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La visi¨®n m¨¢s realista de un ge¨®grafo Belleza, investigaci¨®n y una visi¨®n futurista rodean al ge¨®grafo y explorador Alejandro de Humboldt (Berl¨ªn, 1769-1859) desde el momento en el que decidi¨® lanzarse a la aventura y mostrar al mundo los lugares m¨¢s rec¨®nditos de la tierra. Humboldt elige este busto de la cultura azteca para iniciar su libro por su belleza. La escultura sorprende al autor por tener esculpida ¡®una especie de toca que tiene alg¨²n parecido con el velo de las cabezas de Isis, de las Esfinges, de los Antinoos y de gran n¨²mero de estatuas egipcias¡¯. La frente de la sacerdotisa azteca est¨¢ adornada con una fila de perlas que jalonan una estrecha banda, que no aparece en ninguna estatua de Egipto. Lo que demuestra el ge¨®grafo es 'que exist¨ªa comunicaci¨®n entre la ciudad de Tenochtitlan, la antigua ciudad de M¨¦xico, y las costas de California, donde las perlas se pescaban en abundancia'. A?ade en su libro que "era normal era encontrar en las estatuas de distintos pa¨ªses borlas o cascabeles dispuestos con gran simetr¨ªa. La escultura es de un basalto muy duro y de un bello color negro en el que aparecen granos de peridoto. Escultura de Apis, que se encuentra en el Museo Capitolino El ge¨®grafo y naturalista alem¨¢n considera que a pesar de la majestuosidad de las cordilleras ¡°son los valles lo que m¨¢s excita la imaginaci¨®n del viajero europeo. El valle de esta l¨¢mina ¡°no es tan notable por sus dimensiones como por la extraordinaria forma de su roquedo, que parece esculpido por la mano del hombre. Sus cimas desnudas y ¨¢ridas ofrece un contraste pintoresco con los bosquetes y las plantas hern¨¢ceas que cubren los bordes de la grieta¡±. El torrente, puntualiza el autor, desciende de la cadena oriental de los Andes. El nombre es de un antiguo pueblo de indios muyscas. El arco natural del puente es de 14 metros y medio de largo y de casi 13 metros de ancho. Dibujos realizados por Alejandro de Humboldt y grabados por Bouquet, de Par¨ªs El relieve, seg¨²n el autor, ¡®uno de los restos m¨¢s curiosos de la escultura mexicana¡¯, fue encontrado hace pocos a?os cerca de la ciudad de Oaxaca. En el dibujo se distingue un grupo de tres figuras de formas esbeltas ya no es propio de la primera infancia del arte. Los ornamentos, entre los que se distinguen plumas, cintas y flores, se complementan con un tipo de nariz de anormal tama?o que se encuentran en las pinturas mexicanas que se conservan en Roma, en Velletri y Berl¨ªn. Este relieve representa a un guerrero despu¨¦s del combate engalanado con los despojos de sus enemigos. Y dos esclavos se sit¨²an a los pies del vencedor con las piernas cruzadas y desnudos. Adem¨¢s de sus prominentes narices destaca la forma puntiaguda de las cabezas. Los nativos de Am¨¦rica, seg¨²n puntualiza Humbolt, poseen el hueso frontal hundido hacia atr¨¢s y con muy poca frente. Origen del relieve desconocido, Humboldt encarg¨® en Roma el grabado a partir del dibujo que le hicieron llegar. Entre los pueblos de M¨¦xico, seg¨²n explica Humboldt, 'las figuras y los caracteres simb¨®licos no se dibujaban en hojas separadas'. No se formaron rollos en los manuscritos, los plegaban en zigzag, de una manera muy parecida a los abanicos, con dos tabletas pegadas a los extremos de tal manera que al desplegar las pinturas de tal manera que el conjunto ofrece un gran parecido con nuestros libros con las p¨¢ginas unidas, antes de separarlas. Esta pieza se encuentra conservada en la biblioteca del Vaticano Las cimas m¨¢s elevadas est¨¢n dispuestas en dos filas que forman una doble cresta de la cordillera. Estas cumbres 'colosales y cubiertas de hielos perpetuos sirvieron de referencia en las operaciones de los acad¨¦micos franceses cuando hicieron la medici¨®n del grado ecuatorial'. La llanura, puntualiza el autor, "est¨¢ cubierta de piedra p¨®mez, y forma parte de esta meseta que separa la cresta occidental de la cresta oriental de los Andes de Quito. Cuando se vive durante varios meses en esta llanura, dice Humboldt, ' se experimenta irresistiblemente una ilusi¨®n extraordinaria, se olvida de todo lo que le rodea'. Dibujo realizado por el ge¨®grafo alem¨¢n El ge¨®grafo relata que el dibujo se realiz¨® en junio de 1802 con una gran nevada, justo un d¨ªa despu¨¦s de la excursi¨®n que realizaron hacia la cima. 