La vida del hijo de Cantinflas no es una comedia
Un tribunal ha negado a Mario Moreno Ivanova los derechos de los filmes de su padre Su madre, una joven estadounidense, lo dio en adopci¨®n al actor y m¨¢s tarde se suicid¨® Sus ex lo tachan de juerguista, agresor y derrochador ?l afirma que ha gastado la herencia de su padre en abogados: "Lo he vendido todo"
En 1993, el cad¨¢ver de Mario Moreno Reyes, Cantinflas, fue velado durante tres d¨ªas en tres edificios distintos de la Ciudad de M¨¦xico. Pasaron al lado de su f¨¦retro unos 250.000 mexicanos. El c¨®mico que no ten¨ªa un bigote, sino sendos bigotillos sobre cada comisura de la boca, fue, con el actor Pedro Infante, el mayor ¨ªdolo popular de M¨¦xico en el siglo XX. Sin embargo, su ¨²nico descendiente parece muy solo. Mario Moreno Ivanova, el hijo del Gran Mimo, o su hijo adoptivo seg¨²n algunas versiones, fuma tabaco rubio y bebe coca-cola light mientras concede una entrevista en el ¨¢tico donde vive su novia. Tiene los ojos acuosos y la voz le sale como de una caverna.
¨CLo he vendido todo ¨Cdice sentado en una butaca junto a un ¨¢rbol de Navidad artificial. Lleva una camiseta de Harley Davidson con una calavera dibujada en el bolsillo del pecho.
Mario Arturo Moreno Ivanova fue un ni?o dorado. La mansi¨®n de su padre en el paseo de la Reforma, la avenida de m¨¢s relumbr¨®n de la capital, med¨ªa 10.000 metros cuadrados y ten¨ªa todo tipo de lujos: jardines, piscinas, un front¨®n de tenis, un cine con sillones para unos 40 invitados, un billar de carambola, asadores, un ba?o de vapor. El periodista Jacobo Zabludovsky, de 84 a?os, recuerda en su oficina que Mario era un ni?o feliz que ten¨ªa ¡°un cochecito hecho a escala¡±.
¨C?Con motor?
¨CS¨ª, tal vez ten¨ªa un motorcito ¨Cdetalla el periodista, que frecuentaba la casa de Cantinflas.
La madre de Mario Arturo no fue la esposa del humorista, la rusa Valentina Ivanova, sino una rubia tejana llamada Marion Roberts que tuvo una relaci¨®n con Cantinflas de la que existen dos versiones similares con diferencias capitales.
Las narraciones coinciden en que en 1959 la joven gringa lleg¨® a la Ciudad de M¨¦xico en coche con unos amigos para pasar unas vacaciones, y que al cabo de d¨ªas o semanas esos amigos se escabulleron por sorpresa y la dejaron plantada en el hotel con una factura desmesurada a su cargo. Un mozo de los recados del hotel se enter¨® de su drama y la llev¨® a hablar con Cantinflas, que ten¨ªa fama de caritativo, y, al parecer, liquid¨® la cuenta de la muchacha.
A partir de ah¨ª lo ¨²nico que se sabe con certeza es que el 1 de septiembre de 1960 Marion Roberts dio a luz a un ni?o que fue adoptado por el actor y su esposa rusa, y que en diciembre de 1961 Marion Roberts se suicid¨® con barbit¨²ricos en el hotel Alfer de la capital.
?Pero de qui¨¦n era hijo aquel ni?o rubio tan lindo?
Zabludovsky dice que Cantinflas reconoci¨® en una entrevista que era suyo, cosa que corrobora el propio Mario Arturo en la butaca del piso de su novia junto al ¨¢rbol de Navidad artificial: ¡°Mi pap¨¢ me lo dijo cuando ten¨ªa 18 a?os¡±. Sin embargo, el periodista del coraz¨®n Jes¨²s, Chucho, Gallegos da otra versi¨®n extendida: que Mario Moreno Reyes era est¨¦ril y el ni?o de la tr¨¢gica chica gringa era producto de otro hombre. Es la misma tesis que defiende de una forma m¨¢s descarnada Eduardo Moreno Laparade, sobrino de Cantinflas, primo de Mario Arturo: ¡°Mi t¨ªo no pod¨ªa tener hijos y se lo compr¨® a la chica por 10.000 d¨®lares¡±.
