La batalla contra los grandes incendios
Valencia, Galicia, Catalu?a, Canarias y Andaluc¨ªa son las comunidades que tienen tasas de quema permisible m¨¢s altas y, con ello, mayor riesgo de siniestros en sus bosques
Ha transcurrido ya el primer mes en el que se producen d¨ªas con alto riesgo de incendio forestal, dentro de la campa?a de incendios forestales de este a?o, y nada menos que unas 100.000 hect¨¢reas de monte, en su mayor¨ªa arbolado, han sido arrasadas por el fuego en las provincias de Ourense, Valencia, Tenerife y Girona.
La labor de modelaci¨®n del paisaje llevada a cabo por la naturaleza y el hombre en el ¨²ltimo siglo ha sido barrida por el fuego en poco m¨¢s de un mes. Pero atenci¨®n, cuando se produc¨ªa el cuarto gran incendio de la temporada, ya nos hab¨ªamos olvidado ¡ªpues lo que ha pasado hace un mes ya no es noticia¡ª de los tres grandes incendios anteriores. Queda a¨²n mucho de campa?a por delante y no es bueno bajar la guardia, y este 2012 hemos batido el r¨¦cord de superficie arbolada quemada por campa?a, desde que existen estad¨ªsticas de incendios forestales en Espa?a de los ¨²ltimos 50 a?os.
Los profanos suelen preguntarse c¨®mo es posible que sucedan estas cat¨¢strofes, y para explicarlas, recurren a las teor¨ªas carentes de todo conocimiento del medio forestal, y se sienten conformes en defender los t¨®picos m¨¢s extravagantes que no conducen a poner las medidas adecuadas para que no se produzcan grandes incendios, y as¨ª seguir manteniendo un estado de resignaci¨®n ante un fen¨®meno que puede ser reducido, de acuerdo con el gran esfuerzo econ¨®mico ¡ªuno de los mayores del mundo por hect¨¢rea protegida¡ª que estamos dedicando para su combate.
Para los profesionales, conocedores del comportamiento de los incendios forestales, y de los distintos indicadores puestos de manifiesto por los mismos, no es nada inesperado que estos grandes incendios se puedan dar en la Comunidad Valenciana, Galicia, Canarias o la Catalu?a, pues en los ¨²ltimos 20 a?os, la tasa de quema permisible para estas comunidades, medida en hect¨¢reas arboladas, de acuerdo con las inversiones anuales en sus planes de incendios, ha sido, todos los a?os, 13 veces mayor que la permitida para la Comunidad Valenciana. Por ello, la probabilidad de que se genere un gran incendio en esta comunidad es muy alta.
Utilizar medios a¨¦reos para extinguir el fuego es un acci¨®n totalmente in¨²til
Con tasas de quema permisible altas, le siguen a la Comunidad Valenciana: Galicia, siete veces mayor; Catalu?a, 4,6 veces mayor; Canarias, 4,5 veces mayor y Andaluc¨ªa, cuatro veces mayor. No es una casualidad que las cuatro primeras de la lista, ya hayan padecido un gran incendio este a?o.
Los datos anteriores quieren decir, que estas son las comunidades con m¨¢s probabilidad de que se desarrollen grandes incendios forestales, pues sus planes contra incendios no se han redactado bajo los principios b¨¢sicos de coste-eficacia, o no est¨¢n gestionados adecuadamente, y mientras no se realice una revisi¨®n a fondo de los mismos, para efectuar las correcciones necesarias para rebajar las tasas reales de quema de superficie arbolada, a las permitidas por el plan, los grandes incendios, a pesar de los recursos que se asignen, seguir¨¢n siendo un fen¨®meno recurrente.
Lo de Extremadura es la consecuencia de haber insistido, un falso ecologismo, durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, en acabar con los pinares, por no ser especies aut¨®ctonas, llev¨¢ndoles su ignorancia a olvidarse de que estos son los ¨²nicos bosques posibles, capaces de preparar el medio, para que con el paso del tiempo, puedan asentarse las especies nobles, Desgraciadamente estos ataques a la comarca de Las Hurdes, han conseguido que desaparezcan la mayor¨ªa de sus bosques, fruto de trabajos forestales que fueron un ejemplo para los profesionales posteriores.
