Nuestros j¨®venes se van
Hace un par de d¨ªas observ¨¦ la enorme cola de gente joven en una calle c¨¦ntrica de Valencia y la curiosidad me llev¨® a comprobar que se trataba de una academia de alem¨¢n. Acto seguido pens¨¦ ¡ªponi¨¦ndome en la piel de sus padres¡ª, ?no es una aut¨¦ntica verg¨¹enza para los dirigentes pol¨ªticos valencianos que, con el derroche que han llevado en las ¨²ltimas dos decadas, ahora nos planteemos una huida ¡ªDios sabe si con o sin retorno¡ª hacia otros mundos de nuestra juventud? Estos j¨®venes dejan atr¨¢s un pa¨ªs que va a la deriva, con la mayor tasa de paro, mayor ¨ªndice de tasa vegetativa y una clase pol¨ªtica que solo vale para asegurarse sus suculentos sueldos. ?Me dan pena, mucha pena!¡ª Ignacio Justo L¨®pez.
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