Lo que esconde el divorcio en Balenciaga
La casa ha terminado su relaci¨®n con Nicolas Ghesqui¨¨re, director creativo desde 1997 ?D¨®nde ir¨¢ el dise?ador m¨¢s copiado? ?Qui¨¦n le sustituir¨¢? Empiezan las apuestas
Imaginen que Mourinho anuncia ma?ana que deja el Real Madrid con efecto inmediato. Es la clase de sobresalto que para la industria de la moda supuso saber el lunes que Nicolas Ghesqui¨¨re y Balenciaga romp¨ªan su relaci¨®n tras 15 a?os. Con esta sacudida inesperada, Balenciaga a?ade intensidad al movimiento s¨ªsmico que ha agitado las grandes casas de moda ¨CDior, Saint Laurent, Balmain¡¨C en el ¨²ltimo a?o. El dise?ador franc¨¦s, de 41 a?os, y la marca que fund¨® Crist¨®bal Balenciaga en 1919 aseguran que se trata de una ¡°decisi¨®n compartida¡±. Pero la ruptura, oficial el pr¨®ximo 30 de noviembre, parece m¨¢s bien poco amigable: en el comunicado que la anuncia no hay declaraci¨®n alguna del director creativo desde hace 15 a?os.
Hace poco m¨¢s de un mes, Ghesqui¨¨re present¨® una de las mejores colecciones para primavera/verano 2013 de la Semana de la Moda de Par¨ªs. En septiembre lanz¨® un perfume junto a la actriz del momento, Kristen Stewart. Pero bajo esa superficie de ¨¦xito lat¨ªa el descontento. Ghesqui¨¨re ya estuvo a punto de dejar la compa?¨ªa en 2003 por desacuerdos con la gesti¨®n de Tom Ford y Domenico De Sole. La salida de estos del grupo Pinault Printemps Redoute (PPR) y la llegada de Robert Polet recondujo la situaci¨®n. Pero volvi¨® a emborronarse el a?o pasado cuando Polet dej¨® la direcci¨®n de la divisi¨®n de lujo del conglomerado en manos de Fran?ois-Henri Pi?nault, hijo del fundador. Al parecer, Ghesqui¨¨re no se entiende con Isabelle Guichot, consejera delegada de Balenciaga desde 2007.
El cheque en blanco a Hedi Slimane ha encendido los ¨¢nimos
El dise?ador franc¨¦s, que gozaba de aparente libertad creativa, estaba frustrado por la falta de recursos que el grupo destinaba a la marca. Carencia especialmente llamativa al tratarse de una prestigiosa firma de lujo. Aunque de puertas afuera todo era esplendor, en el interior la realidad era diferente. El cheque en blanco ¨Cecon¨®mico y creativo¨C que Fran?ois-Henri Pinault le ha entregado este a?o a Hedi Slimane para rehacer Saint Laurent (otra de las marcas del grupo) ha encendido los ¨¢nimos de Ghesqui¨¨re. La compa?¨ªa, por su parte, reclamaba de Balenciaga vol¨²menes de negocio m¨¢s cercanos a los de otras firmas del grupo, como Gucci o Bottega Veneta. Balenciaga, con 62 tiendas propias, ha multiplicado por 11 su tama?o desde 2001, pero no ha alcanzado el potencial que PPR ?anhelaba. Aunque los hallazgos de Ghesqui¨¨re eran sistem¨¢ticamente copiados, ¨¦l se ha mantenido como uno de los pocos dise?adores que no transige con las enormes demandas comerciales y de comunicaci¨®n que la industria demanda hoy. Los aforos de sus desfiles eran reducidos, y sus entrevistas y apariciones, contadas.