Hered¨® casas y coches. ¡°Era el due?o de casi todo, pero lo tir¨®, se lo meti¨® todo por la nariz¡±, dice su primo Eduardo
Eduardo Moreno Laparade, de 73 a?os, hijo de Eduardo, hermano-m¨¢nager de Cantinflas, es la n¨¦mesis familiar y judicial del hombre que fuma tabaco rubio y bebe coca-cola light con ojos acuosos. ?l y su primo llevan 19 a?os luchando por los derechos de una treintena de pel¨ªculas de Cantinflas ¨Cdesde que el actor muri¨® de c¨¢ncer en un hospital de Houston.
En su despacho en un chal¨¦ de una lujosa zona residencial de la capital, Moreno Laparade, recostado en un sill¨®n de cuero, llama a una secretaria: ¡°Que me traigan la copia del agreement¡±. El acuerdo, en espa?ol, es un documento que supuestamente firm¨® Cantinflas en el hospital dej¨¢ndole a su sobrino los derechos de esos filmes.
Hace dos semanas, un tribunal emiti¨® la en¨¦sima sentencia sobre el caso d¨¢ndole la raz¨®n a Moreno Laparade. Pero su primo Mario Arturo defiende que ¨¦l es el heredero universal de todo el legado de su padre y recurrir¨¢ una vez m¨¢s la decisi¨®n judicial. Seg¨²n su versi¨®n, el sobrino de Cantinflas falsific¨® la firma del c¨®mico para hacerse con los derechos de sus pel¨ªculas y encima desvi¨® unos 70 millones de d¨®lares de las cuentas del actor moribundo usando papeles fraudulentos. Moreno Laparade responde que nunca en su vida ha visto delante tal cantidad de dinero.
El ni?o dorado de Cantinflas recibi¨® de su padre, entre otras cosas, un rancho, oficinas, una casa residencial, apartamentos en Acapulco, un coche Marquette de 1930 y un Mercedes Benz antiguo. Pero no le queda nada. ?l argumenta que vendi¨® para poder pagar abogados en la lucha judicial contra su primo. Y este ofrece una visi¨®n diferente: ¡°Era el due?o de casi todo, pero lo tir¨®, se lo meti¨® todo por la nariz¡±.
Mario Arturo Moreno Ivanova reconoce que siempre le ha gustado ¡°la fiesta¡± y que no le desagrada el whisky, pero perjura que jam¨¢s ha esnifado una raya de coca¨ªna. Sin que se le haga ninguna observaci¨®n al respecto, explica que tiene desviado el tabique nasal porque cuando era joven le dieron un trompazo jugando al ¡°basketball¡±.
Sus exesposas no ayudan a confirmar su versi¨®n. Abril del Moral, su primera mujer, sostiene por tel¨¦fono que es un drogadicto y ¡°un mal padre¡± que dej¨® a sus dos hijos sin nada despu¨¦s del divorcio, un malcriado que derrochaba su dinero pagando cenas a desconocidos en los restaurantes, bebiendo vinos de precios delirantes y mimando a sus amiguetes a tal punto que hasta le daba por regalarles autom¨®viles. Su segunda esposa, Sandra Bernat, dice que estuvo casada con un vago que se dedicaba a entrar y salir del ba?o para administrase su vicio con constancia. Ella lo ha denunciado por malos tratos. Y uno de los tres hijos que tuvieron tambi¨¦n lo ha demandado. El muchacho asegura que su padre lo llevaba a prost¨ªbulos cuando era un adolescente y que hizo que se enganchase a las drogas. La se?ora Bernat dice que su ex es un ego¨ªsta sin sentido de pertenencia ni apego a los dem¨¢s.
La vida del hijo de Cantinflas no es una comedia.
Mario Moreno Ivanova dice que no es ¡°un santo¡± ni ¡°el mejor padre del mundo¡±, pero advierte de que las etiquetas que le pone su familia son solo trapacer¨ªas para hundirlo y quedarse con lo ¨²nico a lo que a¨²n aspira: los derechos de las pel¨ªculas del c¨®mico que naci¨® pobre y acab¨® en su f¨¦retro adorado como un fara¨®n por un cuarto de mill¨®n de mexicanos.
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