El impaciente ingl¨¦s

A esa edad, 64 a?os, en que la gente suele acariciar la jubilaci¨®n, el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra no ha empezado siquiera a desempe?ar el trabajo para el que se ha preparado toda su vida, el de monarca. Y puede que tenga que esperar bastante, pues su madre, Isabel II, no est¨¢ dispuesta a abdicar, pensando, probablemente con raz¨®n, que la legitimidad de la monarqu¨ªa tambi¨¦n se asienta sobre el aguante f¨ªsico y psicol¨®gico de los que la ejercen. La reina, a sus 86 a?os, da pruebas de una gran salud y energ¨ªa y Carlos debe recordar que esta es una familia de longevos, pues su abuela vivi¨® hasta los 101 a?os.

?Aunque formalmente hablaba de las obras de rehabilitaci¨®n de la magn¨ªfica Dumfries House, en Escocia, el pr¨ªncipe de Gales coment¨® hace unos d¨ªas: ¡°?Impaciente, yo? Por supuesto que lo estoy¡±. Y a?adi¨®: ¡°Pronto se me acabar¨¢ el tiempo. Como me descuide pronto voy a estirar la pata¡±. Se ha interpretado como una met¨¢fora sobre su vida.

Carlos es el pr¨ªncipe heredero que m¨¢s tiempo lleva esperando subir al trono en la historia de su pa¨ªs. Es la desventaja de ser el hijo mayor de una madre que fue coronada muy joven, cuando ¨¦l solo ten¨ªa cuatro a?os.

Aunque despliega muchas actividades ¨²tiles y expresa opiniones a veces no bien recibidas, le toca esperar. No obstante, en algunos aspectos, como la forma de vestir, no parece que el tiempo pase por ¨¦l; de tal manera que semeja un reloj estropeado cuyas manillas aciertan a dar la hora dos veces al d¨ªa. En un reciente viaje a Australia, preguntado por sus gastados trajes cruzados, el pr¨ªncipe afirm¨® que ¨¦l ¡°vuelve a estar de moda cada 25 a?os¡±. Eso es lo que se llama hablar desde la altura de los tiempos.

Muchos brit¨¢nicos echan de menos a Diana. Carlos ya ha se?alado que su actual esposa, Camila Parker Bowles, no ser¨¢ reina. La gran cuesti¨®n es si ¨¦l llegar¨¢ a ser rey. No solo por una cuesti¨®n de edad, sino de decreciente popularidad. Una reciente encuesta refleja que Isabel II se mantiene en un digno 48% de apoyo, mientras que su heredero designado est¨¢ en un 21%; vergonzante si se tiene en cuenta que su hijo, el pr¨ªncipe Guillermo, tercero en la l¨ªnea de sucesi¨®n, arrasa con un 62%. ?Le ganar¨¢ en el sprint final al padre?