Establecidos los motivos del divorcio, la atenci¨®n se centra ahora en dos interrogantes: qui¨¦n le ?reemplazar¨¢ en Balenciaga y d¨®nde ir¨¢ Ghesqui¨¨re. Los nombres que suenan para sustituirlo son, como siempre, un juego de hip¨®tesis. Pero la coincidencia en el perfil de los principales candidatos podr¨ªa dar una pista de lo que la casa est¨¢ buscando. Christopher Kane, Joseph Altuzarra y Alexander Wang aparecen en todas las quinielas. Se trata de dise?adores j¨®venes (30 a?os el primero y 28 los otros dos) que gozan del favor de una nueva generaci¨®n de consumidores. ¡°Anunciaremos el nombramiento cuando estemos listos. Mi intenci¨®n es que sea lo antes posible¡±, ha asegurado Guichot en el diario WWD. ¡°Tenemos una lista corta de candidatos. Esta clase de relevos es parte de la vida de una casa de moda¡±.
Curiosamente, hasta la llegada de Slimane a Saint Laurent este a?o, en las marcas de PPR la mayor parte de estos relevos se ha solucionado con promociones internas. As¨ª sucedi¨® en YSL con Stefano Pilati, en Gucci con Frida Giannini y en Alexander McQueen con Sarah Burton. De ah¨ª que algunos apunten que la casa podr¨ªa sorprender con el nombramiento de Natacha Ramsay, hasta ahora ayudante de Ghesqui¨¨re.
Christopher Kane, Altuzarra y Alexander Wang aparecen en las quinielas para sustituirle
Cuando ¨¦l lleg¨® al cargo en 1997 era un asistente de 26 a?os, que sucedi¨® a Josephus Thimister. La intenci¨®n inicial de los propietarios de Balenciaga ¨Centonces, el grupo Jacques Bogart¨C al reflotar la divisi¨®n de moda era bastante modesta. Pero el talento de su dise?ador cogi¨® por sorpresa a casi todos y volvi¨® a colocar en el mapa al nombre m¨¢s insigne de la era dorada de la alta costura. Un nombre que hab¨ªa ca¨ªdo en letargo con el cierre del taller de Crist¨®bal en 1968. Convertido en uno de los creadores m¨¢s influyentes y admirados de Par¨ªs, Ghesqui¨¨re ha recibido en los ¨²ltimos a?os m¨²ltiples ofertas para abandonar Balenciaga. Una de ellas, de hecho, termin¨® en la compra de toda la compa?¨ªa. En 2000, el franc¨¦s rechaz¨® establecerse por su cuenta con Gucci y el grupo opt¨® por comprar Balenciaga para quedarse con ¨¦l. Ghesqui¨¨re adquiri¨® entonces un 9% de la firma y nadie ha aclarado todav¨ªa qu¨¦ va a pasar con ese porcentaje.
Dos de las voces m¨¢s respetadas en la moda, Cathy Horyn y Suzy Menkes, han sugerido que Bernard Arnault podr¨ªa ser el tercero en discordia en este divorcio al haber propuesto a Ghesqui¨¨re crear su propia etiqueta bajo el paraguas del grupo LVMH. El jueves, el siempre locuaz Karl Lagerfeld expres¨® su deseo de que este fuera el caso, dado que LVMH posee ¡°muchas marcas antiguas¡± y pocas de nuevo cu?o. Si este extremo se confirmara finalmente, estar¨ªamos ante un nuevo cap¨ªtulo en la ya antigua rivalidad que Arnault mantiene con los Pinault. Una suerte de respuesta de LVMH al golpe de efecto que para PPR supuso contratar a Hedi Slimane, dise?ador que abandon¨® el grupo de Arnault en 2007.
En todo caso, nunca hay una sola explicaci¨®n para esta clase de terremotos. ¡°Era el momento de Ghesqui¨¨re para marcharse¡±, sostiene el zapatero Pierre Hardy en WWD. ¡°La colecci¨®n era un ¨¦xito comercial y cr¨ªtico. Est¨¢ en el c¨¦nit. Probablemente, se sent¨ªa en una jaula. Y era demasiado peque?a para ¨¦l¡±.
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