El Gobierno ingl¨¦s se separa en Espa?a
David Cameron y Nick Clegg se relajan cada uno en una punta del pa¨ªs mientras se preparan para un oto?o pol¨ªtico caliente, marcado por sus trifulcas
David Cameron y Nick Clegg han comenzado las vacaciones al un¨ªsono, eligiendo ambos adem¨¢s el destino favorito del turismo brit¨¢nico, la siempre soleada Espa?a. El primer ministro conservador y su n¨²mero dos en el gobierno, de filiaci¨®n liberaldem¨®crata, son dos aliados que forjaron una coalici¨®n con aires de luna de miel y, transcurridos algo m¨¢s de dos a?os, apenas se soportan ya. No necesitar¨¢n verse las caras en el territorio estival compartido, porque el primero ha desembarcado en la isla de Mallorca y su todav¨ªa asociado repite en la localidad vallisoletana de Olmedo, una distancia f¨ªsica que no podr¨¢n mantener cuando regresen a las realidades pol¨ªticas de Londres.
Quiz¨¢ porque abandon¨® Reino Unido, a principios de semana, con unos socios de coalici¨®n irritados que le auguran un oto?o caliente, a Cameron no se le ve del todo relajado en las primeras fotograf¨ªas difundidas de su descanso en las Baleares. Lleg¨® a Mallorca el lunes pasado en un vuelo low cost y Downing Street no ha querido revelar el lugar exacto en el que se ha instalado el jefe de gobierno con su esposa Samantha y sus tres hijos, Nancy, Arthur y Florence, pero la pareja se dej¨® ver tomando un caf¨¦ en Pollen?a rodeada de otros veraneantes y en las playas de la isla. En esta ocasi¨®n el primer ministro s¨ª dej¨® una propina tras despachar su consumici¨®n, escarmentado de un episodio de racaner¨ªa que protagoniz¨® el a?o pasado durante sus vacaciones en la Toscana (Italia) y que la prensa de su propio pa¨ªs le afe¨®.
Aquel d¨ªa pag¨® los 3,10 euros de importe de dos capuccinos con un billete de 50, y no dej¨® para la camarera ni un m¨ªsero c¨¦ntimo. Alertado por sus asesores sobre la metedura de pata, regres¨® al d¨ªa siguiente y est¨¢ vez s¨ª se mostr¨® generoso con la misma joven, Francesca Ariani, a quien invit¨® adem¨¢s fotografiarse con ¨¦l. El caso es que la chica no hab¨ªa reconocido en su momento a aquel ingl¨¦s pero, incluso durante sus d¨ªas de asueto, los pol¨ªticos siempre suelen tener como sombra a m¨¢s de un periodista a la caza de las peque?as historias del verano.
¡°Los pol¨ªticos tambi¨¦n somos humanos y necesitamos vacaciones¡±, proclam¨® Cameron ante la prensa brit¨¢nica para justificar su inmediata huida del Reino Unido en cuanto fueron clausurados los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres. Nadie le niega ese derecho, pero el inter¨¦s de los medios nacionales se centra en porqu¨¦ ¨¦l y el viceprimer ministro Clegg no se han alternado este a?o los d¨ªas de ocio para que al menos uno de los dos permaneciera al mando del gobierno. Los brit¨¢nicos todav¨ªa viven la estupenda resaca ol¨ªmpica, un ¨¦xito que adem¨¢s ha aportado al equipo nacional 65 medallas, 29 de ellas de oro. Las previsiones macroecon¨®micas y los nuevos recortes que prepara el ejecutivo se empe?an, sin embargo, en aguarles la fiesta. El encargado de transmitirles confianza hasta que Cameron retorne la pr¨®xima semana no es, por tanto, un liberaldem¨®crata, sino los tories William Hague (ministro de Asuntos Exteriores) y Theresa May (Interior).
