Debate constituyente
Llega el momento de buscar consensos para abordar la reforma que la Constituci¨®n necesita
La Constituci¨®n de 1978 ha rendido grandes servicios a los espa?oles en t¨¦rminos de garant¨ªa de las libertades y de reparto del poder, incluido el territorial, y ha permitido diferentes opciones de Gobierno sin rupturas de la convivencia. Pero eso no implica que sea un texto grabado en m¨¢rmol y bloqueado para siempre. Una comunidad se basa en el consentimiento de quienes la integran y no se debe pasar por alto el crecimiento del n¨²mero de personas insatisfechas con la Constituci¨®n (52,5% en la actualidad) y el descontento de m¨¢s de dos tercios de la poblaci¨®n con el funcionamiento de la democracia, seg¨²n la ¨²ltima entrega del Bar¨®metro del CIS. Aun as¨ª, solo un 6,5% considera ¡°preferible¡± un sistema autoritario, de modo que la gran mayor¨ªa conserva la esperanza en una democracia capaz de enderezarse.
Pero, ?qu¨¦ reforma? Es f¨¢cil ponerse de acuerdo respecto a la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer para desempe?ar la jefatura del Estado. En cambio, hay mucha distancia entre los que defienden la recentralizaci¨®n del Estado y los que proponen mantener las autonom¨ªas o evolucionar hacia un Estado federal, en el que el Senado ser¨ªa una pieza clave. El l¨ªder socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, sugiere que un derecho como el de la protecci¨®n de la salud debe ser incluido entre los derechos fundamentales especialmente protegidos, en vez de figurar, como ahora, solo entre los principios rectores de la pol¨ªtica.
No ser¨¢ f¨¢cil poner de acuerdo a los defensores de los partidos pol¨ªticos tal como est¨¢n constitucionalizados ¡ª¡°instrumento fundamental para la participaci¨®n pol¨ªtica¡±¡ª con las iniciativas surgidas para ampliar los cauces de la participaci¨®n ciudadana y la iniciativa legislativa popular. Delicado, asimismo, el cap¨ªtulo del sistema electoral, que la Constituci¨®n constri?e al establecer la provincia como circunscripci¨®n y adem¨¢s con una cuota obligada de diputados por cada una de ellas, lo cual favorece el peso de las hect¨¢reas sobre el de las personas.
Cualesquiera que sean los contenidos, parece llegado el momento de abrir el debate constituyente. A diferencia del presidente del Senado, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, comprensivo hacia una posible reforma, otros dirigentes del PP se manifiestan poco dispuestos. Mariano Rajoy, en un art¨ªculo publicado ayer por La Vanguardia, se?al¨® que ¡°en el marco constitucional de convivencia cabe todo¡±, como si diera por supuesto que el vigente aguanta cualquier proyecto pretendido. La reforma de buena parte de los art¨ªculos constitucionales exige refer¨¦ndum, y a ese respecto hay que recordar que 20 millones de espa?oles de entre 18 y 52 a?os no han tenido ocasi¨®n de pronunciarse sobre la ley fundamental. La crisis econ¨®mica no es un pretexto v¨¢lido para aplazar el debate ¡ªla actual se elabor¨® en medio de otra crisis¡ª y la ¨²nica condici¨®n necesaria es que se busque un amplio consenso, como el de 34 a?os atr¨¢s.
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