La clave es Letizia
La princesa cumple 40 a?os el s¨¢bado y se dispone a celebrarlo en privado y en p¨²blico En estos d¨ªas dif¨ªciles, la Casa del Rey apuesta por ella para reforzar la imagen de la sucesi¨®n
El pasado mes de mayo, los Reyes de Espa?a cumplieron 50 a?os de casados, una fecha que muchas parejas tienen por costumbre festejar en privado y, si se trata de monarcas, tambi¨¦n es habitual hacerlo en p¨²blico. Pero don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa no lo celebraron de ninguna manera. Ni tan siquiera se facilit¨® para recordar la ocasi¨®n una foto actual de la pareja. No corr¨ªan buenos tiempos en el palacio de la Zarzuela, con un Rey convaleciente y una Reina que marcaba su territorio mientras se aireaban las amistades de su marido. El vendaval hoy se ha calmado, pero todav¨ªa hay mucho trabajo por delante. En la Casa del Rey se trabaja ahora con ah¨ªnco en recuperar el terreno que ha perdido la familia real en las cuotas de popularidad y, de manera especial, se trabaja en preservar a los Pr¨ªncipes de Asturias, que son ahora la marca blanca de la Casa, quienes representan el futuro de la Monarqu¨ªa en Espa?a. Por eso no es de extra?ar que el 40? cumplea?os de Letizia vaya a ser festejado como tal: en p¨²blico y en privado.
La Princesa entra el pr¨®ximo s¨¢bado en una nueva d¨¦cada, y habr¨¢ celebraci¨®n. Una en privado, con los suyos, y otra en p¨²blico, discreta. Do?a Letizia ha posado para una sesi¨®n fotogr¨¢fica junto a su esposo y sus dos hijas. Las fotos ya est¨¢n hechas hace d¨ªas y las distribuir¨¢ el palacio de la Zarzuela horas antes del festejo. Todos en palacio son conscientes de que esa fecha es una buena ocasi¨®n para promocionar la marca Borb¨®n-Ortiz.
En este ¨²ltimo a?o de grandes turbulencias por las ¡°conductas inapropiadas¡± de I?aki Urdangarin y su imputaci¨®n en el caso N¨®os, y con el pol¨¦mico viaje del Rey y sus operaciones, el trabajo de los asesores de La Zarzuela ha ido enfocado a mantener al margen de toda esta espiral a don Felipe y do?a Letizia. No hay fotos de la familia real al completo, ni oficiales ni privadas. Menos a¨²n estampas veraniegas. De hecho, sus miembros apenas coinciden en p¨²blico y en la intimidad. Se relacionan entre s¨ª a su manera, pero no de una forma conjunta.
Los Reyes cumplen con sus obligaciones marcadas en la agenda de la Casa ¨Ccada vez hay menos que los requieran juntos¨C y tampoco se dejan ver en tiempo de descanso. Cada uno lo hace por su lado.
Los Pr¨ªncipes, en cambio, han incrementado este a?o sus tareas de representaci¨®n. As¨ª estaba previsto, y las operaciones del Rey tambi¨¦n han obligado a ello.
Un aspecto renovado
Letizia Ortiz siempre est¨¢ a la b¨²squeda de la perfecci¨®n de su imagen. Este curso ha reaparecido con nuevo corte de pelo, una melena m¨¢s corta y capeada. Su extrema delgadez y la palidez de su piel se mantienen intactas, a pesar de las vacaciones veraniegas. Dispuesta a demostrar que no gusta de excesos, cada vez luce m¨¢s ropa adquirida en tiendas de bajo coste y repite modelo en las grandes citas. Lo que m¨¢s ha cambiado es su rostro, que ha ido dulcificando con ayuda de tratamientos y cirug¨ªas.
Las dos parejas, eso s¨ª, se han dejado tambi¨¦n ver juntas en actos protocolarios. Se quiere dejar claro que en ellos se sustenta la Corona, que el resto de los miembros de la familia no son m¨¢s que eso: la familia del Rey.
Apartado Urdangarin de La Zarzuela por su imputaci¨®n, y habiendo unido la infanta Cristina su destino al de su marido, las relaciones privadas y p¨²blicas de los duques de Palma con los Reyes y los Pr¨ªncipes tambi¨¦n han quedado fragmentadas. Quien intenta acercar posiciones, como siempre, es do?a Sof¨ªa, que tiene una tarea ¨ªmproba. Una parte de sus hijos y c¨®nyuges est¨¢n distantes, y en algunos de los casos no se dirigen la palabra.
Todo ello era bien distinto hace un a?o. Entonces la atenci¨®n estaba puesta en si do?a Letizia se hablaba con sus cu?adas. Ese desencuentro es ahora una peque?a an¨¦cdota en el conflicto. Es m¨¢s, en este tiempo de turbulencias, Letizia es la que ha salido ganando.
Cuando en mayo de 2004 la presentadora del Telediario se convert¨ªa en princesa, miles de ojos estaban pendientes de ella, dispuestos a examinar hasta el m¨¢s peque?o de sus gestos. Letizia se sab¨ªa observada. A esa frase del d¨ªa de su compromiso ¨C¡°D¨¦jame hablar ahora a m¨ª¡±¨C sigui¨® un largo silencio. La periodista se olvid¨® de que era ya princesa y se dej¨® llevar con naturalidad. Pero en las cortes europeas la naturalidad todav¨ªa no est¨¢ de moda. As¨ª que Letizia dio un paso atr¨¢s. Es m¨¢s, al perder su car¨¢cter espont¨¢neo, su rigidez aument¨®. Tensa, contenida, comedida, estirada, distante son algunos de los calificativos que se escuchan al analizar su presencia en p¨²blico.
La Zarzuela difundir¨¢ una sesi¨®n fotogr¨¢fica en la que ha posado junto a su marido y sus hijas
Pero frente a esa falta de relajaci¨®n, la cara exterior de la figura de Letizia ha ganado aplomo dentro de la instituci¨®n. No ha cometido ning¨²n fallo grave, ha humanizado m¨¢s la figura de don Felipe, al que ahora se le ve como amante marido y padre de las infantas Leonor y Sof¨ªa y no como a un hombre fr¨ªo y distante. Ambos est¨¢n implicados de lleno en preservar su vida privada, una tarea que se antoja imposible, ya que cuando se trata de figuras institucionales, las barreras son dif¨ªciles de marcar. El ¨²ltimo ejemplo es reciente.
Los Pr¨ªncipes han disfrutado de unas vacaciones secretas pese a que, tras el incidente de Botsuana, se asegur¨® que los grandes movimientos de la familia real iban a hacerse p¨²blicos de alguna manera. Pero La Zarzuela no ha querido desvelar el destino, aunque s¨ª se ha visto obligada a emitir un desmentido. ¡°No han estado en las isla Fiyi, ni en un sitio parecido¡±. Todo ello a cuenta de la informaci¨®n facilitada por el pol¨ªtico vasco I?aki Anasagasti, que aseguraba tener datos de un viaje de lujo como ese. La r¨¦plica de la Casa del Rey no tard¨®. No hay nada m¨¢s preocupante en estos momentos que la marca blanca se ensucie. El futuro de la Monarqu¨ªa est¨¢ en juego, y una de las claves es Letizia, la reci¨¦n llegada, quien ha protagonizado el cambio. Por eso todo est¨¢ preparado para celebrar sus 40 a?os, ocho de ellos ?como princesa.
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