Malentendidos del saldo fiscal catal¨¢n
La secesi¨®n de Catalu?a no es razonable cuando el Gobierno central est¨¢ contribuyendo con unos 4.000 millones anuales a paliar los efectos de la crisis sobre la econom¨ªa catalana, equivalentes al 2,1% de su PIB
Seg¨²n la Generalitat, en 2009 el Estado obtuvo de Catalu?a un saldo fiscal de 16.410 millones de euros, un 8,4% del PIB catal¨¢n. Esta cifra ha quedado fijada en la retina del ciudadano. Hoy el argumento clave de quienes abogan por la independencia no tiene nombre; tiene un n¨²mero: 16.000 millones.
Dada la trascendencia de las elecciones del pr¨®ximo 25 de noviembre, es importante que la ciudadan¨ªa entienda bien c¨®mo se ha calculado y qu¨¦ mide esta cifra. El concepto de saldo fiscal es muy resbaladizo cuando trata de identificar la incidencia territorial de la acci¨®n econ¨®mica del Estado. No estamos ante un concepto n¨ªtido y estad¨ªsticamente acreditado como puede ser, por ejemplo, el volumen de deuda p¨²blica publicado por el Banco de Espa?a, sino ante un c¨¢lculo materialmente complejo, basado en supuestos m¨²ltiples y en el que peque?as variaciones de estos supuestos llevan a resultados dispares. De entrada hay dos problemas alrededor de la cifra de 16.410 millones que los electores deber¨ªan conocer para aquilatar debidamente el significado de la misma.
El primero es que la cifra no refleja el saldo real de 2009. Si de esta cuesti¨®n va a hacerse uso pol¨ªtico, los ciudadanos tienen derecho a saber de forma clara y directa cu¨¢nto dinero el Estado obtuvo de y aport¨® a Catalu?a a lo largo del a?o en cuesti¨®n. Las cifras, de acuerdo con la misma metodolog¨ªa y con los datos suministrados por la Generalitat, son las siguientes: En 2009 el Estado obtuvo en Catalu?a ingresos por valor de 46.195 millones y aport¨® recursos en forma de gasto p¨²blico por valor de 45.403 millones. Es decir, el saldo fiscal real obtenido por el Estado no fue 16.410 sino de 792 millones; no fue un 8,4% del PIB, sino un 0,4% del PIB.
El segundo problema es que la cifra es incorrecta. Est¨¢ basada en una imputaci¨®n territorial de los ingresos y gastos del Estado seg¨²n la metodolog¨ªa del flujo monetario (es decir, seg¨²n el lugar donde se obtiene la recaudaci¨®n fiscal y donde se realizan los pagos asociados al servicio p¨²blico), cuando la metodolog¨ªa econ¨®micamente correcta es el del flujo beneficio (seg¨²n la residencia de qui¨¦n finalmente soporta el impuesto y del beneficiario del servicio p¨²blico). Esto puede parecer un detalle t¨¦cnico sin importancia, pero tiene un efecto muy significativo sobre los resultados del ejercicio.
Utilizando la metodolog¨ªa correcta, las cifras (siempre con datos de la propia Generalitat) son las siguientes: en 2009 los ingresos del Estado en Catalu?a fueron 45.184 millones y la aportaci¨®n en forma de gasto p¨²blico de 49.199 millones. Por tanto, el saldo fiscal real fue -4.015 millones; un saldo no s¨®lo menor, sino de signo negativo; un saldo a favor de Catalu?a. En 2009 el Estado gast¨® en Catalu?a m¨¢s de lo que recibi¨® en impuestos. Catalu?a se benefici¨® de la actuaci¨®n fiscal del Estado por un importe equivalente al 2,1% del PIB. El informe de la Generalitat proporciona los datos de base para este c¨¢lculo, pero no explicita el saldo favorable a Catalu?a que del mismo resulta.
La aportaci¨®n neta del Estado crecer¨¢ en a?os sucesivos por la subida del paro y la ca¨ªda de ingresos
Hasta aqu¨ª los datos puros y duros que el ciudadano tiene derecho a conocer. A partir de aqu¨ª, lo que nos gusta a los economistas: el an¨¢lisis y la interpretaci¨®n. En definitiva, el ajuste de los datos. A este segundo estadio es al que pertenece la cifra de 16.410 millones propagada por la Generalitat. Ser¨¦ el ¨²ltimo en decir que para sacar todo el jugo a la informaci¨®n estad¨ªstica, ¨¦sta no deba ser anal¨ªticamente ajustada, pero el primero en exigir que, si lo hacemos, expliquemos claramente el alcance del ajuste y no nos quedemos con un relato parcial del resultado del mismo. En lo que sigue, me limito, por ser la correcta, a la metodolog¨ªa del flujo beneficio y sigo utilizando (es importante reiterar este extremo) los datos suministrados por la Generalitat.
