Viaje al centro del terror blanco

Con la bandera de la Commonwealth, Ranulph Fiennes, explorador brit¨¢nico, se propone cruzar la Ant¨¢rtida, unos 3.800 kil¨®metros, durante el invierno en el hemisferio Sur. Es el ¨²ltimo gran viaje terrestre que queda por realizar. Roald Amundsen alcanz¨® el Polo Sur el 14 de diciembre de 1911, es decir, durante el verano austral; Fiennes pretende cruzar el continente, desde Novolazarevskaya hasta Mc Murdo, en el mar de Ross, pasando por supuesto por el Polo Sur, en el periodo invernal, entre el 21 de marzo y el 21 de septiembre. Es un viaje al centro del terror, en la m¨¢s completa oscuridad y con temperaturas m¨ªnimas que pueden aproximarse a los -90¡ã. En el invierno ant¨¢rtico, lejos de la costa, no hay v¨ªas posibles de rescate; Fiennes, de 68 a?os, y sus cinco acompa?antes estar¨¢n solos frente a las tinieblas y la desolaci¨®n, como en el relato de Poe sobre Arthur Gordon Pym. Parece una prueba de resistencia humana en las condiciones m¨¢s atroces.

Aunque Fiennes se guarde de proclamarlo, el viaje es una conmemoraci¨®n y un desagravio. La conquista del Polo Sur se resolvi¨® en 1911 mediante una despiadada competici¨®n. Gan¨® Amundsen, que lleg¨® al extremo sur del planteta el 14 de diciembre. Pero otra expedici¨®n se hab¨ªa puesto en marcha en 1911, 12 d¨ªas despu¨¦s de la del noruego, con el mismo objetivo. Estaba dirigida por el brit¨¢nico Robert Falcon Scott, y pretend¨ªa adem¨¢s realizar observaciones cient¨ªficas sobre el terreno. Scott transport¨® el equipaje en caballos; Amundsen demostr¨® la superioridad de los perros como medio de transporte en la nieve y el hielo.

Scott y sus expedicionarios llegaron al Polo Sur despu¨¦s de Amundsen, pero no consiguieron regresar. Los tres ¨²ltimos supervivientes, Bowers, Wilson y Scott murieron lentamente en una tienda, sin comida, extenuados, gangrenados por el fr¨ªo intenso y en la negra oscuridad. La ¨²ltima anotaci¨®n en el diario de Scott est¨¢ fechada el 29 de marzo de 1912: ¡°Estamos cada vez m¨¢s d¨¦biles y el final no puede estar lejos. Es una pena, pero creo que no puedo escribir m¨¢s... Por Dios, cuidad de nuestra gente¡±. Fiennes conoce bien esta triste historia y su viaje rinde honores a la tragedia de Scott.