Putin en ultraligero
El presidente ruso gu¨ªa a las desorientadas grullas siberianas en su viaje hacia Uzbekist¨¢n
A caballo entre la operaci¨®n propagand¨ªstica y la exhibici¨®n narcisista, el presidente ruso Vladimir Putin ha protagonizado una nueva aventura ecol¨®gica destinada a demostrar lo muy sensible que es respecto a las especies en peligro de extinci¨®n. Fue idea suya organizar vuelos en ultraligero para mostrar a las desorientadas grullas siberianas el camino a seguir para emigrar hacia Uzbekist¨¢n. Tambi¨¦n fue idea suya bautizar esa operaci¨®n como ¡°el vuelo de la esperanza¡± y ponerse a los mandos del aparato. Ataviado con un vistoso traje blanco para que las grullas le siguieran, crey¨¦ndole su progenitor, el presidente de Rusia pilot¨® tres vuelos en direcci¨®n al sur. La operaci¨®n, convenientemente filmada, forma parte de un programa cient¨ªfico que pretende adiestrar a estas aves criadas en cautividad para que puedan seguir los ciclos migratorios. No es la primera vez que Putin se coloca descaradamente ante los focos en una operaci¨®n similar. En abril de 2010 particip¨® en una misi¨®n cient¨ªfica destinada a preservar el oso polar. Lo que hizo fue viajar a la regi¨®n ¨¢rtica situada al norte del Mar de Barents para colocar un collar de seguimiento por sat¨¦lite a un oso polar de 230 kilos, previamente anestesiado.
La operaci¨®n iba en aquella ocasi¨®n acompa?ada de una medida pol¨ªtica coherente con el gesto de Putin: la prohibici¨®n total de la caza del oso polar en territorio ruso.
Rusia y Estados Unidos hab¨ªan acordado un a?o antes limitar la caza por parte de los nativos a 29 osos al a?o, pero Mosc¨² decidi¨® no hacer uso de su parte de la cuota. La decisi¨®n fue celebrada por los grupos ecologistas, aunque Putin no se libr¨® de las cr¨ªticas por recurrir a t¨¢cticas tan propagand¨ªsticas.
Mucho m¨¢s accidentada fue la photo--opportunity de su compromiso con la preservaci¨®n del tigre siberiano. En plena visita al h¨¢bitat de este animal, en 2008, uno de los tigres escap¨® en direcci¨®n al equipo que filmaba la escena, que se llev¨® un susto de muerte. Bien entrenado tras su paso por la KGB, Putin dispar¨® con un rifle de dardos sedantes y neutraliz¨® al animal. Como ahora ocurre con las grullas, la imagen abri¨® los telediarios de medio mundo, acompa?ada de la inevitable pregunta: ?hero¨ªsmo programado?
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