Sopa senegalesa
Ahora que el funeral es una discreta reuni¨®n chic, es l¨®gico que Carlota Casiraghi, que ha visto tantos y tan lujosos, prefiera dejarnos su estela en Madrid y regresar rauda a capitales menos afligidas
Hubo una ¨¦poca en la prensa rosa en la que en medio de un debate sobre una boda real o un pleito entre celebridades sobreven¨ªa un silencio porque se hab¨ªa producido un atentado de ETA. Las reinas de las ma?anas cat¨®dicas ten¨ªan que contener a sus tertulianos y sus propios gestos para dar paso a las se?oras de los informativos serios. Tras unos minutos de periodismo trascendente, la c¨¢mara volv¨ªa a la mesa camilla y el corro retomaba la ch¨¢chara acorazonada.
Felizmente, ETA ya no opera, el coraz¨®n rosa contin¨²a latiendo y Carlota Casiraghi, la heredera del glamour de Grace Kelly y la fortuna de su madre, Carolina de M¨®naco, visita Madrid rasante, a lo Angela Merkel, con mejor vestuario, pero sin poder evitar ese rostro de perplejidad ante el pa¨ªs en que nos vamos convirtiendo. Por un lado, media sociedad madrile?a se re¨²ne en el Museo Thyssen para celebrar la exposici¨®n de Cartier mientras desde las noticias solo sabemos de huelgas, recortes y desahucios. La Cruz Roja, por la cual M¨®naco celebra su inmortal Baile de la Rosa, se declara incapaz de asistirnos.
La visita de Carlota aport¨® ilusi¨®n y brillo, pero duro poco. M¨¢s bella que nadie, parece haber heredado la p¨®cima secreta de su madre y la manera de deslizarse de Grace Kelly en Atrapa a un ladr¨®n. No comparti¨® mesa con la baronesa Thyssen y la infanta Pilar, como se ha publicado, porque las se?oras, buenas anfitrionas, prefirieron sentarla con gente m¨¢s contempor¨¢nea, como Amaia Salamanca y Eugenia Silva, entre otros. El primer plato fue toda una revelaci¨®n: sopa senegalesa, que tiene pollo muy triturado, curry muy disimulado y apio. T¨ªpico plato de origen pobre que deslumbra a los ricos. ¡°?Pero hab¨ªa aut¨¦nticos millonarios? ?De los que compran?¡±, preguntaban amigos al d¨ªa siguiente. ?Qu¨¦ hace un millonario en el oto?o del rescate? Si existen, seguro que est¨¢n m¨¢s cerca de Luxemburgo que de Madrid, recuper¨¢ndose de la boda real discreta, pero con la primera l¨ªnea de la realeza europea, con aire de estar m¨¢s en una sucursal bancaria para visitar sus cuentas que para saludarse. En el amplio vest¨ªbulo del Thyssen, Cartier cre¨® una atm¨®sfera oscura y brillante, de caja fuerte, emulando los ojos de sus joyas en forma de pantera y donde muchos comentaban el descalabro socialista. ¡°Rubalcaba tiene que o¨ªr el mensaje¡±, se escuchaba entre zafiros y esmeraldas. ¡°El de Rubalcaba es un collar de piedras en el ri?¨®n¡±, insist¨ªan. Alguien record¨® que la casa joyera engarz¨® su fama con las piedras preciosas tra¨ªdas de India, para que los maharaj¨¢s pudieran lucirlas con glamour occidental. ¡°Brillante coincidencia con la visita del Rey a India para promocionar la marca Espa?a¡±, dec¨ªan en otra mesa. ¡°Antes extra¨ªamos joyas de India, ahora necesitamos oro¡±. Entre frases, flotaba el aroma de la sopa senegalesa con profiteroles de foie. ¡°Parece mentira que a¨²n podamos vivir estas fiestas¡±, susurraba como mantra alg¨²n invitado.
En la TVE de este Gobierno decidieron recortar el discurso de esa "nueva fuerza", Bildu, y alargar todo lo posible el del perdedor candidato del PP
Ahora que el funeral es una discreta reuni¨®n chic (esta semana se han celebrado dos en Madrid, con aglomeraci¨®n de deudos), es l¨®gico que Carlota, que ha visto tantos y tan lujosos, prefiera dejarnos su estela y regresar rauda a capitales menos afligidas por falta de capital. No dio tiempo a explicarle el empe?o de Dolores de Cospedal para no pronunciar la palabra tab¨² en su alocuci¨®n para celebrar las elecciones gallegas y disimular el fracaso en el Pa¨ªs Vasco. Cospedal sintetiz¨® Bildu como ¡°una nueva fuerza¡± y estuvo a punto de decir ¡°extra?a¡±, pero un leve sentido com¨²n la fren¨®. En la TVE de este Gobierno decidieron recortar el discurso de la portavoz de esa fuerza extra?a y alargar todo lo posible el del perdedor candidato del PP. Despu¨¦s ofrecieron sus disculpas con ese mismo saber estar que les permite sentir fuerzas extra?as y no nombrarlas. Ahora habr¨¢ que Wert la reacci¨®n ante el No de Javier Mar¨ªas.
No pudo Carlota experimentar la extra?a fuerza con que Isabel Pantoja enfrent¨® la declaraci¨®n en el juicio por el caso Malaya. Joya de hemerotecas, la declaraci¨®n fue el triunfo de la sobreactuaci¨®n, maestr¨ªa en el manejo de las pausas. ¡°En esa casa (en referencia a La Pera, que presuntamente adquiriera con ayuda de Juli¨¢n Mu?oz) lo he puesto¡ todo¡ en ella¡±, confesar¨ªa Isabel, lagrimosa y muy apantojada. La diva acorralada por la ley y el amor equivocado recordaba a Lana Turner en el juicio por el homicidio de su amante, el bien dotado g¨¢nster Joe Stompanato. Una noche de Viernes Santo, el mal hombre golpeaba brutalmente a Lana cuando su hija, Cheryl, entr¨® en la habitaci¨®n y le clav¨® mortalmente un cuchillo de similares dimensiones a las de su miembro viril. Lana, melodram¨¢ticamente, testific¨® en defensa de su hija, vini¨¦ndose arriba en cada sollozo. El momento la coron¨®, recibiendo las mejores cr¨ªticas de su carrera. Lo mismo podr¨ªa sucederle a Pantoja. Convertir este juicio no ya en la antesala de lo que suceder¨¢ con los joyones de N¨®os, sino en un moderno melodrama espa?ol para Bollywood. El Rey y la fuerza empresarial que le acompa?a ya saben que en India enloquecen con los t¨®picos de nuestro pa¨ªs y los emplean de decorado en sus pel¨ªculas. ?Que se inspiren en nuestras vicisitudes para un gran musical! Con un premio Goya para Isabel y un titulo sabroso: Sopa senegalesa a la Pantoja.
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