Despu¨¦s de diez d¨ªas en Mallorca, donde ha coincidido con el ciclista brit¨¢nico Bradley Wiggins, ganador del Tour y en posesi¨®n de cuatro medallas de oro ol¨ªmpicas, el primer ministro retomar¨¢ su agenda en Londres s¨®lo temporalmente, para trasladarse luego a alg¨²n destino nacional. Los Cameron siempre se decantan por lugares playeros, ya sea en el extranjero o en territorio brit¨¢nico, donde pasan la mitad de sus vacaciones ¡°partidas¡±. Hace dos veranos, a una Samantha embarazada se le adelantaron las contracciones durante la estancia familiar en Cornualles, donde naci¨® su hija peque?a Florence. Una noticia positiva durante aquel agosto del 2010 en el que el gobierno apenas hab¨ªa iniciado su andadura y cuando las relaciones de David Cameron con Clegg parec¨ªan bien engrasadas.
El viceprimer ministro, quien en su ¨²ltima comparecencia p¨²blica antes de volar hacia Espa?a aparec¨ªa tenso y deprimido, consigue ¡°desconectar totalmente¡±, seg¨²n sus propias palabras, durante sus frecuentes visitas a Olmedo, la localidad en la que naci¨® su esposa, la abogada Miriam Gonz¨¢lez Durantez. En esta ocasi¨®n va a permanecer quince d¨ªas en la poblaci¨®n de 4.000 habitantes donde se le conoce como ¡°el ingl¨¦s¡±, aunque su dominio del espa?ol es impecable. Hace veinte a?os que los Clegg veranean en la localidad, donde reside la suegra del pol¨ªtico, viuda del exsenador de la UCD y miembro del Partido Popular Antonio Gonz¨¢lez Caviedes. Los tres hijos del matrimonio Clegg, Antonio, Alberto y Miguel, visitan con frecuencia a su abuela durante las vacaciones escolares, incluso cuando sus progenitores no pueden permanecer con ellos a causa de sus respectivas obligaciones laborales.
Frente a la pl¨¢cida imagen familiar que transmiten las vacaciones de Clegg, el tabloide brit¨¢nico Daily Mail, muy escorado a la derecha, ha intentado buscarle las cosquillas criticando que en plena celebraci¨®n de los Juegos escapara una semana a la villa que sus padres poseen en Francia. Este diario no ha podido confirmar ese extremo, aunque s¨ª atestiguar que el n¨²mero dos de la coalici¨®n s¨ª se ha paseado por varios de los eventos deportivos de Londres 2012.
Clegg regresar¨¢ algo m¨¢s tarde que Cameron a Reino Unido, donde deber¨¢ afrontar nuevas negociaciones con los conservadores ante la inminente remodelaci¨®n del Gobierno que anuncia el mes de septiembre. El gran beneficiario de las trifulcas entre los dos socios de la coalici¨®n es el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Ed Milliband, quien disfruta estos d¨ªas de unos d¨ªas de sol y playa en Grecia, junto a su mujer y dos hijos, mientras comprueba c¨®mo los sondeos le son cada d¨ªa m¨¢s favorables sin necesidad de apenas mover un dedo.
Al igual que en el caso de sus dos oponentes en la pol¨ªtica, la mesura y el tono familiar definen las vacaciones de Milliband, en contraste con aquellos opulentos veraneos de los que disfrutaba su colega de partido, Tony Blair, cuando era el inquilino de Downing Street (1997-2007). A pesar de las cr¨ªticas que recib¨ªa a?o tras a?o, el antiguo jefe de Gobierno nunca alter¨® la t¨®nica habitual de aceptar estancias gratuitas en casas de amigos millonarios y famosos, como el Bee Gee Robin Gibb (Miami Beach), el tambi¨¦n cantante Cliff Richards (Barbados) o uno de sus amigos del espectro derechista, Silvio Berlusconi, que lo acogi¨® con todos los honores en su lujos¨ªsima villa de Cerde?a. Definitivamente, aquellos eran otros tiempos.
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