Reconversi¨®n obligada

Bruselas ha impuesto a las entidades financieras espa?olas nacionalizadas (Bankia, NovaCaixaGalicia, Catalunya Banc y Banco de Valencia) unas condiciones draconianas. A cambio de una ayuda de 37.000 millones de euros, la Comisi¨®n Europea exige reducir el volumen de activos en un 60%, traspasar 45.000 millones en activos al banco malo con descuentos que van desde el 50% al 63%, fuertes quitas a los tenedores de preferentes y bonos bancarios y un duro proceso de reconversi¨®n que implica el recorte de 8.000 puestos de trabajo y el cierre de m¨¢s de 1.000 oficinas. Bruselas relega a las cajas nacionalizadas a la operativa bancaria local y proh¨ªbe que participen en el riesgo inmobiliario.

Esta es probablemente la reconversi¨®n largamente anunciada, pero nunca ejecutada, que las autoridades pol¨ªticas y financieras espa?olas deber¨ªan haber dise?ado a partir de 2009 y aplicado como muy tarde a partir de 2010. La dureza de las imposiciones no garantiza, a pesar del optimismo del comisario de Competencia, Joaqu¨ªn Almunia, que bancos y cajas est¨¦n en disposici¨®n de suministrar cr¨¦dito en los pr¨®ximos dos a?os; pero es el ¨²nico procedimiento viable y contundente para restablecer la normalidad financiera. La reconversi¨®n llega con retraso y sus efectos depender¨¢n adem¨¢s de c¨®mo se resuelva la segunda parte de la reforma financiera orquestada por Bruselas, la que ata?e a las entidades que necesitan recapitalizaci¨®n pero no solicitan ayudas p¨²blicas.

Es evidente que a Bruselas le hubiera gustado imponer unas condiciones similares a alg¨²n banco; pero el peso de la reconversi¨®n cae sobre las cajas. Despu¨¦s de dos reformas fracasadas, la tercera, la de Bruselas, ha de ser la buena, porque la econom¨ªa espa?ola no puede sobrevivir con una parte de su sistema bancario gripado. Es imprescindible que las entidades afectadas colaboren con el Banco de Espa?a y con el FROB, como ya ha anunciado que har¨¢ Bankia, para que la operaci¨®n no fracase.