Salto hacia atr¨¢s
Alberto Ruiz-Gallard¨®n proyecta una total involuci¨®n respecto al aborto cercenando el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad
Alberto Ruiz-Gallard¨®n, ministro de Justicia, planea una reforma de la ley del aborto que, de acometerse, ir¨ªa mucho m¨¢s all¨¢ de lo en principio anunciado. Lejos de realizar unos cambios que, seg¨²n sus palabras, ser¨ªan los ¡°m¨¢s progresistas que har¨ªa en su vida¡±, Ruiz-Gallard¨®n ha explicado ahora que no volver¨¢ a la ley de supuestos de 1985, sino que ni siquiera permitir¨¢ la interrupci¨®n del embarazo por malformaci¨®n del feto, lo que significar¨ªa una involuci¨®n de mayor envergadura que la mera derogaci¨®n de la ley de plazos ahora vigente.
El ministro insiste en defender su reforma con un falso argumento jur¨ªdico, ya que da por sentado que el Tribunal Constitucional se ha expresado contra la ley de plazos, lo que no es cierto. Si lo fuera, ser¨ªa innecesario que su partido mantuviera el recurso ante el alto tribunal. No es la ¨²nica contradicci¨®n en la que incurre: dispuesto a legislar con el catecismo en la mano en contra de los principios que deben alentar a un Estado no confesional como el espa?ol, el ministro alega motivos ¨¦ticos para defender la protecci¨®n del feto con malformaciones, para el que exige el mismo derecho a la vida que el que est¨¢ sano. Ser consecuente con tal ideario deber¨ªa llevarle a la prohibici¨®n de cualquier supuesto de aborto, lo que clarificar¨ªa el panorama. De su mano, Espa?a ser¨ªa una aut¨¦ntica excepci¨®n europea y el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad quedar¨ªa completamente cercenado.
Ruiz-Gallard¨®n quiere decidir por ellas, pero con su fundamentalismo se regresar¨ªa a un veto absoluto que, seg¨²n todas las experiencias analizadas, solo lleva a la clandestinidad y el sufrimiento sin reducir el n¨²mero de abortos. El ministro deber¨ªa recordar que ni la ley de 1985 ni la actual obligan a ninguna mujer a abortar y que la mejor pol¨ªtica contra el aborto es una buena educaci¨®n sexual y el acceso a la planificaci¨®n familiar.
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