Ataques ¡®fratricidas¡¯

La infiltraci¨®n de talibanes en las fuerzas de seguridad afganas que forman los occidentales siempre ha sido un problema: los guerrileros pueden lograr as¨ª desde dentro formaci¨®n, armas y acceso a posibles v¨ªctimas de atentados. El asunto se detect¨® pronto en las filas del Ej¨¦rcito y de la polic¨ªa nacional, aunque se cort¨® con filtros m¨¢s estrictos. No ocurre as¨ª con la polic¨ªa local.

En los ¨²ltimos tiempos, movidos por las proclamas del nunca localizado mul¨¢ Omar, se han multiplicado los ataques llamados fratricidas por parte de reclutas de la polic¨ªa local afgana. El ¨²ltimo ha llevado a EE UU a suspender temporalmente la formaci¨®n del millar de nuevos aspirantes. Este paso no ha producido ninguna reacci¨®n general por parte de los aliados, espa?oles entre otros, que forman a soldados y polic¨ªas nacionales.

Los aliados, y especialmente EE UU, que est¨¢ retirando este mes a 30.000 soldados, saben que para salir del pa¨ªs sin dejar atr¨¢s un caos que har¨ªa in¨²til los esfuerzos y sacrificios de m¨¢s de una d¨¦cada no les queda m¨¢s remedio que seguir formando a polic¨ªas y militares afganos. Incluso as¨ª, el ¨¦xito est¨¢ muy lejos de quedar garantizado.

El objetivo sigue siendo retirar todas las tropas de combate extranjeras de Afganist¨¢n en 2014. Para poder culminarlo, los aliados de la OTAN han de estar seguros de que las fuerzas de seguridad afganas cumplen su papel principal, el de evitar que el pa¨ªs caiga en una nueva conflagraci¨®n de milicias y se?ores de la guerra. Han formado y puesto en pie a 350.000 soldados y polic¨ªas nacionales aut¨®ctonos, sobre todo en los ¨²ltimos cinco a?os; no es poco. La polic¨ªa local es otra cosa. Consta de unos 16.000 efectivos y es esencial para la seguridad en ¨¢reas remotas de este inmenso pa¨ªs. Pero, a diferencia del resto, las fuerzas de EE UU dependen para su reclutamiento de los l¨ªderes locales, que a menudo colocan a insurgentes en las filas policiales.

Lo ocurrido est¨¢ rompiendo la confianza de los aliados en las fuerzas afganas. Tanto, que hace tres semanas el mando estadounidense dio la orden a sus militares de ir permanentemente armados incluso en las ¨¢reas seguras, como la Zona Verde de Kabul. Y, sin embargo, esta confianza es necesaria para poder culminar una salida ordenada de las tropas extranjeras de Afganist¨¢n, la guerra m¨¢s larga que ha librado Estados Unidos.