Leyendo a Dostoievski

Cuando Artur Mas gan¨® perdiendo, o perdi¨® ganando, que no s¨¦ muy bien c¨®mo fue ese galimat¨ªas, se produjo en su entorno un desconcierto que la literatura llamar¨ªa kafkiano y la psiquiatr¨ªa comparar¨ªa con los argumentos de Dostoievski. Fueron muchos los afectados, desde dentro y desde fuera de ese entorno que se concentraba en el Majestic; hab¨ªa tal marem¨¢gnum que parec¨ªa una marejada y un tsunami al mismo tiempo. Marejada fue cuando lo explicaron, pero tsunami era para cualquiera que viera los resultados, tan alejados, ay, de la mayor¨ªa excepcional que el propio Mas buscaba.

Fueron tan afectados unos y otros, los que estaban dentro y los que quisieron estar dentro, que luego, en la interpretaci¨®n de los sue?os y de la realidad, escuchamos y le¨ªmos tales cosas como para creer que lo que sucedi¨® no pas¨®, y si acaso pas¨® fue por culpa de..., y en la l¨ªnea de puntos pongan ustedes lo que les d¨¦ la gana. Comentaristas de buena pluma desconsideraron los hechos y se pasaron a la interpretaci¨®n de los errores ajenos para minimizar los da?os propios. Hubo, tambi¨¦n, alg¨²n rasgo de autocr¨ªtica, que el oficio debe agradecer poniendo el monumento que le falta a la Fe de Errores, que en periodismo ser¨ªa algo as¨ª como el Monumento al Soldado Desconocido. Pero hubo alguna rectificaci¨®n: alg¨²n comentarista aconsej¨® mirar hacia fuera y no tanto hacia dentro, m¨¢s a lo que se dice en la calle y menos a lo que dicen los pol¨ªticos que van en caravana a los micr¨®fonos a ver si confirman sus aspiraciones antes de que se pronuncien las urnas.

Pero as¨ª es la vida desde los tiempos del cuento de la lechera. Pero de tod¨ªsimo lo que se dijo, lo que m¨¢s me maravill¨® y me llam¨® la atenci¨®n es lo que dijo Oriol Pujol, hijo del expresident Jordi Pujol, enseguida que se supieron los resultados y Artur Mas supo que su apellido hab¨ªa sido ya objeto del chiste m¨¢s famoso, y m¨¢s manido, de todos los tiempos de la pol¨ªtica catalana. ?l, en concreto, fue a menos. Lo que dijo Pujol j¨²nior fue que Mas no pod¨ªa hablar en ese momento hist¨®rico porque ¡°est¨¢ reflexionando¡±. Tiene derecho a reflexionar, c¨®mo no; le est¨¢n asistiendo (a favor y en contra) los que le animaron y los que le advirtieron.

Pujol junior dijo que Mas no pod¨ªa hablar en ese momento hist¨®rico porque estaba reflexionando

Esa expresi¨®n de Oriol Pujol me hizo recordar una an¨¦cdota, quiz¨¢ ap¨®crifa, seg¨²n la cual la familia de un afamado escritor hab¨ªa intentado que el hermano menor se adiestrara tambi¨¦n en el arte de inventar. Lo hab¨ªa retirado de los juegos adolescentes y lo hab¨ªa encerrado a leer libros que le permitieran hacer la carrera que hab¨ªa acometido el v¨¢stago que le aventajaba en edad y en m¨¦ritos. Una de esas tardes en que ¨¦l le¨ªa para ser como el hermano mayor fueron a buscarle a su casa unos antiguos compa?eros de juegos en el barrio. Quien sali¨® a la puerta a abrir supo de la intenci¨®n de los otros adolescentes y respondi¨® con esta sentencia:

¡ªNo puede, el se?orito est¨¢ leyendo a Dostoievski.

Despu¨¦s de reflexionar, como si hubiera estado leyendo a Dostoievski, Mas no dio de s¨ª una obra de arte, ni una enorme declaraci¨®n pol¨ªtica. Probablemente fue porque no reflexion¨® demasiado, tampoco ahora, despu¨¦s de la excepcional batalla que dio por la mayor¨ªa excepcional. O