S¨¢hara Occidental: dos propuestas de soluci¨®n
La negociaci¨®n debe situar el centro de gravedad en un refer¨¦ndum del pueblo saharaui
El enviado personal del secretario general para el S¨¢hara Occidental, Christopher Ross, pasar¨¢ probablemente por Madrid este 27 de octubre en su recorrido por la regi¨®n, cuyo prop¨®sito es, seg¨²n el anuncio de la ONU, ¡°intercambiar puntos de vista con actores clave sobre la manera de acelerar el proceso hacia el logro de su objetivo central identificado por sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad, es decir, una soluci¨®n pol¨ªtica mutuamente aceptable que permita la autodeterminaci¨®n del pueblo del S¨¢hara Occidental¡±.
Ross deber¨ªa haber hecho este viaje en mayo pasado, si no fuera por la curiosa y sorprendente decisi¨®n marroqu¨ª de poner fin a la cooperaci¨®n con ¨¦l. Ross regresa al terreno con la misi¨®n de ¡°acelerar el proceso hacia su objetivo ¨²ltimo¡±. Ello requerir¨¢ reexaminar, de un lado, las causas que condujeron al impasse actual y, de otro, la consistencia de las diferentes propuestas de soluci¨®n que existen actualmente sobre la mesa del Consejo de Seguridad.
El proceso actual que dirige en nombre de la ONU no parte en realidad del a?o 2007, en Manhasset, sino en 1979. En ese a?o, la Resoluci¨®n 3437 (1979) de la Asamblea General insta a Marruecos a ¡°poner fin a su ocupaci¨®n militar del S¨¢hara Occidental y a negociar con el Frente Polisario, en calidad de leg¨ªtimo representante del pueblo saharaui, los t¨¦rminos de un alto el fuego y las modalidades de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n¡±.
La OUA intent¨® ir por esta v¨ªa y, al chocar en 1983 con la negativa marroqu¨ª, toma la decisi¨®n de admitir a la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) como miembro de pleno derecho. Marruecos, enfadado, se retir¨® de la Organizaci¨®n y el enfado le dura hasta hoy. En 1991, la persistencia de la ONU y de la OUA y el resultado de 16 a?os de guerra lograron convencer a Marruecos a aceptar la organizaci¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en el que el pueblo saharaui pueda elegir entre la integraci¨®n con Marruecos o la independencia.
La Minurso desembarca en el territorio para organizar el refer¨¦ndum en febrero de 1992.
El resto es sabido. Rabat llega a finales de 1998 a la conclusi¨®n de que el refer¨¦ndum conduce inevitablemente a la independencia del S¨¢hara Occidental y toma la decisi¨®n de escamotearlo.
Tras rechazar el Plan Baker, Rabat comunica en abril de 2004 al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que se opondr¨¢ a todo plan de paz que incluya la opci¨®n de la independencia del S¨¢hara Occidental con el argumento de que la independencia ¡°pone en entredicho la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre el S¨¢hara Occidental¡±. Kofi Annan responde en su informe de octubre de 2004 que la ¡°opci¨®n de la independencia ya hab¨ªa sido aceptada por Marruecos en el Plan de arreglo¡±. Hace apenas dos semanas, el informe del Departamento de Estado americano al Congreso subrayaba que ¡°Marruecos reivindica la soberan¨ªa sobre el S¨¢hara Occidental, posici¨®n que no es aceptada por la comunidad internacional¡±. El informe va m¨¢s all¨¢ cuando subraya que ¡°Marruecos no es considerado por la ONU la potencia administradora de iure del territorio¡±. En realidad lo es Espa?a, aunque siga evadiendo esta verdad.
