Todas las opciones son malas para Europa
Para salir de la crisis, es necesario un Gran Pacto entre todos los Estados para dar una base s¨®lida al euro
No envidio a los dirigentes europeos actuales su tarea. Durante los ¨²ltimos 60 a?os, Europa ha evolucionado hasta convertirse en la mayor uni¨®n pol¨ªtica y el mayor mercado econ¨®mico que ha conocido el mundo. Conseguir que siga si¨¦ndolo es una gran responsabilidad. Por tanto, escribo estas l¨ªneas con profunda humildad y enorme respeto hacia quienes tienen la tarea de ejercer esa responsabilidad.
Esta es una crisis existencial para Europa. Ha quedado al descubierto el fallo de dise?o del euro. Fue un proyecto completamente acertado en teor¨ªa ¡ªcombinar un mercado ¨²nico con una moneda ¨²nica¡ª, pero la forma de llevarlo a la pr¨¢ctica y la velocidad a la que se incorporaron los pa¨ªses fueron muestra de que era un proyecto impulsado por la pol¨ªtica, aunque expresado en t¨¦rminos econ¨®micos (est¨¢ claro que Reino Unido ten¨ªa dudas pol¨ªticas, pero permaneci¨® fuera, sobre todo, por motivos econ¨®micos). Ahora, la pol¨ªtica y la aritm¨¦tica han entrado en conflicto.
Para Alemania, el dilema es crucial. Perder el euro a estas alturas ser¨ªa un desastre, no solo pol¨ªtico, sino econ¨®mico. Por otra parte, para ¡°salvar¡± la uni¨®n monetaria, se le est¨¢ pidiendo a Alemania que financie los rescates, provoque la inflaci¨®n en su econom¨ªa y respalde las deudas de unos pa¨ªses que no han emprendido las reformas necesarias. Como es natural, los alemanes se muestran reacios a hacerlo.
La pol¨ªtica europea, pues, se encuentra atrapada entre quienes ofrecen recortes y reformas dolorosas y quienes ofrecen est¨ªmulos al crecimiento sin reformas. Pero es evidente que, sin crecimiento, es muy dif¨ªcil llevar a cabo las reformas, porque la Uni¨®n, en su conjunto, se enfrenta a una espiral de aumento del desempleo, reducci¨®n del crecimiento, disminuci¨®n de los ingresos fiscales y mayor recorte del gasto que, a su vez, empeora a¨²n m¨¢s el crecimiento. No s¨¦ qu¨¦ consecuencias sociales tendr¨¢ un paro juvenil del 50% en Espa?a, pero sospecho que, si se consolida, ser¨¢n muy peligrosas.
La pol¨ªtica de la UE est¨¢ atrapada entre quienes ofrecen recortes y reformas dolorosas y quienes ofrecen est¨ªmulos al crecimiento sin reformas
Sin embargo, tambi¨¦n es evidente que, sin aplicar unos cambios dif¨ªciles pero que deb¨ªan haberse hecho hace tiempo en ¨¢mbitos como los mercados de trabajo, las prestaciones sociales y los sistemas p¨²blicos de pensiones ¡ªlos tipos de cambios que Alemania ha realizado en los ¨²ltimos 20 a?os¡ª, ser¨¢ imposible costear una pol¨ªtica fiscal favorecedora del crecimiento y Europa ser¨¢ cada vez menos competitiva.
De momento, la sensaci¨®n es que, poco a poco, Alemania est¨¢ aproxim¨¢ndose hacia lo que le piden que haga, si bien a rega?adientes, mientras el resto de Europa prosigue una v¨ªa err¨¢tica hacia las reformas.
Por eso, a pesar de los grandes esfuerzos realizados, en especial por parte de las autoridades alemanas, el resultado es que no son del todo cre¨ªbles ni el compromiso alem¨¢n de salvar el euro ni el de otros pa¨ªses de hacer las reformas necesarias. Los mercados contin¨²an especulando y el precio de salvar el euro aumenta d¨ªa a d¨ªa.
Una inyecci¨®n de dinero barato del Banco Central Europeo a comienzos de a?o gan¨® algo de tiempo para el sector financiero, igual que la importante decisi¨®n de apoyar directamente a los bancos espa?oles. Pero lo peligroso es que siempre vamos dos meses por detr¨¢s.
Lo que necesita Europa en estos momentos es un Gran Pacto, que sirva para tomar todas las decisiones necesarias con el fin de dar una base s¨®lida al euro. Alemania debe aceptar alguna forma de mutualizaci¨®n de la deuda ¡ªpor ejemplo, la que sugiere el Consejo Alem¨¢n de Expertos Econ¨®micos¡ª y, al mismo tiempo, indicar y poner en pr¨¢ctica est¨ªmulos fiscales. Las naciones endeudadas deben aceptar las reformas y atenerse a unos programas exactos, cre¨ªbles y con arreglo a un calendario preciso. Es necesario comunicar a los mercados un plan apropiado ¡ªaunque tal vez doloroso¡ª para limpiar los balances bancarios, as¨ª como cierta seguridad sobre los cambios a largo plazo que va a experimentar la pol¨ªtica financiera y fiscal. Ser¨¢ inevitable que junto a estos cambios se pida la reforma de las instituciones europeas, y habr¨¢ que establecer un proceso claro para acordar dichas reformas.
Lo mejor que se puede hacer hoy es obligar a todo el mundo a tomar las decisiones importantes y tomarlas juntos. Necesitamos pol¨ªticas de crecimiento, reforma y unidad.
Esta generaci¨®n de l¨ªderes est¨¢ acostumbrada a crisis peri¨®dicas que, de una forma u otra, se resuelven por s¨ª mismas. Esta crisis es distinta. Es una experiencia nueva para nosotros, y el paralelismo m¨¢s pr¨®ximo que podemos establecer es el de los a?os treinta. Todas las opciones son malas, pero la menos mala para Europa, y en particular para Alemania, es salvar el euro.
Tony Blair fue primer ministro del Reino Unido y es miembro del Consejo para el Futuro de Europa del Nicolas Berggruen Institute. Este art¨ªculo se public¨® por primera vez en Bild Zeitung
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Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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