Situaci¨®n cr¨ªtica
El BCE est¨¢ obligado a actuar salvo que Europa haya decidido abandonar el euro a su suerte
La econom¨ªa est¨¢ aproxim¨¢ndose a una situaci¨®n de colapso que, de no corregirse con rapidez, podr¨ªa hacer necesario un rescate total en un plazo relativamente breve. El anuncio de que la Comunidad Valenciana ha pedido la adhesi¨®n al Fondo Auton¨®mico de Liquidez debido a la imposibilidad de hacer frente a sus compromisos dispar¨® ayer la prima de riesgo por encima de los 600 puntos y el diferencial del bono a 10 a?os al 7,257%. La situaci¨®n es potencialmente catastr¨®fica porque con un coste de la deuda como el marcado ayer la solvencia exterior de la naci¨®n es insostenible.
Durante las ¨²ltimas semanas se ha comprobado sin lugar a dudas que la estrategia econ¨®mica m¨¢s o menos impuesta por Bruselas, consistente en una subida del IVA compensada con una reducci¨®n de las cotizaciones sociales, m¨¢s la intensificaci¨®n de recortes para los funcionarios y los perceptores de las prestaciones por desempleo no ha conseguido restaurar la confianza de los mercados en la deuda espa?ola. Al contrario, si nos atenemos a la rentabilidad que tuvo que pagar el Tesoro en la ¨²ltima subasta de bonos, la desconfianza se ha acentuado. La paradoja es que este conjunto de medidas es probablemente la ¨²nica soluci¨®n a corto plazo para la econom¨ªa, si se ejecuta bien. Ello, independientemente de que sean necesarios todav¨ªa m¨¢s esfuerzos en las pr¨®ximas semanas. Pero, a pesar de todo, de las medidas adoptadas ya, as¨ª como de la firme disposici¨®n del Gobierno a profundizar el ajuste, los inversores no conceden credibilidad a dicha pol¨ªtica econ¨®mica. Su ataque a la deuda espa?ola pone en riesgo la independencia econ¨®mica y la continuidad del euro.
Por tanto, es imperativo que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda espa?ola en el secundario, recupere las rondas de liquidez y anuncie p¨²blicamente que los pa¨ªses que aprueben pol¨ªticas de ajuste (es el caso de Espa?a) contar¨¢n con el respaldo ilimitado de la autoridad monetaria europea. El BCE cometer¨¢ un grav¨ªsimo error si se presta al juego de condicionar su intervenci¨®n a la mejora temporal de las condiciones de estabilidad en Espa?a o Italia, porque quiz¨¢ no disponga de margen temporal para aplicar con eficacia esa intervenci¨®n y porque no se puede esperar que los ciudadanos acepten los recortes anunciados y los que necesariamente habr¨¢n de venir sin expectativa alguna de salida de la crisis. Tampoco puede argumentarse que debe ser el mecanismo de estabilidad el que decida pol¨ªticamente la intervenci¨®n, por las mismas razones de urgencia.
Es una cuesti¨®n de supervivencia para la deuda espa?ola y para el euro en su conjunto; y no cabe exageraci¨®n alguna en esta descripci¨®n, porque las perspectivas econ¨®micas para este a?o y el pr¨®ximo, de acuerdo con el cuadro macroecon¨®mico revisado ayer por el Gobierno (muy parecido al elaborado por el FMI) prolongan la recesi¨®n. No es previsible un aumento de la credibilidad en la deuda. Hacienda calcula que la partida de intereses de la deuda crecer¨¢ en 9.114 millones en 2013 y ser¨¢ el primer cap¨ªtulo de gasto.
Para el BCE, una instituci¨®n independiente en teor¨ªa, deber¨ªa ser evidente que esta escalada de gastos financieros invalida cualquier esfuerzo de contenci¨®n del d¨¦ficit y elimina cualquier posibilidad de recuperaci¨®n a medio plazo. Esa es la raz¨®n principal que exige una intervenci¨®n del banco. La raz¨®n excepcional, cr¨ªtica, es que los mercados de deuda no reaccionan a los anuncios de ajuste econ¨®mico y condenan a un pa¨ªs a una situaci¨®n extrema. Alemania, la Comisi¨®n Europea y el BCE ya no pueden esconderse detr¨¢s de t¨¢cticas de coacci¨®n para imponer medidas dr¨¢sticas de austeridad; ya est¨¢n tomadas, seguramente habr¨¢ que decidir otras nuevas; pero, desgraciadamente, no calman a los mercados.
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