El derecho a equivocarse
"Al igual que Guillermo Collarte, diputado del PP por Ourense, Esperanza Aguirre ya declar¨® en 2006 que su salario de presidenta auton¨®mica, de unos 8.400 euros al mes, tampoco le alcanzaba"
Los seres humanos tienen derecho a equivocarse, "al menos una vez¡±, ha declarado Guillermo Collarte, diputado del PP por Ourense. ?l se ha equivocado dos veces, una al asegurar que las pasa ¡°canutas¡± con su sueldo de 5.100 euros y otra al revelar que recib¨ªa mensajes de amigos dici¨¦ndole que en pol¨ªtica no se puede decir la verdad. Lo que demuestra que lo humano es equivocarse varias veces.
En los errores, la memoria es corta. Collarte no ha sido el ¨²nico miembro del partido gobernante en declarar problemas de sueldo a fin de mes. Antes de que la crisis nos dejara a todos con pocas esperanzas, Esperanza Aguirre declar¨® que su salario de presidenta auton¨®mica, de unos 8.400 euros al mes, tampoco le alcanzaba; y aunque, en 2006, 8.400 euros para muchos eran un sobrecito extra, se levant¨® el suficiente revuelo para que la presidenta matizara sus propias palabras.
Reconocer un error contribuye a que se olvide. Particularmen?te en pol¨ªtica, donde olvidar es tan f¨¢cil. No sucede lo mismo con Kristen Stewart, protagonista de Crep¨²sculo y del culebr¨®n internacional del verano, que no ha conseguido que se disculpen sus errores. Kristen se entreg¨® a la muy comprensible atracci¨®n de la diferencia de edades y roles, el director fue infiel, y ella, una veintea?era vampiresilla. Su verdadero amor, Robert Pattinson, recibi¨® la infidelidad como una estaca que lo dej¨® mudo.
Mientras la sierra de El Escorial ard¨ªa, los Urdangarin Borb¨®n avanzaban un nuevo cap¨ªtulo en su aristocr¨¢tico crep¨²sculo. Regresan a casa, pero con cambios. El duque ha pedido un cese temporal de su relaci¨®n laboral con Telef¨®nica para centrarse en la defensa frente a la imputaci¨®n que le hace pasarlas canutas. R¨¢pidamente se establecieron comparaciones con aquel cese temporal que emple¨® la Casa del Rey para definir el final del matrimonio Marichalar-Borb¨®n.
Como un error siempre trae otro, en La Zarzuela se equivocaron informando de que la infanta Cristina nos representar¨ªa en la inauguraci¨®n de los Juegos Paral¨ªmpicos. Se refer¨ªan a Elena, y el desfase dej¨® entrever la nostalgia acumulada por Cristina. Quienquiera que sea el responsable de las agendas reales, seguro que le gustar¨ªa volver a los d¨ªas en que las infantas eran solteras.
Los duques han organizado su regreso a casa. Vamos comprendiendo que poco a poco todo volver¨¢ a su sitio despu¨¦s del gran entuerto. Su palacete de Pedralbes, que debe de estar cargado de un feng shui negativo, se alquilar¨¢. Coincide el alquiler con la petici¨®n de rescate de la Generalitat. ?Azar o necesidad? A lo mejor los Urdangarin Borb¨®n han convencido a su secretaria, se?ora Cucarella, para que ense?e el palacete a posibles inquilinos. Un agente inmobiliario tampoco tiene que decir toda la verdad. Los clientes agradecer¨¢n un poco de misterio. Ojal¨¢ que los duques hagan bien su mudanza y no se dejen olvidada ninguna nota o e-mail comprometedor. O alg¨²n nombre escrito en un papel doblado en el congelador.
La vida no es un acierto, sino m¨¢s bien un sembrad¨ªo de errores. Y el no reconocer un error de gesti¨®n a tiempo acarrea m¨¢s tragedias, como el incendio desata?do en la gigantesca planta petrolera de Amuay, en Venezuela. La oposici¨®n al Gobierno chavista alertaba sobre la incapacidad gestora de los nuevos dirigentes de la empresa petrolera estatal. El presidente Ch¨¢vez, ante la tragedia, dijo: ¡°El show debe continuar¡±. Se ha recriminado la desafortunada frase, pero el l¨ªder bolivariano no es pr¨®digo en rectificaciones. Una vez terminado el luto oficial por las v¨ªctimas, el show, en efecto, continu¨® con la elecci¨®n de Miss Venezuela 2012, el ¡°magno evento de la belleza nacional¡±, que en esta edici¨®n llev¨® el t¨ªtulo de ¡°m¨¢s all¨¢ de la belleza¡±.
Pol¨¦mico, tradicional, televisivo y parte de la identidad venezolana, Miss Venezuela es una mezcla petrolera de los Oscar, el carnaval de R¨ªo y la final de la Liga de f¨²tbol.
Cristiano Ronaldo hab¨ªa encontrado la serenidad en el temperamento de su novia, Irina ?Shayk. Pero una c¨¦lebre periodista de la televisi¨®n portuguesa le ha marcado un gol. Rita Pereira es una amalgama ib¨¦rica de Sara Carbonero con la princesa Letizia y ha cautivado al h¨¦roe de masas de la misma manera que Iker y don Felipe encontraron el amor: vi¨¦ndola por televisi¨®n. Nunca agradecemos lo suficiente la capacidad democr¨¢tica de la peque?a pantalla.
De tanto ver a una persona, crees que puede ser el amor de tu vida y, al tener influencia, te casas con ella, que tambi¨¦n te ha visto a ti de la misma manera. Irina, que es rusa, como Tolst¨®i, sabe mucho del alma humana y ha intentado pararle el juego a su novio frente a la porter¨ªa. Rita tiene un peligros¨ªsimo as en la manga: al contrario que Irina, cae muy bien al entrenador del equipo, la mam¨¢ de Ronaldo, y puede convertirse en pichichi. Adem¨¢s es buena jugando al toque como el FC Barcelona. Es una situaci¨®n dif¨ªcil para el contraataque de Irina, que, mas all¨¢ de su belleza, tiene un sentido de la diplomacia bastante estepario, aunque es f¨ªsicamente mejor, como el Real Madrid. Si la rusa se esfuerza en demostrar un afecto que escasea, Rita solo tiene que aparecer por la casa materna cargada de sonrisas para regatear con ¨¦xito a la supermodelo.
Realmente puede ser un error intentar gustar mucho a las madres. O a los entrenadores.
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