Una campa?a dura
Romney refuerza en Tampa su perfil de gestor econ¨®mico para superar el carisma de Obama
Adem¨¢s de ungirle como candidato oficial, la convenci¨®n republicana de Tampa le habr¨¢ servido solo de modesto trampol¨ªn a Mitt Romney. Las encuestas reflejan ahora pr¨¢cticamente un empate t¨¦cnico con Obama, en alg¨²n caso con ventaja para el conservador. No ha logrado despegue rotundo en la mejor ocasi¨®n que ten¨ªa. Paul Ryan, su acompa?ante en la batalla electoral, encarna a sus 42 a?os el cambio generacional en las filas republicanas, y ha sido quien ha dinamizado la candidatura y concitado el verdadero entusiasmo de los delegados. Su empuje puede acabar socavando la imagen de un Romney m¨¢s aburrido, percibido sobre todo como hombre de empresa, honrado y rico, seg¨²n se?ala un an¨¢lisis electoral del Centro Pew.
Esta ha sido la convenci¨®n m¨¢s radicalizada de la historia de los republicanos. Han dado un giro a la derecha en casi todos los ¨¢mbitos, haciendo pr¨¢cticamente irreconocibles las maneras del Grand Old Party. Su programa electoral ha despertado una especial atenci¨®n por su af¨¢n de poner patas arriba la tibia sanidad p¨²blica que Obama ha logrado impulsar, por la voluntad de introducir en la Constituci¨®n la prohibici¨®n del aborto, por querer obligar a la exhibici¨®n p¨²blica de los Diez Mandamientos o por el abandono de toda preocupaci¨®n por el cambio clim¨¢tico. Pero si hay una columna vertebral en la candidatura republicana es su feroz oposici¨®n a todo lo que sea el Estado ¡ªsalvo en defensa, donde prometen un gasto del 4% que no se sabe de d¨®nde sacar¨¢n¡ª, y es ah¨ª donde pesa m¨¢s el Tea Party, con una influencia cada vez m¨¢s notoria en el partido. A¨²n as¨ª, Romney y Ryan se dedicaron en la cita, m¨¢s que a realizar propuestas concretas, a criticar a Obama por su gesti¨®n de la crisis econ¨®mica y a afirmar que ellos lo har¨¢n mejor.
La campa?a se anuncia sucia, y cara. Muy cara. Seguramente el resultado final est¨¢ en manos de los votantes de un reducido n¨²mero de Estados decisivos que optaron por Obama en 2008 y que ahora dudan. Poco antes de la convenci¨®n del Partido Dem¨®crata que empieza ma?ana en Charlotte (Carolina del Norte), el actual presidente va ganando entre las minor¨ªas ¡ªnegros e hispanos¡ª y entre las mujeres, cuya posici¨®n es decisiva. De ah¨ª el papel estelar en Tampa de Ann, la esposa de Romney. Este lleva la delantera solo entre los obreros blancos y varones. Y Obama le aventaja en un factor que puede ser esencial, el carisma: cae mejor, gusta m¨¢s.
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