±, ¡°se comenta que¡±¡ Sin embargo, el condicional en su forma simple y en su forma compuesta se cuela con pringosa constancia.
Algunos manuales aconsejan para tales casos que el periodista piense primero acerca del hecho en el que se basa al contar que algo habr¨ªa sucedido, a fin de narrar en qu¨¦ datos se apoya y olvidar la conjetura consecuente; por tanto, que se olvide de lo que tal vez sucedi¨® o no sucedi¨®, y se centre en contar solamente lo que sabe que sucedi¨®.
Es decir, que si sabe que el ministro tuvo sobre su mesa ayer la propuesta de acuerdo, cuente que el ministro tuvo ayer sobre su mesa la propuesta de acuerdo, y no que el ministro habr¨ªa estudiado ayer la propuesta de acuerdo. Y si la polic¨ªa sospecha que el asesino es Fulano, escriba el periodista que la polic¨ªa sospecha que el asesino es Fulano (lo cual no convierte a Fulano en asesino), en vez de barruntar que ¡°el asesino habr¨ªa sido Fulano¡±, porque entonces pasamos de un hecho cierto (la polic¨ªa sospecha) a uno inseguro (Fulano habr¨ªa sido).
Tal vez la calidad de la vida p¨²blica se pueda medir contabilizando el l¨¦xico circulante (cabr¨ªa componer un ¨ªndice con el aumento de eufemismos, la abundancia de archis¨ªlabos o la profusi¨®n de tecnicismos oscuros); pero tambi¨¦n la calidad de los peri¨®dicos tendr¨¢ algo que ver con el n¨²mero de rumores que publiquen.
Apreciemos, sin embargo, la parte buena: en esos casos del verbo en condicional, el periodista transmite que no est¨¢ seguro de lo que cuenta. Peores son los que, con los mismos elementos y las mismas dudas que todos los dem¨¢s, hablan a cada rato como si estuvieran escribiendo los Diez Mandamientos.
Habr¨ªa que hacer algo al respecto.
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