'Solamente los viajeros que hayan visto de cerca las cimas del Mont-Blanc y del Mont-Rose ser¨¢n capaces de apreciar el car¨¢cter imponente, tranquilo y majestuoso de estas vistas. La masa del Chimborazo es tan descomunal que la parte que abarca la vista cerca del l¨ªmite de las nieves perpetuas tiene 7.000 metros de ancho'. Dibujo realizado por el Alejandro de Humboldt El autor del libro dedicado un amplio cap¨ªtulo a analizar los distintos calendarios que exist¨ªan en el momento en el que descubre ¨¦ste de basalto porque para ¨¦l demuestra que para cuando los espa?oles llegaron a Am¨¦rica, los pueblos de M¨¦xico ya hab¨ªan logrado un cierto grado de civilizaci¨®n. Es una demostraci¨®n de que los toltecas y aztecas ten¨ªan diferentes visiones del tiempo, ya fuese para establecer el orden de los sacrificios o para realizar los c¨¢lculos de astrolog¨ªa. Es un hecho evidente que calendarios de estas caracter¨ªsticas no fueron realizados por gentes incultas del Nuevo Continente. Torquemada dej¨® en 'Monarqu¨ªa indiana' 'una valiosa recopilaci¨®n de los calendarios encontrados en diferentes localidades de M¨¦xico'. Los mexicanos conservaban anales que se remontaban a ocho siglos y medio antes de la llegada de Cort¨¦s al pa¨ªs de An¨¢huac. Relieve en piedra dura de la que Humboldt realiz¨® un dibujo. Para facilitar las comunicaciones entre las costas del mar del Sur y la provincia de Ja¨¦n de Bracamoros, situada al este de los Andes, el cartero de correos del Per¨² bajaba durante dos d¨ªas a nado, primero el r¨ªoGuancabamba o Chamaya y a continuaci¨®n el Amazonas.Las cartas las envuelve en un pa?uelo o en un hato llamado guayuco, que se colocaba en forma de turbante sobre la cabeza. Adem¨¢s en el turbante se colocaba un machete, no tanto para defenderse como para abrirse paso en los bosques. Este hombre era conocido como el correo que nada. Para no fatigarse demasiado se agarraba a un tronco de madera muy ligero. El dibujo se realiz¨® en el momento en el que el hombre se laza al agua en el pueblo de Chamaya. El peque?o r¨ªo Chambo separa el pueblo Guanando del de Penip¨¦ y es famoso por la crianza de la cochinilla, que practican los ind¨ªgenas desde tiempos remotos. Al recorrer la regi¨®n los expedicionarios se acercan hasta la cara occidental del volc¨¢n de Tunguragua, cuyas tierras fueron sacudidas por el temblor de 1797 que,en unos pocos minutos, hizo perecer entre 30.000 y 40.000 habitantes. Este tipo de puentes de cuerdas, utilizadas por los pueblos de Am¨¦rica meridional mucho antes de la llegada de los europeos, recuerdan, dice el ge¨®grafo, a los puentes de cadenas de But¨¢n y el interior de ?frica. Dibujo realizado por Alejandro de Humboldt Los indios de la provincia de Valladolid,antiguo reino de Michoac¨¢n, son los m¨¢s industriales de la Nueva Espa?a.Poseen un especial talento para realizar figuritas en la madera, visti¨¦ndose con la ropa hecha con la pulpa de una planta acu¨¢tica. La pulpa es muy porosa y permite absorber los colores m¨¢s brillantes y tallada en espiral permite conseguir piezas de gran tama?o. Dibujos realizados por el autor del libro 'Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos ind¨ªgenas de Am¨¦rica' Esta monta?a gran¨ªtica es muy dif¨ªcil de escalar porque su ladera est¨¢ cubierta de un apretado c¨¦sped. Desde la costa de Paria hasta la Sierra Nevada de Santa Marta, seg¨²n Humboldt, 'no hay otra cima cuya altura supere la silla de Caracas, conocida tambi¨¦n por Monta?a de ?vila. Las dos cimas llevan el nombre de Silla y sirven de referencia para reconocer el puerto de Guayra. Humboldt dibuj¨® la monta?a desde la plantaci¨®n de caf¨¦ de Andr¨¦s Ibarra.
Sobre la firma Ver biograf¨ªa Coordina la secci¨®n de Cultura de Madrid y escribe en EL PA?S desde 1985. Cree que es dif¨ªcil encontrar una ciudad m¨¢s bonita que San Sebasti¨¢n.