La pesadilla
?ltimamente hago el firme prop¨®sito de no leer la prensa, pero la tentaci¨®n me vence. En alg¨²n art¨ªculo veo la frase ¡°la hija del pastor¡±, y paso de puntillas..., de pronto pienso en el t¨ªtulo de alguna pel¨ªcula, pero no... luego, en los duermevelas de mis ¨²ltimos meses, amanezco con alg¨²n sobresalto, me viene la imagen de la hija del pastor: Angela Dorothea.
La que conozco tiene cara de mu?eca... o no... o s¨ª, de esas que no tienen expresi¨®n. Creo que no podr¨ªa haber jugado con ella en mi infancia, algo de ella me inquieta.
Por otra parte, Dorotea, nuestra Dorotea, la cl¨¢sica, la de Lope de Vega que por amor puede llegar hasta la muerte, no. Esa tampoco.
Siento como un sudor fr¨ªo por la espalda, no entiendo c¨®mo esta mujer est¨¢ tan fuertemente unida a nuestras vidas.
Maneja todo, mueve los hilos de nuestro futuro y de nuestros hijos... ?qu¨¦ ser¨¢ de nosotros!, no s¨¦, cada vez me inquieta m¨¢s la hija del pastor; habr¨¢ o¨ªdo y le¨ªdo muchas veces la Biblia en su hogar... ?qu¨¦ le quedar¨¢n de esas ense?anzas? O quiz¨¢ su frialdad es por un cambio de ideales: ha conocido varias Alemanias, y me estremezco al pensar en una no muy lejana, ?se han hecho tantas pel¨ªculas sobre esa Alemania!
Definitivamente, no es una pel¨ªcula, ni una mu?eca... es una pesadilla.¡ª Rosa Manzano.
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