Bolsas de papel
La infanta Cristina parece dilatar todo lo posible su aparici¨®n en Marivent. Como si le echara un pulso a sus padres, exigiendo que paralizaran el proceso en el que su marido est¨¢ imputado
La infanta Cristina parece dilatar todo lo posible su aparici¨®n en Marivent. Y el presidente del Gobierno, Rajoy, dilata hasta lo imposible su petici¨®n de rescate. Agosto acaba de empezar.
Cristina parece echarle un pulso a sus padres, como exigiendo que se apiaden, levanten un dedo o mano ensortijada y paralicen, o retrasen, el proceso en el que su marido es el principal imputado. Ese pulso pudo precipitar la ca¨ªda del Rey ante las Fuerzas Armadas. Una nueva ca¨ªda en esta etapa del reinado. Pero ni siquiera el querer ver c¨®mo contin¨²a la nariz de su padre ha convencido a Cristina para acercarse a Marivent. La Infanta quiz¨¢ se imagine que en cuanto se interese por este nuevo tropiezo, sus padres le instar¨¢n a replantearse el suyo, su matrimonio. Y ella se ver¨ªa obligada a preguntar por respuesta: ¡°?Y por qu¨¦ no empez¨¢is vosotros?¡± Por eso prefiere su sonriente jaque al rey desde el ducado independiente de Pedralbes, organizando la fiesta del santo de su marido imputado, trayendo los ni?os de vuelta y recibiendo a ese grupo de amigos con cara de pocos amigos, bolsas de Movistar, relajado vestuario de programa de televisi¨®n de verano.
Desde ese Pedralbes, Cristina y los suyos ver¨¢n o no ver¨¢n ¨Cpero all¨ª estar¨¢n¨C el especial que Telecinco emitir¨¢ el martes en prime time sobre Marivent y sus trajines. Quiz¨¢ en ese documental con debate nos enteremos de por qu¨¦ Cristina pone tierra de por medio y se reafirma en su ilusi¨®n de estar siempre al margen. Ella ni ser¨¢ imputada, ni ser¨¢ imprescindible para la Corona como su hermano menor, y mucho menos conseguir¨¢ arrebatarle favor popular a su hermana Elena. As¨ª que, a dejarla tranquila, que siga inocente viajando de Washington a Barcelona a cargo de Telef¨®nica antes que de la Casa del Rey. Lo que nosotros pensemos, lo que sintamos, lo que nos irrite de su actitud, a ella claramente le da igual. Es la hija del Rey, y juega sus cartas. ?Qui¨¦n va a osar decirle alg¨²n d¨ªa algo? Y adem¨¢s, ?para qu¨¦?
Nadie se divorcia por una im??putaci¨®n, otra cosa es una fotograf¨ªa candente como la del ahora exmarido de Paloma Segrelles con una rubia y en Valladolid. Eso s¨ª puede contra un matrimonio, sobre todo que sea en Valladolid.
Cristina est¨¢ medio amotinada. Ni pisar¨¢ Marivent, ni mucho menos dejar¨¢ a los ni?os en ese palacio expuestos a Froil¨¢n, que puede disparar alguna palabra de m¨¢s. En el ducado independiente de Pedralbes, en tierra firme, solo hablan de realidades paralelas. Nada de prima de riesgo, ni de Monti visitando a Rajoy, que ni siquiera a su sombra consigue levantar la Bolsa, el Gobierno o el pa¨ªs. ?Qu¨¦ chasco la reuni¨®n con el primer ministro italiano! Y encima, como s¨ªmbolo apocal¨ªptico, se desploma la megabandera de la plaza de Colon en Madrid, esa que Federico Trillo casi cosi¨® en su sal¨®n cuando sobraba tela. Se cae el Rey, se desploma la Bolsa, la bandera por los suelos¡ ni una sola de estas cosas negativas se comenta en Pedralbes.
La Infanta quiz¨¢ imagine que en cuanto se interese por el nuevo tropiezo del Rey, sus padres le instar¨¢n a replantearse el suyo, su matrimonio. Y ella se ver¨ªa obligada a preguntar por respuesta: ¡°?Y por qu¨¦ no empez¨¢is vosotros?¡±
Ni siquiera un poquito de autocr¨ªtica para analizar por qu¨¦ ellos, como representantes de lo pijo nacional, mantienen ese traj¨ªn de acudir a las casas llevando obsequios en bolsas. ?Es incre¨ªble que nadie se levante a denunciar esta antiest¨¦tica! Nuestros pijos acuden a onom¨¢sticas, matrimonios y cumplea?os con regalos bien ocultos en bolsas de papel. La man¨ªa se repite en el ducado independiente de Pedralbes. Puede que no hayamos visto cu¨¢ndo jugaron al p¨¢del con Camps y Matas en Marivent, pero esa invitada llegando con la gran bolsa de Movistar, eso s¨ª que lo hemos visto todos esta misma semana. ?Qu¨¦ habr¨ªa dentro? ?M¨®viles con Instagram para los ni?os, y as¨ª jugar a retratar al abuelo sin que se diera cuenta, o a la t¨ªa Letizia sin maquillar? Est¨¢ muy de moda subir a Twitter este tipo de fotograf¨ªas. ?Y si en la bolsa hab¨ªa dinero, al estilo Maite Zald¨ªvar? Mejor mensaje ser¨ªa menos bolsas de papel y m¨¢s bolsas de pl¨¢stico transparente. El regalo, el paquete a la vista.
Esos grandes secundarios que son Julita Cuquerella, la secretaria privada, y el abogado Mario Pascual Vives, que disfruta estrenando cascos de moto en cada visita, quiz¨¢ no puedan evitar debatir el enfrentamiento de Eugenia Mart¨ªnez de Irujo con su exmarido, Francisco Rivera, por la custodia de su hija. Eugenia se manifiesta tranquila y agradecida por el gesto solidario de su madre al declarar desde San Sebasti¨¢n que no acepta los manejos del exyerno favorito. Abriendo as¨ª otro debate: siempre entendimos que era complicado ser suegra, pero ahora, lo complicado de verdad es ser exyerno favorito. Lo estamos viendo con I?aki y tambi¨¦n con Fran. Tanto para la Reina como para la duquesa de Alba debe de resultar dur¨ªsimo asumir el error de calculo. Otro chasco.
Esquivando este tema, podr¨ªamos todos calmarnos observando la foto de moda en las redes sociales: el dulce descanso de Mar Flores tumbada en la cubierta de su barco, disfrutando hermosa de una siesta. S¨ª, la misma belleza que en la boda de Fran y Eugenia puso en pie de guerra a la Casa de Alba con su asistencia ¡ªMar, entonces, era novia de Cayetano Mart¨ªnez de Irujo¡ª ahora puede descansar tranquila. Flores supo ver que en esta vida lo importante es salir ilesa, sin v¨ªctimas. Y dejar a otros que se empe?en en llevar las bolsas de papel.
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