El banco malo

Imaginemos que decidimos invertir nuestros ahorros en un negocio que est¨¢ dando un rendimiento muy alto. Ahora, imaginemos que esos ahorros son en realidad los ahorros de mucha gente a la que hemos convencido para que nos dejen guardar su dinero y a los que, no s¨®lo vendemos el producto en el que hemos invertido ese dinero, sino que adem¨¢s les cobramos una elevada comisi¨®n por hacerlo. Y, ya por ¨²ltimo, imaginemos tambi¨¦n que ese producto se ha devaluado, perdemos gran parte de la inversi¨®n y ni siquiera podemos adelantar el dinero a quienes confiaron en nosotros para que se lo guard¨¢semos, porque necesitamos ese dinero, su dinero, para paliar esas p¨¦rdidas. Si fu¨¦ramos un particular, muy probablemente ir¨ªamos a la c¨¢rcel por estafa, apropiaci¨®n indebida y enriquecimiento il¨ªcito, ?verdad? Pero si eres un banco, lo que haces es pedir al gobierno que te d¨¦ dinero para reponerte de tus malas inversiones y que se haga cargo de ese stock de producto devaluado.

Y si eres un gobierno como este que tenemos en Espa?a, ni les procesar¨¢ ni les exigir¨¢ responsabilidades, sino que atender¨¢ todas sus demandas en lugar de proteger al resto de la ciudadan¨ªa, quienes no s¨®lo habr¨¢n sufrido las consecuencias de los errores de esos bancos, sino que encima ser¨¢ su propio dinero el que les ayude a recuperarse.¡ª Luis del Castillo Vergara.