Los saldos fiscales territoriales, como la gran mayor¨ªa de conceptos macroecon¨®micos, vienen afectados por el momento c¨ªclico en que la econom¨ªa se encuentra. Dada la variabilidad temporal que esto implica, los economistas han cre¨ªdo oportuno descomponer el saldo fiscal real en dos partes: una estructural, que aspira a identificar el saldo fiscal permanente a lo largo del tiempo, y otra coyuntural, cuyo objetivo es medir el efecto del ciclo econ¨®mico sobre este saldo. En el caso que nos ocupa, el saldo real de -4.015 millones se descompone en un saldo estructural de 11.261 millones y un saldo coyuntural de -15.276 millones.
El c¨¢lculo de las balanzas fiscales territoriales es resbaladizo y se ve muy afectado por la coyuntura
Los 16.410 millones (8,4% del PIB) enfatizados por la Generalitat corresponden al saldo estructural y deben ser comparados con la cifra correcta de 11.261 millones (5,8% del PIB). La utilizaci¨®n de la metodolog¨ªa del flujo monetario ha significado pues una sobreestimaci¨®n del saldo estructural del 45,7%.
La visi¨®n completa de lo ocurrido en 2009 es la siguiente: seg¨²n el an¨¢lisis anterior, detr¨¢s del saldo real de 4.015 millones a favor de Catalu?a, existe un saldo fiscal estructural a favor del Estado de 11.261 millones y un saldo fiscal coyuntural a favor de Catalu?a de 15.276 millones.
El saldo fiscal estructural no es despreciable, m¨¢xime si lo tomamos como una medida de lo que Catalu?a ha contribuido en t¨¦rminos netos lo largo del tiempo (de media, un 5,7% del PIB en el per¨ªodo 2006-2009). Pero debe se?alarse tambi¨¦n que la asistencia que en 2009 el Estado prest¨® a la econom¨ªa catalana para hacer frente al efecto depresivo de la crisis ¡ª¨¦sta es precisamente la interpretaci¨®n del saldo coyuntural¡ª fue incluso m¨¢s importante: un 7,8% del PIB. Esta ayuda, que fundamentalmente refleja la ca¨ªda de los ingresos fiscales y el aumento del gasto asociado a la enorme incidencia del paro, sin duda ganar¨¢ importancia en a?os sucesivos y, dada la inercia del paro, ser¨¢ significativa hasta m¨¢s all¨¢ de la recuperaci¨®n. Una implicaci¨®n de este an¨¢lisis, dif¨ªcil de resistir, es que quiz¨¢s no sea ¨¦ste el momento oportuno para independizarse de un Estado que contribuye de esta forma a paliar los terribles efectos depresivos que una econom¨ªa como la catalana, relativamente m¨¢s industrial y expuesta al ciclo que la media espa?ola, est¨¢ sufriendo en estos momentos.
Por otra parte, a pesar de ser significativamente m¨¢s bajo que el dado por la Generalitat, ?sigue siendo un saldo estructural de 11.261 millones de euros demasiado alto para Catalu?a? La respuesta naturalmente depende de la referencia que utilicemos. Todos los pa¨ªses generan flujos econ¨®micos entre regiones si ¨¦stas son lo suficientemente heterog¨¦neas en t¨¦rminos de riqueza y poblaci¨®n. Si el sistema fiscal espa?ol fuera estrictamente proporcional y si el gasto p¨²blico estatal se distribuyera seg¨²n la poblaci¨®n ¡ªuna referencia que muchos aceptar¨ªan como razonable¡ª el saldo fiscal estructural de Catalu?a, una Comunidad relativamente m¨¢s rica que la media, habr¨ªa sido en 2009 de 8.475 millones de euros. El saldo fiscal estructural es pues del orden de 3.000 millones de euros mayor que lo que ser¨ªa de esperar; un exceso del 1,5% del PIB.
?Por punto y medio del PIB, vale la pena asumir los altos costes? asociados al proceso independentista?
?Por punto y medio del PIB, vale la pena asumir los altos costes de transici¨®n asociados al proceso independentista que el Gobierno catal¨¢n propone? ?Es razonable la secesi¨®n de Catalu?a cuando el Gobierno central est¨¢ contribuyendo del orden de unos 15.000 millones anuales (un 7,7% del PIB) para paliar los terribles efectos de la crisis sobre la econom¨ªa catalana, y seguir¨¢ haci¨¦ndolo hasta que la recuperaci¨®n econ¨®mica sea una realidad? ?stas son preguntas sobre las que el elector catal¨¢n debe reflexionar, como debe hacerlo tambi¨¦n sobre el hecho m¨¢s tangible tratado en estas l¨ªneas: en 2009 Catalu?a no pag¨® al Estado 16.410 millones de euros, sino que recibi¨® del Estado 4.015 millones; no contribuy¨® al resto de Espa?a con un 8,4% de su PIB, sino que se benefici¨® de la asistencia de las dem¨¢s regiones espa?olas por un montante igual al 2,1% del PIB catal¨¢n.
Antoni Zabalza es catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad de Valencia.
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