Dimisi¨®n en Madrid

El proceso judicial abierto por la tragedia en el estadio Madrid Arena se ha cobrado una primera v¨ªctima pol¨ªtica en la persona de Pedro Calvo, delegado de Econom¨ªa del Ayuntamiento de Madrid, tercer teniente de alcalde y presidente de la empresa p¨²blica que gestiona el recinto en el que murieron cuatro adolescentes durante la fiesta de Halloween, en la madrugada del 1 de noviembre. El juez le ha imputado en el procedimiento y Pedro Calvo ha renunciado a sus cargos. Que un pol¨ªtico dimita tras una imputaci¨®n judicial debe considerarse positivo, pero llama la atenci¨®n precisamente por lo infrecuente de tal actitud.

Es obvio que la imputaci¨®n no implica una presunci¨®n de culpabilidad, sino que el juez le considera relacionado con los hechos que investiga, con posibles consecuencias penales. La empresa presidida por Calvo alquil¨® el estadio a la compa?¨ªa organizadora del evento, tras una serie de deficiencias de seguridad conocidas desde 2010, pero aparentemente no subsanadas. Y se sabe tambi¨¦n que la polic¨ªa ha constatado el descontrol del aforo del estadio durante la fiesta. Quien est¨¢ al frente de la empresa que gestiona el recinto se convierte, l¨®gicamente, en persona de inter¨¦s para el juez del caso, quien ha imputado tambi¨¦n al empresario que alquil¨® el local y a los responsables legales de las compa?¨ªas de seguridad contratadas al efecto.

Pero en el asunto concurren circunstancias extrajudiciales, que son los encontronazos entre el presidente de la Comunidad madrile?a, Ignacio Gonz¨¢lez, y Ana Botella, alcaldesa de la capital. Aunque la oposici¨®n socialista pide la dimisi¨®n de la regidora, pol¨ªticamente resultan m¨¢s relevantes las presiones de Ignacio Gonz¨¢lez, hombre del mismo partido que la alcaldesa, para que se exijan responsabilidades ¡°cuanto antes¡± por lo ocurrido en el Madrid Arena.

Queda as¨ª en evidencia el vano intento de la secretaria general del PP, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, para negar crisis interna alguna. Hay una encarnizada lucha de fracciones en la organizaci¨®n madrile?a de este partido, cuyas riendas retiene Esperanza Aguirre, mentora de Ignacio Gonz¨¢lez. Ni este ¨²ltimo ni Ana Botella deben sus cargos a las urnas, sino a jugadas m¨¢s o menos calculadas por sus antecesores, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallard¨®n, respectivamente, que s¨ª se presentaron a las elecciones. Que esta f¨®rmula sea legal no implica que deba ser eterna: los responsables de instituciones electivas necesitan de respaldo en las urnas, y no solo de las maniobras de clanes partidistas.

Para los ciudadanos es preciso que se haga justicia y que cuenten con garant¨ªas de seguridad razonables en actos p¨²blicos masivos, como lo fue la fiesta de Halloween. No es lo mismo que buscar ventajas pol¨ªticas a costa de asuntos tan serios, entre responsables de instituciones de tanta relevancia como la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.