Dudoso ¡®banco malo¡¯
El dise?o de la sociedad de activos inmobiliarios suscita incertidumbre entre los inversores
La articulaci¨®n de un banco malo, una sociedad que se haga cargo de los activos depreciados del ladrillo que lastran los balances bancarios, suscita hoy algunas dudas y, a pesar del discurso superficialmente optimista del ministro de Econom¨ªa, tropieza con dificultades log¨ªsticas importantes. En teor¨ªa, la idea es correcta. La sociedad Sareb, el nombre del banco malo, deber¨ªa iniciar sus tareas a partir de ayer, 1 de diciembre, seg¨²n se comprometi¨® el Gobierno; pero lo cierto es que poco hay organizado y las previsiones m¨¢s optimistas suponen que podr¨¢ cumplir sus funciones, es decir, gestionar y colocar en el mercado los activos inmobiliarios asignados a su patrimonio, dentro de unos seis meses.
Pero la log¨ªstica, condici¨®n importante, no es el problema principal. El concepto econ¨®mico-financiero de la Sareb est¨¢ hilvanado a medias, como si las prisas que llegan desde Bruselas para que los bancos espa?oles limpien sus balances hubieran atropellado al Gobierno y al Banco de Espa?a. Se ha elegido la f¨®rmula de una sociedad con el 49% de capital p¨²blico con el fin de que las eventuales p¨¦rdidas no consoliden como d¨¦ficit y penalicen las cuentas del Estado. Pero es una evidencia a prueba de legalidad societaria que la deuda de la Sareb pesar¨¢ subsidiariamente sobre el Estado, y as¨ª lo consideran los inversores.
El proyecto de negocio de la sociedad adolece tambi¨¦n de otra inconsecuencia importante. Asegura el Gobierno que la Sareb tendr¨¢ una rentabilidad sobre recursos propios del 15% anual. Pero no explica c¨®mo conseguir¨¢ esa rentabilidad, y mal podr¨ªa hacerlo puesto que la participaci¨®n p¨²blica en un 49% del capital sit¨²a las decisiones de gesti¨®n en el capital privado. Y, por cierto, tampoco es muy consecuente que el Gobierno nombre al responsable de Sareb cuando no tiene la mayor¨ªa. Adem¨¢s, est¨¢ claro lo que har¨¢ la Sareb con los activos f¨ªsicos que aterricen en su cartera, pero queda por definir c¨®mo tramitar¨¢ los cr¨¦ditos dudosos asociados a los activos, puesto que al no ser un banco ¡ªa pesar de su apodo¡ª, la sociedad no est¨¢ capacitada para refinanciarlos.
Son detalles de importancia que no contribuyen a infundir confianza entre los inversores potenciales en la eficiencia del banco malo. Quiz¨¢ se resuelvan con el rodaje de la entidad. Pero con esta reforma bancaria la econom¨ªa espa?ola se juega buena parte de sus probabilidades de recuperaci¨®n y el proyecto de la Sareb deber¨ªa estar ya afinado y en marcha.
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