Ir¨¢n se enfrenta a la realidad
La 16? cumbre del Movimiento de los Pa¨ªses No Alineados (NOAL) muestra su incapacidad para adoptar una posici¨®n com¨²n sobre el programa nuclear iran¨ª y sobre la violencia en Siria
?Quien no ha cre¨ªdo ver agua en la carretera en un caluroso d¨ªa de verano? ?O una imagen en 3-D cuando en realidad se trataba de un dibujo en una superficie plana? A veces nuestra ilusi¨®n ¨®ptica lleva a confundir lo que percibimos con la realidad.
Lo mismo sucede con la ilusi¨®n cognitiva o pol¨ªtica. Un determinado acontecimiento, en funci¨®n de la forma en que se desarrolle, nos puede llevar a formular interpretaciones err¨®neas de lo ocurrido.
A menudo estas percepciones vienen marcadas por asociaciones de ideas o vivencias previas. Pero, como analiz¨® Robert Jervis en su obra Perception and Misperception in International Politics, publicada durante la Guerra Fr¨ªa, la ilusi¨®n cognitiva que nos creamos, sea percepci¨®n o realidad, tiene una enorme influencia en el proceso de la toma de decisiones ¨Cy puede constituir incluso un factor fundamental de conflicto.
En cierta medida, esto es lo que ha sucedido con el an¨¢lisis de la reciente 16? cumbre del Movimiento de los Pa¨ªses No Alineados (NOAL).
El programa de proliferaci¨®n nuclear de Ir¨¢n es una realidad que no podr¨¢ ignorarse durante los pr¨®ximos tres a?os
La cumbre, celebrada en Teher¨¢n por primera vez a finales de agosto, se desarroll¨® en un contexto muy marcado por la ausencia de avances en las negociaciones con Ir¨¢n sobre su programa de proliferaci¨®n nuclear y la creciente presi¨®n por parte de Israel para que la comunidad internacional establezca un ¡°trigger¡± ¨C es decir, una l¨ªnea que la Rep¨²blica Isl¨¢mica no deba sobrepasar.
Adem¨¢s, las tensiones regionales contribuyeron a aportar mayor sensaci¨®n de importancia al NOAL, y a Ir¨¢n, que alberga la cumbre. En Oriente Medio, solo Ir¨¢n y Hezbollah apoyan al presidente de Siria Bashar al¡¯Assad, cuyo r¨¦gimen est¨¢ llevando al pa¨ªs a una situaci¨®n de guerra civil cada vez m¨¢s cerca del punto de no retorno.
El NOAL jug¨® un papel relevante durante la Guerra Fr¨ªa, con una visi¨®n marcada por la reciente independencia de muchos de sus pa¨ªses integrantes y una agenda en la que la soberan¨ªa nacional, la no injerencia, el reequilibrio de las relaciones entre el Norte y el Sur y los movimientos de liberaci¨®n nacional se convirtieron en prioridad.
Sin embargo, la realidad que en el pasado uni¨® al NOAL no es tal en el presente. Las estructuras de gobernanza bipolar de la Guerra Fr¨ªa? y unilateral del periodo posterior a la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn, contra las que intentaron ejercer de contrapeso, quedaron atr¨¢s para dar paso a un mundo multipolar, mucho m¨¢s complejo e interdependiente. Mientras hoy Estados Unidos y Europa luchan todav¨ªa por salir de una grave crisis econ¨®mica, pa¨ªses miembros del NOAL, como India, Chile o Singapur, crecen al 6,1%, 4,4% y 2,9% respectivamente, y forman parte de nuevas estructuras de gobernanza como el G-20.
As¨ª mismo, muchos de los problemas que afrontamos ¡ªya sea el cambio clim¨¢tico, la crisis econ¨®mica, el desarrollo, el terrorismo o la proliferaci¨®n nuclear¡ª reflejan una creciente interdependencia global cuya efectiva gesti¨®n nos obliga a repensar el concepto de soberan¨ªa.
Estos cambios no solo transforman las tradicionales estructuras y esquemas de poder, sino el leitmotiv del NOAL y la propia naturaleza de sus miembros. La globalizaci¨®n ha acentuado las disparidades cada vez m¨¢s perceptibles entre sus miembros ¡ªcomo puede ser el caso de Colombia y Afganist¨¢n, o Chile y Sud¨¢n. Y como resultado, transformar el n¨²mero en influencia es ahora un proceso mucho m¨¢s complejo.
A¨²n resulta dif¨ªcil estimar cu¨¢l ha sido el impacto de la cumbre y para qui¨¦n ha resultado beneficiosa. Efectivamente Ir¨¢n consider¨® la reuni¨®n como una oportunidad de propaganda, prometiendo una amplia cobertura medi¨¢tica en un momento en que estaba en el ojo de un hurac¨¢n diplom¨¢tico. Pero la incapacidad de los participantes de alcanzar una posici¨®n com¨²n sobre el programa nuclear de su anfitri¨®n o la violencia en Siria ¡ªdos de los asuntos fundamentales de la cumbre¡ª socav¨® los esfuerzos de Ir¨¢n para demostrar que, a pesar de enfrentarse a severas sanciones econ¨®micas y diplom¨¢ticas, sigue siendo un jugador internacional eficaz.
De hecho, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, critic¨® a Ir¨¢n por no garantizar al mundo que no est¨¢ buscando armas nucleares en un momento en el que la AIEA publicaba un nuevo informe sobre su controvertido programa.
Y en un discurso de gran calado, Mohamed Morsi, primer presidente de Egipto en visitar Ir¨¢n desde la revoluci¨®n iran¨ª en 1979, adopt¨® una posici¨®n de firme rechazo al r¨¦gimen de Siria, como tambi¨¦n lo har¨ªa en su posterior intervenci¨®n en la Liga ?rabe, e inst¨® a Ir¨¢n a sumarse junto a Egipto, Turqu¨ªa y Arabia Saud¨ª ¡ªlos tres pa¨ªses sun¨ªes¡ª para liderar el proceso de transici¨®n pol¨ªtica en Siria. Participaci¨®n a la que la oposici¨®n siria se opuso antes de que Ir¨¢n pudiera pronunciarse.
Estos hechos constituyen un golpe de realidad a las percepciones que Ir¨¢n buscaba transmitir con esta cumbre. En su lugar, el discurso de Morsi fue considerado el momento m¨¢s memorable de la cumbre. Pero el programa de proliferaci¨®n nuclear de Ir¨¢n es tambi¨¦n una realidad que no podr¨¢ ignorarse durante los pr¨®ximos tres a?os claves en los que Ir¨¢n ser¨¢ a la vez presidente del NOAL y ser¨¢ uno de los asuntos m¨¢s graves que se tratar¨¢ en la agenda internacional.
?Javier Solana, es senior fellow de Brookings Institution y presidente del Centro de Econom¨ªa y Geopol¨ªtica Global de ESADE.
? Project Syndicate, 2012
www.project-syndicate.org
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