Enooorme
Cristina Cifuentes lee mucho, pero si lee m¨¢s (por ejemplo, a los portugueses), hallar¨¢ materia suficiente como para no poner fuera de su sitio las palabras y las ideas
Los portugueses, de Camoens a Saramago, tienen todos un Borges dentro, de modo que cuando tocan una palabra le dan un brillo interior que asusta. Ahora el ministro de Finanzas portugu¨¦s, V¨ªtor Gaspar, acaba de encontrar el mejor adjetivo para calificar lo que va a pasar ahora all¨ª con la nueva subida de los impuestos. La subida va a ser ¡°enooorme¡±. Dijo ¡°enooorme¡±, quiz¨¢ porque en ese idioma (Saramago al menos hablaba as¨ª) esas vocales que Nabokov quer¨ªa tanto se pronuncian con la rotundidad prolongada a que obligan los redondeles.
Cuando Mario Monti asumi¨® el encargo de Bruselas de ponerse al frente del Gobierno italiano, su ministra de Empleo se sinti¨® tan conturbada por los anuncios catastr¨®ficos a los que se ve¨ªa obligada que llor¨® en p¨²blico. No dijo ¡°enooorme¡±, pero como si lo hubiera dicho.
Aqu¨ª tenemos m¨¢s dificultad para llorar o para hallar el adjetivo obvio. Juan Jos¨¦ Mill¨¢s invent¨® el adjetivo obvio: dec¨ªas un sustantivo, y ¨¦l encontraba en seguida el calificativo perfecto. Gaspar no tendr¨ªa, seguramente, la voluntad par¨®dica del narrador espa?ol, pero, como este, ¨¦l encontr¨® r¨¢pido, y lejos de la lengua de madera que suele ser habitual en el verbo pol¨ªtico, la palabra que mejor le iba a la magnitud de lo que estaba anunciando.
?Son los portugueses m¨¢s realistas que los espa?oles? Mariano Rajoy dijo recientemente en Abc que la realidad le est¨¢ marcando el Gobierno. Pero cuando explica de qu¨¦ va la realidad se va por los cerros de ?beda, que es donde habita el lenguaje, con permiso de Antonio Mu?oz Molina y de Joaqu¨ªn Sabina, que son de all¨ª. El otro d¨ªa, tras la foto con todos los presidentes auton¨®micos, Rajoy quiso hacer una per¨ªfrasis para ahuyentar la perentoriedad (o no) del rescate e hizo re¨ªr a los periodistas con una figura sint¨¢ctica que nos dej¨® a todos mirando para los celajes. ?Qu¨¦ quiso decir?
Ante un amante o ante un gobernante, lo peor es que no sepas qu¨¦ han dicho exactamente, pues de que sepas qu¨¦ han dicho depende tu felicidad futura o, directamente en el otro caso, el futuro de tu vida y la de tu pa¨ªs.
En estos d¨ªas, a la gobernadora de Madrid, Cristina Cifuentes, le est¨¢n buscando las cosquillas por eso que dijo de modular la libertad de los manifestantes. En mala hora dijo eso ella y en mala hora dijo su ministro, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, que los antidisturbios que se enfrentaron a los manifestantes del 25-S eran la mejor polic¨ªa del mundo mundial. La gobernadora se tuvo que tragar sus palabras (y el aceite de ricino se lo proporcionaron el ministro y el fiscal general del Estado), y el propio Fern¨¢ndez D¨ªaz tuvo que poner a otros polic¨ªas a rebuscar en las im¨¢genes de lo que hicieron sus colegas en los meandros de Atocha. Eso les pasa, a la gobernadora y al ministro, seguramente, por no tener ni los adjetivos ni los sustantivos en su justo sitio.
Cuando hubo el apag¨®n en el estadio del Rayo, por un sabotaje, Cristina Cifuentes dijo que en media hora se arreglar¨ªa aquel corte de fluido. Luego no fue un corte de fluido. Pero ella solo dispon¨ªa de ese adjetivo. Seguro que lee mucho, pero si lee m¨¢s (por ejemplo, a los portugueses), hallar¨¢ materia suficiente como para no poner fuera de su sitio las palabras y las ideas.
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