El ejemplo de Holanda
El consenso entre liberales y socialdem¨®cratas se logra desde una actitud abierta hacia Europa
Holanda est¨¢ de regreso al centro de la construcci¨®n europea, del que nunca se ten¨ªa que haber alejado. La constituci¨®n de un Gobierno de coalici¨®n entre liberales y socialdem¨®cratas ha dejado condenada a la marginalidad la opci¨®n del populismo xen¨®fobo y antieuropeo del PVV de Geert Wilders, que hundi¨® al anterior Ejecutivo en el que particip¨®.
El lema de ¡°construir puentes¡± preside esta coalici¨®n en cuyo Gobierno ha decidido no entrar el l¨ªder de los socialdem¨®cratas, Diederik Samsom, el gran descubrimiento de la pol¨ªtica holandesa, que prefiere dejar el puesto de viceprimer ministro al alcalde de ?msterdam, Lodewijk Asscher. Pero Samsom y el liberal Mark Rutte, que repite al frente del Gobierno, han sido capaces de superar sus diferencias y ceder para generar un programa de consenso. La prueba de fuego se ver¨¢ en la pr¨¢ctica en los pr¨®ximos meses y a?os, aunque entre ambos partidos disponen de una c¨®moda mayor¨ªa en el Parlamento.
Para Europa es una buena noticia. La salida de Jan Kees de Jager, el ministro democristiano de Finanzas que se ali¨® con Berl¨ªn contra toda mutualizaci¨®n de la deuda de los Estados de la eurozona, deja paso a un apoyo expl¨ªcito a la uni¨®n bancaria para que sea la realidad ¡°lo antes posible¡±. Y si Rutte se hab¨ªa comprometido a no dar un euro m¨¢s para el rescate de Grecia, puede estar m¨¢s abierto a flexibilizar las condiciones impuestas a Atenas.
No es un programa blando, sino una terapia de choque, con unos recortes de 16.000 de euros para llegar al sacrosanto 3% de d¨¦ficit el a?o pr¨®ximo. Las rentas altas pagar¨¢n m¨¢s por sus viviendas y las prestaciones sanitarias. Adem¨¢s, de un modo general, la prestaci¨®n por desempleo se limitar¨¢ a un 70% del sueldo el primer a?o y se rebajar¨¢ al salario m¨ªnimo el segundo. El impacto de Wilders ha sido desgraciadamente real en la vuelta de tuerca a la inmigraci¨®n: nadie que no sepa holand¨¦s podr¨¢ optar al subsidio social b¨¢sico.
Pero lo que resulta m¨¢s original de este programa es la imposici¨®n de un c¨®digo deontol¨®gico al mundo financiero que est¨¢ en el origen de la crisis. No se podr¨¢n vender productos opacos a clientes poco duchos y se limitar¨¢n las bonificaciones a los directivos a un 20% del salario. Aunque nada impide que se suban estos ¨²ltimos, es un ejemplo a seguir a escala de toda Europa.
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