La pelea de Hedi Slimane
Una serie de controvertidas revelaciones oscurece el estreno del afamado dise?ador en Saint Laurent
Era uno de los momentos m¨¢s esperados y excitantes de la moda reciente, pero una serie de revelaciones han oscurecido el estreno de Hedi Slimane en Saint Laurent. Cathy Horyn, cr¨ªtica de The New York Times, explicaba al d¨ªa siguiente en su blog que no hab¨ªa sido invitada al desfile por una absurda y antigua trifulca. Poco despu¨¦s, Slimane le respond¨ªa en t¨¦rminos muy poco elegantes. Imran Amed, editor de la web Business of Fashion y que tampoco fue invitado, se sum¨® a la controversia. Para rematar, las editoras de The Telegraph y The Times han protestado por el trato a la prensa. El resultado es que a las 24 horas del desfile, este ha quedado convertido en poco m¨¢s que el escenario de una desagradable pelea.
Cathy Horyn lleva una temporada agitada. El a?o pasado mantuvo una escaramuza con Lady Gaga y termin¨® la ¨²ltima semana de la moda Nueva York con un pintoresco desencuentro con Oscar de la Renta. Ella le calific¨® de hot-dog en su rese?a y ¨¦l le devolvi¨® el piropo llam¨¢ndole "hamburguesa rancia" en una carta abierta en WWD.
En su entrada de ayer, Horyn aseguraba que el veto de Slimane parte de una cr¨ªtica de 2004 en la que ella sugiri¨® que la silueta ajustada y los castings callejeros que populariz¨® en Dior ten¨ªan su origen en Raf Simons. La falta de invitaci¨®n a Saint Laurent no impidi¨® que Horyn analizara la colecci¨®n a trav¨¦s de las fotos y afirmara que era "ropa hecha por alguien que llevaba a?os desconectado de la moda" y que "no hab¨ªa nada que aprender de ella". Tambi¨¦n le reprochaba que la compa?¨ªa hubiera seguido una pol¨ªtica de control de la informaci¨®n excesiva y que Slimane se hubiera negado a responder preguntas tras el desfile. "Mientras tanto", escrib¨ªa Horyn, "sus rivales -Balenciaga, Dior, Lanvin, Givenchy, Celine- est¨¢n teniendo una magn¨ªfica temporada".
La reacci¨®n de Slimane fue tan r¨¢pida como discutible. En una carta difundida a trav¨¦s de su cuenta de Twitter, el dise?ador entr¨® en descalificaciones personales en un tono presuntamente ir¨®nico. El eje de la protesta de Slimane es que Horyn es una demasiado entusiasta seguidora de Raf Simons. "Acepto las cr¨ªticas, pero siempre que vengan de un cr¨ªtico y no de un publicista disfrazado". Su conclusi¨®n: "en lo que a m¨ª respecta nunca tendr¨¢ un asiento en Saint Laurent, pero a lo mejor obtiene un 2 por 1 en Dior. Deber¨ªa alegrarse". Con esta clase de afirmaciones, Slimane alimenta la idea de que entre ¨¦l y el dise?ador de Dior existe una abierta rivalidad.
En paralelo a esta controversia, Imran Amed hab¨ªa expuesto su caso, muy parecido, en la web que dirige. Amed afirma que no fue invitado al desfile por un art¨ªculo en el que Colin McDowell afirmaba que el trabajo de Slimane en Dior fue un ¨¦xito de cr¨ªtica, pero que "no siempre se tradujo en ventas". Lisa Armstrong, cr¨ªtica de The Daily Telegraph tambi¨¦n arremet¨ªa contra la falta de comunicaci¨®n de Slimane con la prensa. "Me encantar¨ªa ver su evoluci¨®n en la casa. Pero, a juzgar por su aparente miedo a cualquier cr¨ªtica objetiva, me temo que nunca volver¨¦ a ser admitida en sus desfiles". Armstrong, que se mostraba perpleja por haber tenido que ver el desfile de pie, afirmaba que no quer¨ªa "sonar vengativa" por el trato dispensado a la prensa.
Parte de todo este descontento se debe a que Slimane se neg¨® a conceder ninguna entrevista, no quiso mostrar su trabajo antes del desfile y coloc¨® de pie a muchos de los editores que habitualmente se sientan en las primeras filas. Decisiones que, obviamente, estos no aprueban. Lisa Craick ha publicado hoy una carta en The Times explic¨¢ndole por qu¨¦ tiene tan cabreados a algunos periodistas. Incluso WWD se hac¨ªa eco de este descontento en su cr¨®nica del desfile de Chanel. El diario elogiaba la profesionalidad de Karl Lagerfeld con obvias referencias a la actitud de Slimane: "Karl Lagerfeld tiene ideas tradicionales sobre c¨®mo trabajar. ?Mantener en secreto la tem¨¢tica? No. ?Una presentaci¨®n previa de la colecci¨®n? Sin problema. ?Una frase? Te dar¨¢ treinta. ?Mandar a los que habitualmente est¨¢n en la primera fila a la segunda o incluso no invitar a los que han escrito mal sobre ¨¦l? Para nada".
M¨¢s all¨¢ de la lucha de poder entre medios y dise?ador, resulta llamativo que Hedi Slimane aspire a semejante control sobre lo que se escribe de su retorno a la moda. Por otra parte, el dise?ador no parece estar reflexionando demasiado acerca de las consecuencias de sus actos. Vetando a periodistas reputados y lanzando diatribas personales en caliente contra ellos logra que su estreno pase a ser recordado por su penoso desencuentro con buena parte de la prensa.
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