Ser¨ªa bueno que se terminara con la discusi¨®n ¡°peregrina¡±, de si ha existido o no coordinaci¨®n de medios, para el control y extinci¨®n, o si estos han sido suficientes. Empezando por lo segundo, diremos que cuando un gran incendio se est¨¢ desarrollando, no hay medios humanos o materiales suficientes para frenar su avance, mientras no cambien las condiciones climatol¨®gicas extremas o la continuidad de la vegetaci¨®n.
Por otro lado, hablar de coordinaci¨®n de medios es desconocer que en todo plan contra incendios forestales, se deben recoger los medios ordinarios de los que dispone el plan y los extraordinarios, asignados al mismo, para el caso de un gran incendio, y el mando ¨²nico del incendio, asignar los medios de forma autom¨¢tica seg¨²n su criterio de eficacia de los mismos. No es posible que el plan recoja solo los medios ordinarios de que dispone, y cuando llegue un gran incendio ponerse a recabar medios de ac¨¢ y de acull¨¢, pues ello lleva, como as¨ª sucede, a esa descoordinaci¨®n de la que se habla.
Es muy importante combatir el fuego antes de que transcurran 30 minutos de su inicio
Es necesario insistir en un cambio de tendencia importante y acabar con el convencimiento establecido en las ¨²ltimas d¨¦cadas, de que los grandes incendios se controlan arrojando agua desde el aire a sus frentes, acci¨®n totalmente in¨²til, pues estos frentes, mientras exista combustible, avanzan desprendiendo m¨¢s de 2.500kcal/m2, por lo que para un frente de 1.000m, normal en este tipo de incendios, ser¨ªa necesario que 600 aviones de gran carga, arrojaran esta de forma simult¨¢nea, a lo largo de todo el frente para frenarlo. A pesar de esta realidad f¨ªsica, seguro que se seguir¨¢n solicitando m¨¢s medios a¨¦reos. Sin duda es atractivo ver a la aviaci¨®n por encima de las llamas, como escap¨¢ndose de ellas, pero la eficacia se mide de otra manera.
Cuanto m¨¢s se retrase este cambio de tendencia, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ rebajar el n¨²mero de grandes incendios, pues, insistimos, con arrojar agua sobre los frentes no es posible frenarlos, aparte de que si este agua se aplica con medios terrestres, frente a la direcci¨®n de avance, se est¨¢ realizando una operaci¨®n totalmente prohibida por los protocolos de seguridad y salud, al poner en riesgo la vida de las personas que intervienen, as¨ª como la integridad de los medios empleados. Esta forma de actuaci¨®n se sigue viendo con toda normalidad, incluso recogida en fotograf¨ªas de prensa, en la mayor¨ªa de los incendios forestales.
Los profesionales estamos cansados de repetir, como principio b¨¢sico, que para que un incendio no se convierta en un gran incendio, es necesario combatir al mismo antes de transcurridos los 30 minutos de su inicio.
Esta m¨¢xima, f¨¢cil de poner en pr¨¢ctica con los enormes recursos que se manejan, en los ¨²ltimos 20 a?os, solo se ha cumplido en el 50% de los casos. Si adem¨¢s de los profesionales, el resto de la poblaci¨®n, incluido los medios de comunicaci¨®n, no exigen continuamente este principio, y se deja de discutir si son ¡°galgos o podencos¡±, pasar¨¢n otros 20 a?os y nuestros bosques y montes arbolados, ir¨¢n desapareciendo; aunque crezca nuestra superficie forestal, se seguir¨¢ produciendo una regresi¨®n de cientos de a?os, y nuestros suelos se cubrir¨¢n, como as¨ª esta sucediendo, de matorrales invasores y regresivos.
Gabriel Leblic Iglesias es ingeniero de Montes y diplomado en Combate de Incendios Forestales NARTC (Estados Unidos).
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