En junio de 2007, animado por algunos sectores de la Administraci¨®n de Bush, el mismo Chirac, Zapatero y, m¨¢s tarde, Sarkozy, Marruecos presenta al secretario general su famosa propuesta de ¡°autonom¨ªa¡±, que es inmediatamente contrarrestada por la propuesta del Frente Polisario. El Consejo de Seguridad toma nota de las dos sin calificar a ninguna de ellas de ¡°seria o cre¨ªble¡± como lo quiere hacer ver Marruecos. No hay m¨¢s que leer el texto de la Resoluci¨®n 1754 (2007). Sobre la base de estos desarrollos, iniciamos el proceso de Manhasset, en junio de 2007.
La ¡°tercera v¨ªa¡± que propuso Rabat es en realidad una soluci¨®n unilateral destinada a legitimar un ¡°bot¨ªn de guerra¡±. Su pecado capital radica en la presunci¨®n irrealista de que la comunidad internacional y el Frente Polisario aceptar¨ªan de entrada su premisa esencial, es decir, la soberan¨ªa marroqu¨ª proclamada unilateralmente sobre el S¨¢hara Occidental.
Para Rabat, la autodeterminaci¨®n es algo secundario, superfluo, y su funci¨®n es ¡°confirmar un acuerdo¡± que ha de versar ¨²nicamente sobre la incorporaci¨®n del territorio a Marruecos, y esta debe ser la ¨²nica finalidad de la negociaci¨®n.
Marruecos continua lejos de la realidad, del sentido com¨²n y de la legalidad internacional
La propuesta saharaui difiere de la marroqu¨ª en la medida en que deja abierta la posibilidad a todas las opciones reconocidas por la ONU para un problema de descolonizaci¨®n y, por consiguiente, a todas las soluciones, incluidas la independencia y la autonom¨ªa o la integraci¨®n, que es el mismo perro con distinto collar.
Consecuentemente, la negociaci¨®n, a los ojos del Frente Polisario, debe situar el centro de gravedad en la consulta al pueblo saharaui y su finalidad estriba en remover los obst¨¢culos en el camino del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.
Esta visi¨®n ha sido revalidada por el secretario general de la ONU en su informe de abril de 2011, al enfatizar que ¡°conocer la opini¨®n del pueblo saharaui es el elemento central en la b¨²squeda de toda soluci¨®n justa y duradera¡±.
El punto novedoso que incorpora la propuesta del Frente Polisario es la invitaci¨®n a Marruecos de ampliar el horizonte de miras y aprovechar el proceso para visualizar los t¨¦rminos rec¨ªprocamente ventajosos en los dos supuestos ¡ªindependencia o autonom¨ªa¡ª que entrar¨ªan en vigor al d¨ªa siguiente de los resultados del refer¨¦ndum. Marruecos contin¨²a dando la espalda a esta invitaci¨®n.
Han pasado cinco a?os desde el inicio del proceso de Manhasset y forzoso es constatar que no lleva a ninguna parte por la sencilla raz¨®n de que la propuesta marroqu¨ª, tal y como est¨¢ articulada, mina los fundamentos y raz¨®n de ser de un proceso de autodeterminaci¨®n relativo a un conflicto de descolonizaci¨®n. Mientas tanto, Marruecos quiere aparecer como voluntario para ¡°caer en medio de fuegos¡± lejanos en el Sahel, Oriente Pr¨®ximo. La estrategia evasiva es evidente. Algunos pueden estar empujando al joven rey hacia esas latitudes a cambio de ¡°promesas¡±. Sea como fuere, animado por algunos, dentro o fuera, Marruecos continua orbitando lejos de la realidad, del sentido com¨²n y de la legalidad internacional. A la larga, no le hacen ning¨²n bien a Marruecos ni a la regi¨®n. Esa ¨®rbita y su corolario en materias de violaci¨®n de derechos humanos ¡ª¡°motivo de serias preocupaciones¡± hasta para el Departamento de Estado¡ª y de expolio de riquezas de un pueblo indefenso, no puede sino agravar la tensi¨®n, alejar m¨¢s y m¨¢s a los saharauis y marroqu¨ªes y complicar la misi¨®n de Ross.
Bujari Ahmed es representante ante la ONU del Frente Polisario.
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