M¨¢s Iberoam¨¦rica
La Cumbre de C¨¢diz marca un cambio en el equilibrio entre las partes
¡°M¨¢s Iberoam¨¦rica¡±, como ha pedido el Rey en C¨¢diz, es necesaria. La XXII Cumbre ha marcado una nueva etapa, pues estamos ante otra Iberoam¨¦rica. No es una cuesti¨®n ret¨®rica. El equilibrio entre la parte ib¨¦rica y la parte americana est¨¢ cambiando a favor de esta ¨²ltima, y hoy es Am¨¦rica Latina la que tiene que salir en defensa de las econom¨ªas maltrechas de Espa?a y Portugal. Mientras en estas las clases medias se empobrecen, en aquella crecen. Hoy Am¨¦rica Latina se presenta no solo como destino de inversiones y comercio espa?oles, con una necesaria seguridad jur¨ªdica, sino tambi¨¦n como origen de capitales que pueden ayudar a los europeos, en beneficio mutuo.
A diferencia de las dos cumbres anteriores celebradas en Espa?a ¡ªla de Madrid en 1992 y la de Salamanca en 2005¡ª, este pa¨ªs se ha presentado en C¨¢diz en una situaci¨®n de debilidad, no ajena a aquella que dos siglos antes hab¨ªa alumbrado la Pepa, la primera constituci¨®n liberal para Espa?a y para las entonces colonias. Pues la condici¨®n americana de Espa?a estuvo muy presente entonces como lo ha estado esta vez. Hoy la recuperaci¨®n econ¨®mica de Espa?a pasa no solo por Europa, sino cada vez m¨¢s por Am¨¦rica Latina, en unas relaciones en las que debe pesar mucho m¨¢s, como ha pedido la Cumbre, la acci¨®n de las pymes, autentico motor a un lado y otro del Atl¨¢ntico de la creaci¨®n de riqueza y de empleo.
Esta vez, los debates se han centrado en una parte importante en unos problemas de Europa que tienen repercusiones globales. En general, los latinoamericanos no entienden las recetas de ajuste que ellos mismos experimentaron negativamente en su d¨¦cada perdida de los ochenta. No deja de ser significativo que el Gobierno de Rajoy haya suscrito una Declaraci¨®n de C¨¢diz que aboga por ¡°pol¨ªticas contrac¨ªclicas que permitan mantener e incrementar los niveles de actividad econ¨®mica y trabajo decente¡±, como si hubiera que mantener lenguajes distintos seg¨²n qu¨¦ foros.
Aunque entre las grandes ausencias quepa lamentar la de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, la participaci¨®n ha sido nutrida. La ocasi¨®n y el momento lo merec¨ªan. En buena parte el ¨¦xito de C¨¢diz se debe al tes¨®n del Rey, del Gobierno y del secretario general de la organizaci¨®n, Enrique V. Iglesias, ante esta su ¨²ltima gran cita. El formato ha demostrado sus ventajas y limitaciones. Hay que pensar en enriquecer los horizontes, pues los intereses de unos y otros no se agotan en este foro. Es pretencioso que Espa?a se postule como plataforma para inversi¨®n de capitales de otros pa¨ªses en una zona que crecientemente mira a Asia con una excesiva dependencia en China. Iberoam¨¦rica necesita reinventarse, tambi¨¦n por el Pac¨ªfico con esa prometedora alianza comercial a la que se incorpora Espa?a.
¡°M¨¢s Iberoam¨¦rica¡± no implica solo m¨¢s acci¨®n por parte de los Gobiernos, sino tambi¨¦n de unas sociedades que comparten idiomas e historia.
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